Uno de los mejores agricultores de La Comarca de Níjar, San Isidro

Andrés Romero Jiménez

Manuel Ruiz Amezcua

  • La Voz
Amigo mío, que injusta ha sido la vida contigo. Para quienes te conocen, trabajador, servicial y bromista son sólo algunos de los cimientos que forman tu personalidad. Por donde has pisado has dejado huella, prácticamente en todos los senderos de nuestras vidas, desde familias, amigos hasta en el centro de nuestras propias almas. Te encanta la agricultura y con tus habilidades poco comunes nos has demostrado a todos, incluyendo a los que se creían mas entendidos, campaña tras campaña, que eres un especialista forzando cultivos, tanto bajo plástico como al aire libre. Eres la “envidia de todo levante”, tus conocimientos son el contenido práctico del cual carece todo libro. Padre estupendo, en todo momento enlazado fuertemente a los tuyos. Si repartir el cariño a tu esposa e hijos por igual es indudable, del mismo modo lo es el vínculo especial existente entre “el Míguel y Tu”: la compatibilidad perfecta entre padre e hijo. Y qué difícil sigue siendo asimilar lo que ésta vida tenía destinado para ti, con sus oscuras repercusiones. Lamentablemente, de poderosa fortaleza debió ser tu enfermedad para conseguir apagar el resplandor de tu persona en tan corto período de tiempo. Mientras éste se hace largo y angustioso, tu fe por recuperarte es admirable: cualquier conversación contigo desembocaba en un “punto de luz”.Tu personalidad, rebosante de débil pureza seguía manifestándose y una bondad que sólo te caracteriza a ti. Reclamar mi nombre, mirarme a los ojos y estrechar mi mano en esos momentos tan duros especialmente para ti, es la despedida más triste y profunda que he vivido. Merecías que la vida te diese una oportunidad, y no lo ha hecho… Ahora el temido tiempo nos ha consumido, sin alternativas y con azotes de dolor, arrastrándonos hacia una realidad donde la imaginación nunca llegaría; tu pérdida. Silencio, dolor y lágrimas cerraban aquella maldita tarde marcada para siempre en nuestro recuerdo. -DESCANSA EN PAZ AMIGO MÍO- Fue uno de los mejores agricultores de la Comarca de Níjar, San Isidro. Su liderazgo en el campo levantino, fruto de una labrada experiencia caracterizada por sobrepasar potenciales productivos en tomate, melón, pimiento, calabacín y sandía. Máquina de sincronizar el sistema de trabajo, excelente y preciso observador, con escasos competidores. Dedicado a mi gran AMIGO Manuel Ruiz Amezcua, que tras la incesable lucha contra su enfermedad nos abandonó el día 9 de marzo del año 2012. “El de la melenilla” (Andrés Romero Jiménez)