Walter Vidarte, actor de lustre pero poco popular

El característico uruguayo fue candidato como mejor actor revelación en los Goya

Walter Vidarte

  • La Voz
El actor uruguayo Walter Vidarte ha fallecido a los ochenta años en la madrileña Clínica de la Concepción, donde permanecía ingresado. El intérprete uruguayo, que formó parte de la prestigiosa compañía Comedia Nacional Uruguaya, nació un 18 de julio de 1931 en Montevideo, en cuya Escuela de Arte Dramático principió sus estudios. Discípulo de Margarita Xirgu, en su país participó en numerosas producciones teatrales y fílmicas en su tierra natal; en 1958 se trasladó a Argentina, donde trabajó en la versión fílmica del cuento de Jorge Luis Borges «Hombre de la esquina rosada». Walter Vidarte llegó a España exiliado en 1974. En nuestro país Vidarte se hizo querer por su bonhomía, y se convirtió en uno de los actores más admirados y queridos. Actuó en series como «La Gioconda está triste» (1977), «Curro Jiménez» (1978), «Cervantes» (1980), «Crónica del alba» (1983), «Tristeza de amor» (1986), «La huella del crimen» (1990), «Turno de oficio II» (1995), «Pepe Calvalho» (1999) o «Cuéntame» (2003). En teatro representó a clásicos como «El Tenorio», de Zorrilla (2000), o el «Hamlet» de Shakespeare (2004), actuación ésta que le valió el Premio Ercilla al mejor actor de reparto. También abordó el esperpéntico surrealismo de Valle Inclán -«Martes de Carnaval» (1995) y «Luces de bohemia» (1997-1998), con los directores Mario Gas y José Tamayo, respectivamente. De su amplia cinematografía cabe citar sus actuaciones de los años 70 en «La tregua», del argentino Sergio Renán (1974), y «Las truchas» de José Luis García Sánchez (1978). En los 80 destacan «Akelarre» (1984), con Pedro Olea, y «El placer de matar» (1987), de Félix Rotaeta. Sus rodajes de la década siguiente fueron «La taberna fantástica» (1990), de Julián Marcos; «¡Dispara!» (1993), de Carlos Saura; «Mi hermano del alma» (1993), de Mariano Barroso; y «Antártida» (1995), de Manuel Huerga; y el primer largometraje con la firma del director escénico Mario Gas, «El pianista» (1998). Su última película es «La noche de los girasoles» (2006), por la que irónicamente fue nominado como actor revelación.