El precio echa para atrás a los regantes que piden agua desalada de Almería

Los agricultores almerienses hacen frente, una vez más, a las dificultades inherentes al aumento de la demanda de agua para el inicio de la campaña y, como se ha hecho habitual en los últimos años, llaman a las puertas de las administraciones en busca de soluciones de emergencia para sus problemas.

La solución parecía en este caso relativamente sencilla; se trataba de poner en marcha un módulo más en la planta desaladora de la capital, situada en la zona de El Bobar, para atender una demanda estimada en 1,25 hectómetros cúbicos, suficiente para atender la necesidad de recursos hídricos.

Atranque
Sin embargo la cosa no está siendo tan fácil como cabía suponer y el principal escollo está siendo la discrepancia en torno a los precios finales de ese agua producida en la desaladora. Cada cual tiene una postura definida y el punto de encuentro no acaba de hallarse en las sucesivas reuniones.

El Ayuntamiento lo tiene claro, todo está listo para que ese nuevo bastidor comience a producir y sólo resta por firmar el acuerdo con la Comunidad General de Usuarios de las Aguas Depuradas de Almería (CGUAL). Según la concejala Margarita Cobos, “la pelota está en el tejado de los regantes. En el momento en el que firmen el convenio, se abrirá un bastidor más de la desaladora y la CGUAL tendrá el agua desalada que necesita y ha pedido”.

Alto coste
Desde la CGUAL el asunto se ve desde otra perspectiva y es que, según señalaba ayer su presidente, José Antonio Pérez, “las condiciones que impone el Ayuntamiento son leoninas”. Explica que según se recoge en la propuesta “el precio a la salida de la desaladora se pone en 0,77 euros/metro cúbico, es decir lo mismo que puesta en los depósitos de La Pipa, pero nosotros hemos de impulsarla y tratarla por lo que, en el mejor de los casos estaríamos hablando de no menos de 0,82 euros”.

Pero no es sólo esa ‘pega’ sino que el convenio obligaría a pagar la producción total durante los seis meses que, en principio, cubriría la aportación de agua desalada, “cuando en realidad sólo la podemos utilizar cuando no podamos disponer de las aguas depuradas”. Esa cláusula “nos llevaría a pagar un precio de 1,92 euros el metro cúbico, un precio inasumible para los agricultores, porque con el tratamiento y la impulsión para elevar el agua estaríamos hablando de 2,30 euros: imposible”.

Recuerdan además que en una situación similar, hace tres años, ese agua se puso a su disposición a 0,57 euros. Pérez afirma que en cualquier caso “la negociación no está rota, pero necesitamos algunos cambios para poder dar el visto bueno”.

Crítica
El que ayer mantuvo una postura absolutamente crítica fue el concejal y portavoz del grupo de Ciudadanos Miguel Cazorla que ha criticado que el Ayuntamiento trate de cobrar el agua desalada a los regantes de la capital “a precio de gasolina” a través de un convenio “abusivo” en el que se refleja un precio de “0,7754 euros el metro cúbico”, que  ha tildado de “disparate”.

Advierte que Ciudadanos está a favor de proteger el acuífero del Poniente, “pero no a costa de esquilmar los pozos y las norias que utilizan nuestros agricultores”.