El último fue un buen año en cuanto a la mejora de seguridad en el campo. Según los datos reflejados en el último informe emitido por la Secretaría de Estado y de Seguridad del Ministerio del Interior, durante el ejercicio de 2018 se registraron en la provincia de Almería 792 robos, frente a los mil que se produjeron un año antes.
Ese descenso en 208 sucesos registrados en fincas y explotaciones agrarias y denunciados por los afectados suponen un descenso del 20,8 por ciento de un año para otro, uno de los más destacados en todo el territorio nacional.
Almería, más segura
El porcentaje de reducción de casos de robos de la provincia, ese 20,8 que suponen las cifras dadas a conocer, es sensiblemente inferior al que registró Andalucía, donde se denunciaron 3.973 delitos de este tipo, un 15,38 por ciento por debajo de los del año anterior.
Es también notablemente más bajo que los datos que se recogen a nivel nacional donde se produjeron 11.749 robos en el campo, con un descenso del 14 por ciento sobre los 13.660 que se registraron a lo largo del año 2017.
Unos datos que han sido recibidos con satisfacción por parte de las organizaciones agrarias si bien algunas de ellas, como es el caso de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos han advertido que el número de casos es aún muy elevado y hay que mantener el rigor en las políticas de prevención de la delincuencia y la vigilancia en las zonas rurales.
Tendencia
Aunque los datos en Andalucía, y particularmente en Almería, mejoran los obtenidos en años anteriores, esa tónica no es aún general en España. En varias provincias se han registrado, de hecho, incrementos importantes en los índices de robos cometidos; es el caso de Vizcaya, donde aumentan un 44,4 por ciento, Baleares con un 40 por ciento más, Ávila con un 18,8, Navarra con un 14,3 o La Coruña con un 10,2 por ciento.
En Andalucía la cara es la de Almería con ese 20,8 por ciento menos, y la cruz se la lleva la provincia de Sevilla, en la que en el último año se cometieron 895 delitos de este tipo en explotaciones agrarias frente a los 873 del año anterior, con un incremento de la delincuencia cifrada en un 2,5 por ciento.
Los objetivos más frecuentes de los ‘agrodelincuentes’ son, además de productos hortofrutícolas, distintos tipos de maquinaria, elementos de instalaciones solares de obtención de energía, sistemas de electrificación solar o de riego. Los agricultores piden que se refuercen los medios de los Cuerpos de Seguridad para desarrollar su labor con plena eficacia.
Sólo se resuelven el 18,5% de robos
Una de las cuestiones que preocupa a las organizaciones agrarias, y que condiciona en gran medida la decisión de denunciar los robos, y en especial los de menor consideración, es que el ratio de esclarecimiento de estos delitos es aún “demasiado bajo”, según Unión de Uniones.
Ese porcentaje está actualmente en un 18,5 por ciento, lo que “a priori desanima a muchos agricultores y ganaderos a presentar las denuncias”. Desde las organizaciones agrarias se anima a los profesionales del sector a no bajar la guardia. Aconsejan tomar todas las medidas legales a su alcance “para protegerse y para facilitar la identificación de los autores de estos hechos”. Con ello se lograría solucionar más casos y hacer que las estadísticas se aproximen a la realidad.
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