La afición de un almeriense por los pasos en miniatura que se mantiene intacta

Manuel Pérez es propietario de una colección que reúne a trece pasos en miniatura

Miguel Delgado Cerero
20:59 • 25 mar. 2022

Manuel Pérez tiene cincuenta y cuatro años pero desde la juventud mantiene intacta su afición por los pasos de Semana Santa en miniatura. En su haber tiene una colección particular que reúne cerca de una veintena de estas obras de arte en un reducido tamaño. Todo comenzó por su devoción a su hermandad, la del Perdón. Cuando decidió albergar en su hogar de la única manera posible: en un reducido tamaño. Después de la primera maqueta llegaron las demás, y hoy, después de varios años, es propietario de las trece reproducciones expuestas en la floristería Azabache, en la céntrica Calle de las Tiendas.




Raíces



“Desde los 14 años comencé mi integración en la hermandad del Cristo del Perdón y he sido Hermano Mayor durante ocho años. A lo largo de mi vida he estado ligado a esta hermandad y así lo sigo haciendo. Un hecho que dió lugar a una ilusión que yo tenía desde hace tiempo: tener a mi devoción en mi casa”, detalla Manuel Pérez. Para lograr ubicarlos en el interior de su vida familiar, el almeriense se cruzó con el arte que ya desarrollaba el sevillano Juan Perez: “Me puse en contacto con él y le comenté mis inquietudes y al poco comenzamos a trabajar en la maqueta del Cristo del Perdón”. Un trabajo que finalizado, dejó a Manuel Pérez “maravillado” por todo el sentimiento que le transmitió el trabajo.



Lejos de quedarse en un trabajo puntual, almeriense y sevillano establecieron relaciones que facilitaron otros muchos nuevos proyectos, de hecho, en la muestra de floristería Azabache, se pueden observar sendos pasos procesionales, en su mayoría relacionados con la Semana Santa de Sevilla, entre los que destacan el misterio del Cristo de las Tres Caídas de Triana, San Benito, Santa Marta, San Gonzalo, La Cena, La Macarena o, incluso el misterio alegórico de La Canica, que procesiona cada Sábado Santo por las calles de la capital andaluza.



Pero la colección de este cofrade almeriense no sólo se reduce a piezas ligadas con las cofradías sevillanas, puesto que, además de contar con el paso procesional del Cristo del Perdón de Almería, también cuenta con otras cofradías de la Semana Santa local como son La Borriquita, el Cautivo de Medinaceli o el paso procesional y la urna del Santo Entierro, insigne cofradía de la Semana Mayor de Almería. A los ‘retablos andantes’ también le acompañan una figura esencial de la festividad como es el nazareno. Que, dependiendo de la hermandad, toma los colores ornamentales de sus respectivas corporaciones.




Dificultad añadida



Entre las muchas dificultades que abarga esta afición, según detalla el propio coleccionista almeriense, es la de localizar figuras religiosas que guarden relación con las cofradías almerienses. La industria que fabrica las miniaturas en materiales como escayola o barro, tienen estandarizadas las tallas sevillanas, por lo que encontrar imágenes de otras provincias añade un grado más de dificultad por mantener vivo este pasatiempo.



“Para hacer cosas de Almería hay que mandar a hacerlas en 3D y una vez que se imprime en plástico, el artista sevillano lo pinta, viste las imágenes y las prepara. A pesar de este escollo, todo lo que haga a partir de ahora será de la Semana Santa de Almería”. Para alcanzar un nivel óptimo en las réplicas en miniatura de la imágen en cuestión, desarrolladas a partir de fotografías en alta resolución, se capturan todos los detalles posibles de las imágenes para, posteriormente, materializar las obras en un taller especializado en la provincia de Córdoba.


Con lo que respecta a los pasos procesionales, el artista también emplea sus labores en conseguir el mayor porcentaje de similitud a través de los respiraderos, canasto, trabajos de orfebrería, bordados y también exorno florales. Un resultado que ve merecida su inversión económica, material y temporal por la precisión que se observa en ellos a simple vista y también para los ojos más exigentes.  Los hijos de Manuel Pérez comprenden lo que significa para su padre esta colección, pero por ahora se resisten a ampliar su legado, puesto que no han mostrado el mismo interés de su padre por la reproducción en miniatura de los pasos almerienses. “Les gusta, pero en caso de seguir con esta afición, yo creo que ninguno, pero al que más le tira es al mayor”.



Próximos proyectos

La inquietud por ampliar la colección sigue viva en el interior de Pérez, quien ha desvelado que ya se encuentra preparando el Descendimiento de Almería de la cofradía del Silencio y tiene preparado El Resucitado, de quien todavía no tiene muchos detalles como consecuencia de lo que será la próxima puesta de largo en los desfiles procesionales almerienses. 


“Como sabemos es una cofradía que está preparada para salir que la pandemia obligó a pausar, ellos lo tienen todo preparado pero no quieren desvelar nada porque quieren que sea una sorpresa para la gente”, indica Manuel Pérez. Los próximos proyectos que tiene en mente Manuel, tendrán que ser trabajados en el mismo proceso al que han estado sometidos todos los trabajos que pertenecen a su colección particular.


De media, el artista suele emplear entre un mes y mes y medio en finalizar sus trabajos. Una labor artesanal de la que también disfrutan algunas familias almerienses que se vieron atraídas por el simbolismo que guardan y por la alta fidelidad que tienen las reproducciones del artista con los detalles propios y reales de la corporación reproducida en pequeña escala.


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