El Almanzora se queda sin el agua del Júcar por presiones de Valencia

La situación se complica para 24.000 hectáreas de la comarca sin aportes del Negratín y Tajo

Asociaciones valencianas manifestándose en contra del Trasvase del Júcar a Almería.
Asociaciones valencianas manifestándose en contra del Trasvase del Júcar a Almería.
Manuel León
00:04 • 16 jul. 2022

Los regantes del Almanzora, con una superficie de cultivo de 24.000 hectáreas, se han quedado finalmente sin el agua del trasvase del Júcar, después de contar con el visto bueno del Gobierno Central y de los comuneros valencianos. (Ver edición de este periódico del pasado 13 de mayo).



Sin embargo, las presiones políticas de la Generalitat Valenciana y de una veintena de grupos ecologistas de la región oponiéndose a esa transferencia hídrica a Almería, ha provocado que el Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera suspenda su ejecución.



Desde la sociedad Aguas del Almanzora la desazón es grande tras la ilusión de contar con 50 hectómetros en cinco años distribuidos  en 10 por cada anualidad con un coste global de 15 millones de euros. Sobre todo, teniendo en cuenta que el Ministerio ordenaba en mayo el desembalse de 73 hectómetros del pantano de Tous, perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Júcar para evitar riesgos de inundaciones.



El agua de la Acequía Real del Júcar, un colectivo con 25.000 socios y más de 700 años de historia, era vista por los regantes almerienses como un bálsamo para neutralizar el recorte del agua del Tajo decretado en base a los caudales ecológicos y la suspensión del Trasvase del Negratín al acumular en su pantano menos de 200 hectómetros.  Sin embargo, los comuneros levantinos, que agrupan  a municipos como Cuevas, Vera, Antas, Huércal-Overa o Pulpí, tendrán que seguir buscando soluciones que no llegan, con la desaladora de Cuevas del Almanzora aún parada tras diez años de la riada que la destruyó. Solo les queda el agua de los pozos y la que compran a precio de oro a Acuamed de la  desaladora de Carboneras.



El acuerdo con los regantes del Júcar tenía la plena predisposición del ministro de Agricultura, Luis Planas, y de los propios comuneros valencianos, puesto que con los 15 millones sufragados por Aguas del Almanzora podrían haber realizado obras de mejora en sus redes de distribución que, en parte, le corresponde sufragar a la propia Generalitat.



El propio presidente de la Acequia Real del Júcar, Antonio Costa, ha enviado una carta a sus comuneros explicando el fiasco que ha supuesto la operación de venta de agua al Almanzora.  Según Costa, contaba con un estudios jurídico y económico que lo avalaba, contemplado el contrato dentro de la Ley de Aguas.



Los opositores al Trasvase de agua a Almería, que se manifestaron en el centro de Valencia, con al asistencia de la vicepresidenta de la Diputación Valenciana, María José Amigó, expresaron que la transferencia de agua  tiene efectos negativos sobre los caudales del Júcar. “El Júcar es un río sobreexplotado, al que le han pegado tantos mordiscos que va aproximándose a su muerte y repercutiendo negativamente en la albufera”, indicaron.



El agua del Júcar no es la primera que los agricultores del Almanzora tienen que buscar allende sus tierras. Ya lo hicieron con el Negratín, con una obra histórica, pagada de su propio bolsillo, para traer 50 hectómetros anuales de Granada. Más recientemente, Aguas del Almanzora ha adquirido 12 hectómetros cúbicos mediante permuta de la desaladora de Torrevieja. 


Pero ahora se le añade un nuevo problema: el de la pérdida de caudal del Trasvase del Tajo en un 50%, 11 hectómetros, que les ha servido como complemento necesario en los últimos años.


El acuerdo entre los comuneros del Júcar y del Almanzora fue sido posible con la mediación de la Dirección General del Agua, presidida por Teodoro Estrella, atendiendo a la reclamación de los regantes almerienses por el corte del suministro del Negratín, ante la situación de sequía de la Cuenca del Guadalquivir. El precio a pagar previsto por el agua del Júcar estaba en 30 céntimos el metro cúbico.


El agua del Negratín al Almanzora, por ahora, ni está ni se le espera, desde que hace un año se suspendiera por la bajada de nivel del embalse granadino. En 2023 no parece que el caudal se recupere por lo que la situación se puede agravar para los agricultores de esas 24.000 hectáreas sembradas de frutas y hortalizas. 



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