“Las etiquetas han dado al colectivo un espacio seguro en un mundo LGTBIfóbico”

Entrevista al influencer ‘Marica de Pueblo’, todo un icono LGTBI del mundo rural

Fotografía de Franchesqui López.
Fotografía de Franchesqui López. La Voz
Nazaret García
09:00 • 07 may. 2022

Franchesqui, granadino asentado en Almería, es estudiante del Grado de Educación Social en la Universidad de Almería. No obstante, muchos le conocen por ser todo un referente en las redes sociales, 'Marica de Pueblo'. Se describe como un icono rural, una caja de sorpresas y repudia absolutamente las desigualdades. A través de TikTok e Instagram divulga realidades del colectivo LGTBI que necesitan ser visibilizadas. 



¿Qué te llevó a determinarte como un icono rural?



Fue cuando empecé en la red social TikTok y contaba mi vida, mi día a día en el pueblo. También mi realidad. Aunque creo que eso se fue construyendo cuando salí del armario y me convertí en una especie de referente en mi barrio ya que no había personas LGTBI tan visibles como yo lo soy. Nunca me determiné por un icono rural pero empezó a construirse. Me di cuenta que de lo rural no hay referente, solo 'influencers' en Madrid y Barcelona con una vida despampanante, con un gran trabajo... Y no veía ese nicho, veía la necesidad de crear ese nicho. 



¿Por qué crees que aún hay quien se niega a aceptar que la identidad de género es lo que a cada uno le plazca?



Creo que es desconocimiento. Son procesos tan complejos que necesitas de mucha empatía para entender cómo una persona puede identificarse como quiera. También de muy pequeños nos han enseñado bien qué es ser hombre, ser mujer, esos dos género tan marcados. La gente no valida que puedas salir de esa norma. Incluso invalida que esa persona 'transicione' de hombre a mujer y que 'transicione' a no binaria. Eso es una narrativa que se usa para atacar a las personas trans de que tienen un problema, de que hay que estar demasiado seguros... Pero es que la identidad de género es algo que tiene que ir fluido, que se construye con el tiempo y no algo que debe ser impuesto, con lo que tienes que vivir. No entendemos que la identidad de género, la orientación y la persona se construye con el tiempo. 



Últimamente Almería se está haciendo eco por numerosas agresiones homófobas, ¿qué está fallando, particularmente en el sistema, para estas actuaciones intolerables?



Lo que creo que está fallando es a nivel de administración. Se necesita una puesta en marcha con las asociaciones que hay para movilizarse más porque las personas homófobas están. Aunque también pienso que debería haber más protocolos para proteger a esas personas, más sensibilización por parte de la población almeriense, sobre todo porque es una ciudad con un pensamiento mucho más conservador que otras. Se necesita mucha educación, aunque haya entidades potentes. 



¿Hay quien se aprovecha de la lucha LGTBI para hacer de ello un producto que mercantilizar, incluso también a nivel político?

Es inevitable en el sistema capitalista que vivimos, porque todo lo que coexista en los márgenes trata de apropiarse de ello y sacarle una rentabilidad. Es imposible que no suceda. Creo que más que mercantilizar, la cuestión es repensar con qué fin se está mercantilizando. No es lo mismo que se apropie de mi discurso o mi lucha ciertos partidos políticos con discursos homófobos que constantemente utilizan la figura del hombre homosexual para atacar a otros colectivos, que un partido político que se apropie de nuestras narrativas para promover derechos. Hay que mirar la finalidad. 


¿Son las políticas de protección a estas personas son reales o lo conseguido hasta ahora viene del pueblo llano que ha sufrido transfobia, homofobia, machismo?

No hay políticas reales que nos protejan y que sean efectivas para las personas LGTBI. Eso es algo que se espera que se ponga en marcha con la Ley Trans y por eso es tan importante esta ley, porque lleva implícita esa parte de igualdad efectiva de las personas LGTBI. Y el problema es que la Ley Trans se está tirando por la borda por la autodeterminación de género, pero es que la Ley Trans recoge también aspectos mucho más importantes para todas las personas LGTBI. 


Etiquetas, ¿a favor o en contra?

Me hace gracia quien dice que las etiquetas no deberían existir. Eso es una utopía porque el ser humano se cuestiona las cosas, necesita encontrar respuestas. Esa gente que tanto critica las etiquetas y juzga a la gente del propio colectivo desde una posición privilegiada es porque no saben esas necesidades crean respuestas, espacios de cuidados LGTBI, que la gente conozca tu realidad. Las etiquetas son partidarias de los derechos humanos, no sé porque las atacan tanto. Las etiquetas han sido las que al colectivo nos ha dado un espacio de interacción, de empoderamiento en un mundo profundamente LGTBIfóbico. De hecho van a existir siempre porque son una herramienta también para conocer qué nos pasa o qué no, el punto de configurar tu identidad, de dar el primer paso. 


Está por llegar la primera edición de los Premios LGTBI+ en Almería, ¿por qué es tan importante unos galardones de este índole en la provincia?

Estos premios son muy importantes porque hay mucha gente activista que está trabajando en la coeducación, la sensibilización, la divulgación... Esas personas, reconocerlas a ese nivel, es gratificante porque se está trabajando en muchos aspectos que necesitan ser visibilizados. En primer lugar, porque el trabajo de esa persona está teniendo un impacto en la comunidad almeriense y eso es importantísimo para las generaciones futuras, y que de no ser así, no habría una fuerte oposición a esos discursos que están blanqueados en las instituciones. Y en segundo lugar, porque se abre el camino a otras personas que quieren dedicarse a esto y que tengan esas inquietudes sociales, para que en el futuro sigan trabajando en el camino tan grande que le queda a Almería por recorrer. Recordar que por muchas agresiones homófobas que haya, estamos unidas.


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