Emotivo adiós a Diego Alonso Caparrós, que dedicó toda su vida a los demás

Sacerdote de la Diócesis de Almería, natural de Vera

Diego Alonso Caparrós

  • Antonio Torres

El sacerdote de la Diócesis de Almería, natural de Vera, Diego Alonso Caparrós, de 80 años, dedicó una vida entera a los demás. Ese fue el gran mérito de una persona que pasó por varias parroquias de la provincia como Pechina, Pulpí, El Ejido y en varias de la capital. Fue profesor en varios centros como Celia Viñas y en Vera.


La Virgen de las Angustias, patrona de Vera, con una historia que comienza en el siglo XVII siempre estuvo en su pensamiento y fue uno de los que más participó en su cuidado. El 10 de junio es la fecha clave que llevaba en su memoria desde que en 1888 fue coronada patrona y que en los próximos días se recordará al sacerdote fallecido. “Fue una persona correcta, buena gente a la que se le veía que no pretendía medrar. Por la amistad que adquirimos en mi época de Magisterio decidimos mi marido Francisco Morales Reyes y yo que nos casara en Vera”, dijo Jero Mari Caparrós García. “Nunca ha tenido nada y en los últimos años ha estado recluido en la residencia sacerdotal de la Plaza de la Catedral, tras sufrir una caída”, lamentó su primo el profesor, poeta y músico Diego Alonso Cánovas quien confiesa que lo tenía un pedestal por la sabiduría que desprendía. El sacerdote pertenece a una familia muy conocida de Vera. Su padre Emilio modernizó el comercio de Vera con una tienda situada en el centro de la ciudad. Su tío Enrique tenía un bar y fue una de las personas más activas de la historia del Carnaval. En la prestigiosa Banda de Música hubo un Alonso. “Diego era de lo mejor de la familia, muy inteligente”, rememoró el impagable Alonso Cánovas, “toda su vida la ha dedicado a la enseñanza de la religión, a la Iglesia y realizar buenas obras. Era un gran amante de la música. Le he visto tocar obras de Beethoven al piano en una época en que los chiquillos lo único que podíamos tener era una flauta o bandurria. Tenía gran vocación y conocimiento de la música clásica frente a la realidad de la época, sin posibilidades de conocimiento. Su labor era hacer el bien y no pisotear a nadie”.