“Si queremos seguir en un mundo como lo conocemos, hay que cuidar a las abejas”

Valeria Benassi, apicultora, cuida de sus colmenas para proteger a las abejas

Valeria Benassi, en el entorno de Cortijo Los Baños, donde se encuentran sus colmenas.
Valeria Benassi, en el entorno de Cortijo Los Baños, donde se encuentran sus colmenas. La Voz
Rosenda Mirón
20:00 • 01 oct. 2022

Hace catorce años llegó con una mochila como voluntaria desde su Italia natal hasta Granada, y en un abrir y cerrar de ojos estaba en Lucainena de las Torres, de donde ya no se ha ido. El confinamiento y los cierres perimetrales durante lo peor de la pandemia ha dado grandes historias de emprendimiento y reinvenciones, y esta es una de ellas. En un paseo por el campo su hijo descubrió un enjambre, y ese fue el principio de La Respetuosa, su iniciativa de apicultura social, en la que no venden miel, sino que su objetivo es cuidar a las abejas y concienciar a la sociedad mediante charlas en colegios y experiencias en sus colmenas de la importancia de su supervivencia.



¿Por qué es tan importante cuidar las abejas?



Sobre todo porque si quieres seguir viviendo en el mundo como lo hemos conocido de niños y que nuestros hijos lo sigan viendo así hay que cuidar los insectos sí o sí. Si quieres seguir comiendo sano los polinizadores son los que nos proporcionan la variedad increíble que tenemos cada día en el mercado.



¿En qué consiste cuidar a las abejas?



El 80% del trabajo se realiza fuera del apiario, porque las abejas necesitan variedad y hay que plantar, hay que tener un huerto, que haya plantas aromáticas, cuidar que no fumigue cerca. En el colmenar se echan horas pero en casa y en el campo se hace muchísimo trabajo. reforestan, con acacia, algarrobo, frutales, todo eso va a favor de los polinizadores.



¿Hay futuro para las abejas?



Estamos en un momento muy difícil, cambio climático, globalización, plagas, especies invasoras como la avispa asiática, pero yo confío en las familias y los niños, por eso la apicultura social, no dejar que la voz de los apicultores se apague, hay que informar y la gente tiene que saber que sin polinizadores lo tenemos difícil y el declive está aquí. Las abejas son un pequeño insecto pero con grandísimas capacidades y creo que seguro se sabrán adaptar, pero les tenemos que echar una mano.



No podemos sustituir a los polinizadores.

No, efectivamente. Si quieres comer solo arroz y cereales pues entonces dejamos que vayan en declive, pero si quieres la diversidad, que llama a la biodiversidad, es importante que estén.


¿Qué cosas dañan a la población de insectos?

Nosotros no estamos a favor de los cultivos intensivos, a mogollón. Por ejemplo esos campos inmensos de lavanda que sí, son preciosos, pero duran un mes y después ¿qué comen los polinizadores? También los trashumantes que son apicultores que llevan las colmenas de floración en floración, las mueven por zonas, pero pasan polinizadores de una zona a otra y crean mucha población para poca comida. Desajusta el equilibrio de la zona.


¿Pierden su hábitat?

Sí y no solo las abejas melíferas, sino las abejas solitarias, abejorros, murciélagos, mariposas… Las cifras de pérdida de insectos en la última década son tremendas: los plaguicidas, herbicidas, fumigar en floración... Si queremos una mandarina sin hueso por ejemplo, detrás hay un agricultor que ha echado plaguicida a unas flores para que las abejas no polinicen porque si las abejas polinizan lo hacen bien y dejan la semilla. Si el consumidor pide fruta sin hueso hay que saber que detrás hay eso, se fumiga en época del azahar y las abejas mueren.


¿Qué te han enseñado las abejas?

Me han enseñado a agradecer. La primera vez que vi la miel dije “gracias, esto no es comprarlo en un bote, la miel es esto”. El agradecimiento de ver que el trabajo que he hecho con ellas acompañándolas ha dado ese fruto. Me han enseñado el trabajo comunitario, tenemos mucho que aprender de ellas, tienen una abeja obrera por ejemplo que cuando nace lo primero que hace es ir a limpiar el espacio donde ha nacido porque ahí va a nacer otra hermana, luego son nodrizas que cuidan y mantienen la temperatura de la cámara de crías, hay otras que son cereras y van construyendo los panales, después son guardianas que están atentas de qué enemigos se acercan, a veces propolizan la entrada para salvaguardar la colmena de ciertos animales, también hay la abeja enfermera y la mortuaria, que suelen ir juntas para revisar las crías y detectan si hay problemas, enfermedades, que se encarga de recoger a las abejas muertas.


¿Qué tenemos que aprender los humanos de las abejas?

Que no hace falta ir tan lejos, que todo lo tenemos cerca, que tenemos la capacidad de hacer mucho, hay que creer en uno mismo, en el prójimo y hay que crear redes, no somos personas solitarias sino seres comunitarios, hay que aprender a dar nuestras capacidades para el bien común y quizás mejoremos en algo, porque se lo estamos poniendo difícil al mundo, al medio ambiente en general.


Temas relacionados

para ti

en destaque