Almería, la OTAN y la plataforma del Mediterráneo

Almería mira con preocupación la influencia de la crisis del Sahel en el terrorismo

Soldados de EEUU en Viator en las Trident Juncture.
Soldados de EEUU en Viator en las Trident Juncture. La Voz
Javier Pajarón
20:30 • 02 jul. 2022

El 2 de diciembre de 2008 el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, posó en una foto oficial en Bruselas con Condoleezza Rice, secretaria de Estado de EEUU, y otros representantes de países adscritos a la OTAN. 



La reunión abordó asuntos candentes como la influencia de los conflictos en Irak o Afganistán, pero abrió también la mirada a un horizonte más cercano. Moratinos anunció aquella tarde la celebración en Almería de la cumbre entre la OTAN y el Diálogo Mediterráneo. Un hito. 



La Alianza aceptó la petición española de acoger la reunión internacional, un foro creado en 1994 por seis países mediterráneos y Mauritania (único país OTAN de la franja subsahariana).



En los días siguientes se habló de seguridad, de plazas hoteleras, de infraestructuras, de recursos militares... Pero la cumbre nunca se desarrolló. Ni la cita de la OTAN ni el encuentro hispanomarroquí anunciado para las mismas fechas de 2009 por la secretaria de Estado de Migraciones, la almeriense Consuelo Rumí.



Sin embargo, la OTAN ponía entonces en la agenda el norte de África y los circuitos criminales del Sahel, con Almería como una plataforma simbólica desde donde contemplar las sombras que acechaban el Mediterráneo Occidental.



Peligros



Hoy, 14 años después de aquella cumbre fantasma, el peligro toma cuerpo en forma de tráfico de personas, de armas y de drogas.



El Gobierno de España impulsó esta semana en Madrid un debate sobre la situación del norte de África en la cumbre de la OTAN en Madrid. El presidente Pedro Sánchez se reunió con el presidente estadounidense Joe Biden para pedir apoyo en el llamado “flanco sur”.


El Concepto Estratégico aprobado en Madrid recogió específicamente la necesidad de intervenir en esta región ante un contexto que “proporciona un terreno fértil para la proliferación de grupos armados no estatales, incluidas las organizaciones terroristas. También permite la interferencia desestabilizadora y coercitiva por parte de competidores estratégicos”. 


Almería conoce bien este conflicto, por motivos distintos. En primer lugar, la provincia se ha configurado como un receptor tradicional de la migración clandestina procedente de Marruecos (la mayoría ciudadanos subsaharianos) y de Argelia (incluidos desplazados desde Afganistán o Siria).


Terrorismo y Mali

En segundo lugar, la provincia cuenta con, probablemente, la unidad militar que mejor conoce la situación en el Sahel. La Legión ha realizado varios relevos en la misión de la Unión Europea en Mali, donde las tropas españolas adiestran a soldados locales para contener el avance yihadista (inicialmente de grupos touaregs) en la mitad norte del país. De hecho, la VIII Bandera Colón de la Legión espera realizar el primer relevo español en esta misión en 2023, aunque la UE ya ha anunciado que no prorrogará su presencia en año que viene por los problemas derivados de la introducción de mercenarios rusos. 


En tal caso, la Legión confía en la reestructuración de la misión en Mali o de la apertura de otra operación en la región. Mauritania o Senegal, donde ya está el Destacamento Marfil (apoyo a Mali), serían otras alternativas.


La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, han manifestado en varias ocasiones en las últimas semanas el valor estratégico del Sahel. España no quiere abandonar este espacio y teme el avance de grupos radicales hacia el norte.


De momento, ya se han producido desplazamientos masivos hacia el Mediterráneo que se traducen en un incremento de la migración irregular. Canarias, Cádiz y Almería atestiguan esta tendencia.


Otro asunto es la seguridad de la ruta argelina. La provincia está sufriendo el eje más activo de la inmigración en la Península, con unos 6.000 personas al año y un cambio de paradigma en las pateras. Además, por primera vez se han detectado de manera alarmante desembarcos en tierra sin ser detectados y, más importante, la posible entrada de retornados desde Siria.


La detención de tres terroristas en abril de 2020 en la calle Cádiz de Almería, luego completada con otro dispositivo en Cataluña, sembró la preocupación por la mancha del yihadismo en descomposición de Siria e Irak.


La influencia del tráfico de drogas y armas es también otra preocupación creciente, con sustancias como el hachís, que hace estragos en Alborán.


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