El Recinto Ferial vuelve a la vida con el homenaje a los mayores

La Caseta Municipal acoge el tradicional acto de la Feria con vecinos de toda Almería

Álvaro Hernández
07:00 • 24 ago. 2018

Durante las mañanas, el Recinto Ferial es una zona sin alma, sin vida, llena de casetas cerradas y atracciones tapadas. Hasta que se producen maravillosas excepciones como la de este jueves.



 



Todo, gracias a la vitalidad que llevaron hasta la Vega de Acá los mayores de Almería. Si el pasado domingo se celebraba el homenaje a las mujeres, la Caseta Municipal acogía ahora el reconocimiento a todos esos que estiran tanto la pensión como su segunda juventud.



“Mira, las nenas de las 500 Viviendas las primeras como siempre”, se oía en la cola de acceso a la Caseta Municipal media hora antes de que el acto diera comienzo.



Ya dentro, sentados en las largas mesas en las que comieron los más de 1.000 asistentes a la fiesta, Luisa repasaba uno a uno sus dolores (según ella, porque el día anterior fue a bailar, que nadie se asuste), mientras que Pepe comentaba con asombro el ritmo frenético al que se levantan en la actualidad nuevos edificios en la zona en la que se sitúa hoy en día el Recinto Ferial.



Ya el simple trayecto hasta las proximidades de la feria en autobús urbano suponía un verdadero chute de energía gracias al jolgorio que llevaban consigo los mayores que iban hacia su homenaje (y que se animaban incluso a cantar en el viaje).



Allí, los homenajeados se encontraban con un plato de embutido que hizo las veces de entrante, seguido de un plato de carne.



Visita

Durante la comida, el alcalde de la ciudad hizo acto de presencia para dirigirse a los vecinos de más edad de Almería. De hecho, Ramón Fernández-Pacheco llegó cual rock star: con más de 40 minutos de retraso y perseguido por numerosas fans allí presentes que ansiaban un selfi con el primer edil.


“Para el Ayuntamiento de Almería es una alegría tremenda ver esta Caseta Municipal llena de gente buena; para eso realizamos este homenaje desde hace más de veinte años, para deciros que estamos orgullosos de vosotros”, exclamaba Fernández-Pacheco desde el escenario.


Y tras dejar el micrófono, más y más fotos. “Como es tan sociable, tan llano, tan de nosotros, no le dice que no a nadie. Míralo qué solicitado está el pobre”, comentaba comprensiva una de las comensales de este singular y necesario homenaje a los mayores.


El acto, al que se accedía solo con invitación, suponía un reconocimiento a todas esas asociaciones que trabajan durante todo el año en los barrios. De hecho, no había vecindario sin representación en el acto: desde el casco histórico hasta Cuevas de los Medina, todos estaban allí con sus mayores.


“Es un reconocimiento a las personas mayores por la labor que desempeñan durante todo el curso en asociaciones y talleres; es un acto bonito que preparamos con mucha ilusión desde el Ayuntamiento”, explicaba a LA VOZ la concejala delegada del Área de Familia e Igualdad de Oportunidades, Rafaela Abad.


Tras la comida, un flan y un café con pastas sirvieron de preludio a uno de los momentos clave: música y a bailar, que ya que la vida son dos días, qué menos que pasar al menos uno de feria.



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