Denuncian contrabando y reventa de tomate marroquí con marca ‘Almería’

Coexphal acuerda expulsar a empresas que compren en Marruecos y no marquen su origen

Cultivo  de tomate en un invernadero almeriense.
Cultivo de tomate en un invernadero almeriense.
Manuel León
07:00 • 27 jun. 2019

Coexphal, la Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas  de Almería, denunció ayer una mala praxis en el sector agrícola que viene evidenciándose desde hace años, sin que nadie le ponga coto: el contrabando y la reventa de tomate marroquí como de origen almeriense.



Coexphal, la principal organización del sector con 83 empresas asociadas que representan el 70% de las exportaciones, considera que esta práctica desleal, a la que se le hace a diario la vista gorda “está arruinando a los horticultores de la provincia, el principal sector económico almeriense que representa el 40% del Producto Interior Bruto (PIB), si se incluye también el negocio de la industria auxiliar.



La organización presidida por Manuel Galdeano y dirigida por Juan Colomina y Luis Miguel Fernández, ha manifestado que “es necesario y urgente que se establezca un plan de inspección para evitar la comercialización del producto marroquí importado como si fuera producto almeriense”.



De hecho, en la última junta directiva celebrada el pasado mes de abril, se acordó que cualquier empresa asociada que compre producto de Marruecos deberá comercializarlo marcando su origen y quien no lo haga así, será expulsado de esta asociación que fue fundada en 1977 y que es una referencia en el sector. En 2017, Marruecos exportó a España 48.424 toneladas  y en 2018 esa cantidad ha ascendido a 63.338 toneladas, lo que representa un 30% más en los últimos doce meses, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.Las empresas asociadas a Coexphal exportan 39 variedades de productos agrícolas bajo plástico y ha sido el tomate, hasta ahora, el producto estrella. 



De hecho, en los últimos años en la zona de Níjar ha crecido en superficie, aunque en otras zonas tradicionales como Palomares, su cultivo prácticamente es testimonial por los bajos precios de las últimas campañas.



Las comercializadoras almerienses de Aproa-Coexphal también arremetieron en su última asamblea contra las cadenas de distribución, sus clientes, quienes les exigen cumplir con la legislación vigente en los derechos laborales de los trabajadores y en los certificados sociales, mientras “compran en chiringuitos o en otros orígenes de producción como Marruecos y Turquía que no respetan los mínimos requisitos exigidos al sector”.



La asamblea demandó también a las administraciones  más control de las importaciones y del etiquetado. 




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