Roqueteros y ejidenses, los que más gastan en agua mineral

El gasto en agua embotellada es muy desigual en los municipios de la provincia de Almería, según los datos proporcionados por la consultora especializada AIS. Una de las conclusiones es que las zonas turísticas están por encima de la media en este gasto y que el interior es más proclive a consumir el agua suministrada por la empresa concesionaria del servicio urbano.

Como ejemplo del gasto en agua mineral de algunos municipios de la provincia de Almería, destaca en primer lugar Roquetas con un gasto de 83 euros por habitante al año.

 El Ejido mantiene también un nivel elevado con 77 euros y Almería capital desciende a 49 euros. En el Levante, Níjar solo gasta 46 euros por habitante, Garrucha 56 euros, Mojácar también 56 euros, Carboneras y Vera se eleva a 62 euros de media por persona y año.

Los hogares de Andalucía gastan una media de 57 euros, por debajo de la media nacional, 62 euros. En concreto, los gaditanos con 61 euros, le siguen, los almerienses y malagueños con 59 euros, los sevillanos, 56 euros, los cordobeses con 55 euros y, por último, onubenses, granadinos y jiennenses con 53 euros. En principio, el mayor gasto en agua mineral implica peor calidad de agua de grifo y menos consumo de agua corriente para beber. 

Este consumo tiene mayor impacto ambiental por la captación, el embotellado, el transporte de las mercancías, y posteriormente la gestión de los residuos de las botellas, existencia de micro plásticos, y finalmente la deposición o gestión final de los residuos plásticos o vidrio que se utiliza. Se observa que el tipo de suelo predominante en cada zona tiene una cierta influencia en el consumo de agua embotellada. Así, las regiones con suelos de mineralización débil, es decir granitos y zonas ácidas, como Madrid, Galicia y el Norte de España, registran el gasto medio más bajo en agua mineral entre sus residentes.

 En cambio, las zonas con suelos con alta mineralización o básicos, como puede ser el de la costa mediterránea, aportan otras características al agua que pueden afectar más a su sabor y provocar que se incremente la compra de agua embotellada.