Laura López, influencer: “Estoy muy orgullosa de pagar impuestos tan joven”

Con millones de seguidores en Tik Tok y solo 20 años, es pionera y referente en redes sociales

La conocida influencer almeriense Laura López Palenzuela posa para el fotógrafo Juan Sánchez
La conocida influencer almeriense Laura López Palenzuela posa para el fotógrafo Juan Sánchez Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
21:28 • 30 jul. 2022 / actualizado a las 22:37 • 30 jul. 2022

A sus apenas 20 años, Laura López Palenzuela, más conocida en el mundo influencer como @lauralp21, es toda una referente en las redes sociales, con 3, 5 millones de seguidores en Tik Tok y más de medio millón en Instagram y en YouTube. Empezó de adolescente, siendo alumna del IES Azcona, con esto de los videos, las fotos y los post, y hasta ha escrito dos libros, uno de ellos traducido al francés. Pero a esta jovencísima almeriense, hija de enfermeros, el éxito no le ha cegado ni el brillo del dinero a tan corta edad le ha desviado de lo que más le importa: sus estudios y su formación. Está a solo un curso de terminar la carrera de Historia en la Universidad de Almería y se plantea seguir con un máster o con otro grado. Demuestra tener una cabeza muy bien amueblada y sentido de la responsabilidad con lo que hace y con los cientos de miles de seguidores en una muy incipiente juventud a los que llega. Así piensa @lauralp21. 



¿Por qué los jóvenes hoy tienen a los influencers como sus referentes? 



Yo creo que normalmente tienes como referente a una persona o que es cercana a ti, o que ha hecho algún logro que tú imitarías. A los influencers nos tienen como personas cercanas, porque nuestro público es una generación que ha nacido con el móvil y la tecnología. Han ido creando como un vínculo con nosotros. El hecho de que nosotros hablemos sobre temas como la violencia de género, el cuidado del medio ambiente o cualquier tema de responsabilidad social, creo que va a calar mucho más que si lo hace una televisión, porque los jóvenes se despiertan y se meten en las redes sociales. Cuando salgo a la calle las niñas vienen a mí como si me conociesen de toda la vida, me piden una foto, me dan un abrazo, me dicen, has subido un video y me has sacado una sonrisa. 



¿Te identificas con la etiqueta de influencer?



Personalmente, a mí no me importa, pero hay mucha gente que la asocia a algo negativo. Tampoco pretendemos influir, sino más que nada inspirar. Te metes en mi contenido y yo, por ejemplo, he creado algún maquillaje que a ti te gustaría hacértelo. Te inspiro, no te influye. Más que influencer solemos preferir creador de contenido, que engloba YouTuber, Instagrammer, de todo. 



¿Cómo y qué inspira a una inspiradora? 



Creo que es un poco de práctica y también de ir nutriendo de otras personas que te gusten o que sean de tu estilo. La práctica hace al maestro, indudablemente. 



¿Cuánto llevas en esto? Empezaste muy joven. 

En 2014. Prácticamente he crecido con esto. 


¿Cómo llegaste? 

Diría que sobre todo fue suerte, porque todo esto era muy nuevo. Cuando empecé no sabía que se podía ganar dinero, y había muy pocos influencer. En esos momentos destacar era mucho más fácil que si se empieza ahora. De hecho, no existía ni el término influencer. El factor suerte fue muy importante porque hice un tipo de vídeo que ahora es muy típico en Tik Tok, vídeos con música de playback. Ese programa se llamaba Musicaly, pero antes empecé en YouTube


¿Y cómo era?

Era como una aplicación de edición en la que tú seleccionabas una canción cualquiera y hacías playback, le metía audiciones y era como un vídeo de un minuto súper dinámico. Copiaba canciones del momento, entonces la gente buscaba cualquier canción del momento y salía mi video. Eso fue lo que me hizo impulsarme y me fui manteniendo y adaptando. 


¿Sientes el peso de la responsabilidad de los mensajes que transmites a millones de jóvenes? 

Por una parte me siento muy orgullosa de tener esa voz. Y del hecho de que tanto mi generación como otras generaciones puedan sentirse inspiradas por lo que yo haga o lo que pueda decir. Sé que eso conlleva muchísima responsabilidad. Tienes que tener cuidado, porque si yo ahora te estoy hablando y se puede malinterpretar, imagínate cuando estás hablando a una pantalla y a miles de personas, incluso millones. En mi caso no he tenido nunca ninguna polémica ni malentendido, por esa parte estoy muy orgullosa. 


¿Cómo definirías el tipo de contenido que haces? 

Hago sobre todo maquillaje, moda, un poco de todo, cuento mi vida para que vean que soy una persona totalmente normal. Les cuento cuando tengo exámenes para que vean también que estudio como ellos, que se pueden hacer varias cosas a la vez si te lo propones. Mi contenido es muy variado, sobre todo estilo de vida. 


¿Qué valores son los que quieres proyectar? 

Pues yo diría que el esfuerzo, la constancia y la dedicación, aunque también dejo claro que hay veces que nos esforzamos y no por ello te van a salir las cosas. Muchas veces dicen que la motivación es lo principal, pero yo diría que es la dedicación. Yo no todos los días me levanto con ganas de grabar vídeos y te tienes que obligar un poco. Son los valores que yo me aplico en mi día a día, y es lo que se refleja indirectamente. 


Las redes sociales para algunos son una profesión, ¿se puede vivir de esto? 

Hace cinco o seis años, no te lo habría dicho tan seguro, pero hoy día sí lo es. Yo soy autónoma desde 2018 y pago impuestos. Entonces, claro que es una profesión. De cara al público puede ser un poco dudoso porque, al fin y al cabo, lo que yo hago es publicar fotos, hacer vídeos. El dinero que gano es a partir de la publicidad a la marca. La gente dice, vale, hace una foto y está ganando no sé cuánto dinero por ello, pero detrás de esa foto hay muchas personas, si yo decido no hacer esa foto, otros también están perdiendo dinero. Yo trabajo para mi agencia y mi agencia trabaja para esa marca. Hay toda una cadena detrás, como todo un mes de preparación. 



 

¿Cómo es el proceso?

La marca se pone en contacto contigo, te dice más o menos el plan de contenidos que quiere y te dice mira, quiero una foto, quiero una historia y un vídeo, qué presupuesto tienes para eso. Yo les paso el presupuesto. Si están de acuerdo, ya me pasan su plan de contenidos, el briefing, que es como se llama, lo que ellos quieren transmitir, qué debo hacer, qué no debo hacer y yo voy generando la idea, la hago, la paso, me la aprueban y ya puedo hacer el contenido. Si lo validan, puedo publicar, si no, otra vez. Hasta el título que hay debajo de la foto, todo está súper medido y tengo que indicar, obviamente, que es publicidad. 


¿Hay entonces mucha gente que depende de tu trabajo?

Sí, porque yo estoy con una agencia, mi agencia se lleva un 30% de lo que la marca me puede dar. Y el hecho de que se pueda vivir o no, yo actualmente sí podría vivir de esto, pero, claro, no depende de mí, esto no es una oposición o un funcionariado, al fin y al cabo eres autónomo, y tú dependes de tu audiencia. Tienes que ir adaptándote, por mucho que te esfuerces muchas veces no vas a conseguir lo que quieres. Sí que se puede vivir, pero no sé si se puede vivir a largo plazo. 


Hay influencers que lo dejan todo por las redes sociales, pero no es tu caso, estás estudiando una carrera universitaria. ¿Qué importancia le das a la formación y la preparación? 

Yo siempre he tenido claro que quería seguir estudiando. Empecé en 4.º de la ESO, y fue un boom. Fui creciendo poco a poco, pero veía que me estaba yendo bien. Perfectamente podría haber dejado los estudios, pero siempre he tenido los estudios por encima de las redes sociales. A veces he tenido algunos problemas con las marcas, porque tenía exámenes y para mí eran más importantes los exámenes que la publicación. Entonces tenía que aplazarlo, ponerme de acuerdo.... Siempre he tenido muy claro que quería seguir estudiando, no tenía claro el qué, porque yo estaba en el Bachillerato de Ciencias de la Salud y acabé haciendo Historia. El año que viene la acabo. 


Es el tuyo quizá un modelo atípico, de no dejarse deslumbrar por el brillo del dinero. ¿Están otros compañeros en otra onda? 

En general la mayoría o se metieron en carreras universitarias y las dejaron o no estudian. Al fin y al cabo es muy fácil decir, vale, dejo de estudiar, aprovecho ahora el momento, aprovecho el boom y gano dinero. Yo lo entiendo, pero en mi caso, prefiero estudiar. De hecho pensé también estudiar Marketing, pero no quiero ligar mis estudios solo con lo que estoy haciendo. Al fin y al cabo creo que no me quiero dedicar toda mi vida a las redes sociales y si estudio Marketing me estoy ligando a estar con la publicidad. 


Pareces tener claro el futuro. ¿Cómo te lo planteas?

Bueno, eso es lo que parece. Todo el mundo me dice, tú lo tendrás súper claro. Para nada. En segundo de Bachiller, como soy bastante buena estudiante, los profesores me preguntaban qué iba a estudiar y yo, a dos semanas de hacer la matrícula de la Universidad, no sabía. Mi padre sí tenía la vocación de ser enfermero, pero yo es como va viniendo, me voy adaptando y viendo qué es lo que me gusta. Cuando acabe Historia no sé si haré un máster o si me meteré a otra carrera, pero sí quiero seguir estudiando y manteniendo las redes. 


¿Qué opinas de los influencers que se van al extranjero para pagar menos impuestos? 

Cada persona es libre de hacer lo que quiera. Pero, en mi caso, a mí no me importa pagar tantos impuesto. Yo no me iría a Andorra con tal de evadir impuestos, por así decirlo. No estoy ni en contra ni a favor, simplemente yo me quedaría aquí porque soy consciente de que pagando impuestos no solo me estoy favoreciendo a mi misma con los servicios públicos, sino que estoy favoreciendo a los demás, con la sanidad o las infraestructuras. Creo que todos sumamos. De hecho, estoy muy orgullosa de poder pagar impuestos tan joven. 


¿Has rechazado trabajos por no compartir los valores de una marca? 

Si a mi no me gusta una marca, aunque me paguen, no voy a colaborar. 


¿Por qué? 

Porque yo he creado un vínculo con mis seguidores. Si voy a promocionar una marca por el simple hecho de ganar dinero y a mí esa marca no me gusta, le estoy vendiendo algo a mis seguidores que van a comprar y a mí realmente no me gusta. La confianza cuesta mucho ganarla y decepcionar a alguien cuesta muy poco. En mi caso indico que es publicidad porque tengo que hacerlo, pero por el hecho de que sea publicidad no significa que sea menos válido, porque lo que yo estoy promocionando es porque lo estoy usando y sé que funciona. 


¿Tiene más importancia el vínculo con los seguidores que el contrato? 

Sí, sin duda. Si yo lo estoy promocionando es porque lo he usado y a mí me va bien o me gusta. Si, por ejemplo, promociono una marca para los granos, a mí me gustaría que funcionara, porque si ellos se van a gastar el dinero en algo que puede generar tanta inseguridad como el acné facial, me gustaría que estuviesen satisfechos con lo que están comprando, no promocionar por promocionar, porque a mi me están pagando. Trato a mis seguidores como amigos, si le recomiendo a mi amigo un producto, también se lo recomendaría a un seguidor. 


No todos los profesionales son iguales, ¿hay en esto también mucha irresponsabilidad? 

Sí. He visto gente que promocionan apuestas de juego, y realmente creo que no son muy conscientes del público que le está viendo, que suele ser un público bastante joven y que aún está creando su personalidad. El hecho de que promociones alguna cosa puede calar en ellos y meterse, por ejemplo, en apuestas de juego, que es una adicción.




¿Cualquiera puede valer para influencer

Hombre, lo primero es que te guste porque tienes que estar día sí, día también. Aquí no hay vacaciones, domingos ni festivos. Pero es un trabajo muy bonito, te aporta, viajas, conoces muchas cosas, y te dan dinero por eso. Sé que mucha gente dice que es muy sacrificado porque nunca desconectas. Pero, por ejemplo, mis padres se levantan a las siete de la mañana, hay días en los que trabajan 24 horas haciendo guardias y están cobrando menos que yo. Yo hago un trabajo en el que el dinero que gano no es proporcional a lo que trabajas. Te puede cansar porque tienes que estar pensando ideas, pero no es como un trabajo común. 


¿Vivir en Almería influye en positivo o negativo? 

Para empezar a ser influencer no tanto, porque tú estás creando contenido con tus recursos y en tu casa. Cuando ya tienes más seguidores y ves que la mayor parte de los eventos se hacen en Madrid, o en Barcelona, muchas veces sí me he visto limitada porque me han llamado para première de películas, para promoción de marcas, que se hacían de un día para otro, y las comunicaciones sí limitan un poco. 


¿Y te has planteado dar el salto a otra ciudad? 

Yo de momento estoy muy a gusto aquí, y creo que me voy a quedar, a no ser que quiera estudiar otra cosa que no haya en Almería. Pero por el hecho de las redes sociales me quedaría aquí porque mi padre me ayuda un montón, y él no se puede estar moviendo. Mi padre y yo somos un equipo, él me graba y nos complementamos muy bien. 


¿Cómo de importante es la familia en tu vida?

Mi madre, mi padre y mi hermano son esenciales. Desde un primer momento me apoyaron, aunque al principio, como era menor, me dijeron aquello de cuidado a ver dónde te metes. Al fin y al cabo no sabes quién te está viendo detrás de la pantalla. Pero nunca me dijeron deja de hacer contenido y ponte a estudiar porque veían que yo iba muy bien en los estudios. 


¿Qué es lo que nunca haría?

A mí lo que me caracteriza es que mi perfil es muy blanco, yo no promociono marcas alcohólicas, no promociono tabaco, ni me iría por esos temas. 


¿Lo más bonito que te ha pasado? 

La firma de mi primer libro que fue en Almería, en la Picasso, y había colas. El hecho de pensar que había gente esperando desde las seis hasta las once para verme un minuto, para que le firmara el libro, sacar una foto y darme un abrazo… en el momento no lo piensas tanto, pero digo ¡madre mía! creo que no soy consciente de todo lo que he podido abarcar. 


Tampoco es habitual que alguien que se dedique a redes sociales escriba libros. ¿Es una línea en la que piensas seguir? 

No era habitual, pero las editoriales vieron en nosotros que teníamos mucho público y la confianza que hemos creado. Entonces vieron que podíamos, siendo sinceros, vender bastante. Por mi parte yo tuve ayuda, para mi libro lo que se hizo fue una escaleta y se fue haciendo poco a poco. Yo no me puse a escribir con un papel en blanco. Además, yo era bastante joven, escribir siempre me había gustado, pero el hecho de escribir un libro lo tenía súper lejano. 


¿Cómo lo planteaste?

Cuando me lo propusieron, primero pensé en hacer una autobiografía. Pero dije, a ver, tengo 17 años, no tengo tanto que contar como para un libro. Entonces lo que hice fue una novela inspirada en mí. La trama no es real, pero perfectamente podría ser real. Estoy de acuerdo en que se haga si tú te implicas en escribir un libro, pero si es la editorial la que te va a hacer el libro, no lo veo bien, porque estás vendiendo algo a tus seguidores que tú no has hecho. 

 

¿Hoy se puede vivir sin móvil? 

Yo no podría vivir sin móvil. Muchas veces he pensado que si yo no fuese influencer, igual no utilizaría las redes sociales. Pero es que no lo sé. ¿Vivir sin móvil? Pues lo veo complicado. 



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