Prohíben la venta a pérdidas, una medida pedida por los agricultores

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación anunciaba ayer con satisfacción la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, de un decreto por el que se prohíben las llamadas ‘ventas a pérdidas’, una práctica habitual en las cadenas de supermercados para atraer con precios bajos a los clientes.

Es una medida que ha sido reclamada con insistencia por parte de organizaciones agrarias como la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Almería (Coag), por lo que significa de pérdida de cotizaciones de productos con tanto peso en la economía de los agricultores como es el tomate.

Fin al abuso
El ministro Luis Planas considera que esa prohibición está llamada a convertirse en una herramienta eficaz contra las prácticas desleales que se producen en la Cadena Alimentaria y asegura que añadirá más seguridad jurídica a las prácticas comerciales.

Es al mismo tiempo una forma de incorporar las normas que en esta materia parten de la Unión Europea, empeñada en introducir normas que acaben con los abusos de la distribución comercial.

El nuevo decreto viene a modificar la anterior Ley del Comercio Minorista que regulaba la venta a pérdidas en la legislación española, al reintroducir la prohibición adaptándola a la normativa comunitaria y estableciendo fórmulas para controlar esas prácticas desleales.

La nueva norma
Según el secreto aprobado ayer, la venta a pérdidas fue también valorada por la ministra de Industria, Reyes Maroto, que en declaraciones recogidas por la revista digital Hortoinfo, afirmaba que la regulación de este tipo de prácticas es una medida necesaria para dar certeza jurídica a los operadores, señalando que esa práctica no es lícita cuando se vende un producto por debajo del coste de producción.

Para el secretario general de Coag-Almería, Andrés Góngora, la medida llega en un momento en el que el tomate almeriense corre peligro al ser uno de los productos utilizados con más frecuencia para atraer al comprador con precios bajos. Denuncia que el tomate se está vendiendo  en muchos casos por debajo de los 50 céntimos que es el coste de producción. Ahora quiere que las comercializadoras tomen medidas para evitar el hundimiento de los mercados.