Adiós a una de las usuarias más longevas del Centro de Día de mayores Las Salinas

FAAM

Gloria Sevilla

  • La Voz
Hoy queremos hacer un homenaje desde el Centro de día “Las Salinas” a Gloria Sevilla, la que ha sido nuestra usuaria más longeva. Ayer nos dejó y comenzó un nuevo viaje, pero sabemos que allá donde vayas seguirás repartiendo alegría y cariño como lo has hecho aquí siempre con nosotros/as. Gloria era natural de Balerma, aunque vivió en Pescadería desde los cinco años. En este barrio no hay persona que no la conozca y demuestre su admiración por ella, ya que ha hecho mucho por todos sus vecinos. Dedicó su vida a ayudar a los demás de forma altruista, ya fuera asistiendo a dar a luz a sus vecinas como comadrona (o partera, como dicen por aquí), realizando curas e, incluso, dando de comer a los más necesitados. En agosto de 2010 entró por primera vez en la Unidad de Día Las Salinas, gestionada por FAAM, aportándonos su gran carácter y energía. Gloria Sevilla cumplía sobradamente, y compartió con todos nosotros, los diez mandamientos para una vejez feliz: 1. Cuidaba su presentación todos los días. Se vestía y arreglaba como si fuera a una fiesta. “¡Qué más fiesta que la vida!”, decía muy a menudo. 2. No se encerraba en su casa ni en su habitación, salía a la calle y le encantaba asistir al “cole”, como llamaba ella al centro. 3. Amaba el ejercicio físico: un ratito de gimnasia, una caminata por el parque… 4. Evitaba esas actitudes y gestos de “viejo derrumbado”. Su cabeza siempre alta, espalda recta y paso ligero. ¡Había que dedicarle un piropo cuando pasaba!. 5. No hablaba de su vejez ni se quejaba de sus achaques. Hoy recordamos con añoranza cómo nos decía que el día que falleciese no llorásemos, sino que le hiciésemos una fiesta. 6. Cultivó el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sus compañeros y compañeras la recuerdan hoy por sus chascarrillos y su increíble capacidad de sacar una mirada positiva a las adversidades. 7. Fue útil a sí misma y a los demás. Ayudó con un servicio, con un consejo y, cuando ya no pudo, con una sonrisa. 8. Trabajó, y mucho, con sus manos y su mente. El trabajo fue su terapia infalible para todos los males. 9. Mantuvo vivas y cordiales las relaciones humanas. Anudó los lazos familiares, ensanchó el corazón a los amigos, convivió con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. 10. No pensaba que todo tiempo pasado fue mejor. Este 30 de marzo Gloria cumpliría los 98 años y, a pesar de haber vivido una guerra y múltiples adversidades en su vida, se alegraba de ser parte de este momento y de poder ver muchas cosas bonitas y nuevas. Así que hoy, Gloria, no lloraremos ni nos lamentaremos, “tus niños” siempre te recordarán, haremos una gran fiesta en tu honor y cantaremos y bailaremos alegres como tú nos enseñaste. “No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título o, mucho menos, el dinero lo que convierte a una persona en grande. Es su honestidad, su humildad, su decencia, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás”. Santa Teresa de Calculta.