Mi querido tito

Maricarmilla

Marcos Antonio Mullor Montosa

  • La Voz
Nunca me podría haber imaginado que esta carta que te dedico no tendría respuesta. Hoy tus hijas Mabeth y Rocío, así como toda tu familia, sienten un gran dolor con tu inesperada marcha que llegó mientras estabas trabajando, con ese entusiasmo, vitalidad y sentido de la responsabilidad que contagiabas siempre a todos tus empleados. Tu carácter emprendedor, dinámico y valiente te hizo merecedor de ser un respetado y querido empresario en tu otra amada patria, Bolivia. Siempre llevaste con orgullo ser español y tener a tu otra familia viviendo en Andalucía. Tu hermana, Mari Carmen, siempre se ha sentido muy orgullosa de todos los logros y felicidad de su querido hermano pequeño. Hiciste de tu trabajo tu vocación, que te acompañó hasta el final de tus días como sello personal que identificabas orgulloso a tus apellidos Mullor Montosa y al origen de tus padres, Antonio (Enix, Almería) y Gregoria (Málaga). Tu alegría chispeante, tu arrolladora personalidad y el amor incondicional a tu familia te proporcionaron el cariño y admiración de todos los que tuvimos la suerte de conocerte. El amor te hizo abandonar tu querida Almería para abrir nuevos horizontes en tu segunda patria, Bolivia, allí te hiciste hueco en el mundo empresarial con mucho esfuerzo y dedicación y que hoy recogen el testigo tus hijas, que reconocen que has sido un padre extraordinario y un maravilloso abuelo y tío. Has tenido una vida plena, llena de proyectos y aventuras, siempre has mantenido la ilusión y las ganas de conocer y aprender. Eres un ejemplo de fortaleza y dignidad para toda tu familia, de la que te sentías tan orgulloso. Siento mucho dolor porque me hubiese gustado que te quedaras más tiempo entre nosotros pero supongo que haya donde vayas seguirás trabajando con la misma alegría que siempre contagiabas. Te deseo un feliz viaje, que sigas aprendiendo mucho y no te preocupes por nosotros que mantendremos tus enseñanzas y recuerdo en esta maravillosa familia que has formado. Te queremos tito, nos sentimos muy orgullosos y felices de todo lo que hemos disfrutado a tu lado. Gracias por todo tu cariño y alegría. Hasta siempre, mi querido tito. Ya nadie más me llamará así. Te quiero mucho. Tu sobrina Maricarmilla