“La disponibilidad de los legionarios es una garantía cuando lo demás falla”

Entrevista con el general Melchor Marín, nuevo jefe de la Brigada de la Legión

Antonia Sánchez Villanueva
07:00 • 01 ago. 2021

El general de Brigada Melchor Marín es natural de Lorca y cuenta con una amplia trayectoria militar, que se inició con su ingreso en la Academia de Zaragoza en 1983, en la 43 promoción. Desde hace tres meses está al mando de la Brigada de La Legión, cargo en el que ha relevado al también general de Brigada Marcos Llago. Diplomado en Estado Mayor, Marín Elvira ha servido en unidades legionarias, Brigada Paracaidista, Mando de Apoyo Logístico y Cuartel General Terrestre de alta Disponibilidad, además de misiones en Yugoslavia, Kosovo, Macedonia y Afganistán. En esta entrevista habla del presente y el futuro de la Legión, del papel de las Fuerzas Armadas durante la pandemia o de la relación de la Brileg con Almería. 



¿Qué meta tiene marcada al frente de la Brileg?



Fundamentalmente mantener el prestigio de la Legión y de la Brigada de la Legión en el mismo nivel que hasta ahora. Eso se hace fundamentalmente con trabajo y con la vocación de servicio de todos los miembros de la Brigada. 



Ha sido el año del Centenario. ¿Cómo valora el desarrollo con las dificultades de la pandemia? 



Lo he visto con bastante dignidad, dadas la circunstancias que hemos tenido que vivir. Había un número de actividades planeadas desde hace tiempo que no han podido desarrollarse por razones obvias. Los eventos fundamentales sí se han mantenido, la parada principal del 20 de septiembre presidida por Su Majestad el Rey, actividades culturales, la emisión de determinados productos se ha podido desarrollar. Y en el lado bueno, yo diría que la pandemia ha traído otros sistemas de difundir las actividades del Centenario a través de las actividades online, que también han tenido un alcance bastante relevante. 



¿Cómo valora la implicación del Jefe del Estado en el Centenario? 



Desde su nombramiento como presidente de honor del Comité Organizador, Su Majestad ha estado implicado desde el primer momento en el Centenario. Nos honró con la presidencia del acto el pasado 20 de Septiembre y siempre nos ha transmitido su apoyo y su cariño hacia las fuerzas legionarias. Hace poco sabe que tuvimos el honor de recibirle también en Almería con motivo de un ejercicio táctico. 



La Legión está implicada en el diseño del futuro de las Fuerzas Armadas con la Brigada Experimental. ¿En qué momento se encuentra? 

El programa está dirigido a determinar cómo van a ser las fuerzas terrestres en el horizonte temporal de 2035. El jefe del Ejército emitió una directiva estableciendo un plan en tres fases: una fase conceptual en la cual se ven las tendencias, se intenta imaginar a la luz de los desarrollos tecnológicos cómo van a ser las unidades y qué amenazas se van a cernir sobre el entorno de 2035; luego una fase intermedia de experimentación, que incluye materiales, estructuras, cambiar organizaciones, adaptar procedimientos, la integración de sistemas de mando… se experimenta con todo para sacar conclusiones que se puedan implementar en la última fase. Esas tres fases no son estancas, una va alimentando a la siguiente. Ahora estamos esencialmente en la fase de experimentación. 


El futuro Ejército será muy tecnificado y enfrentará nuevas amenazas, ¿cómo son esas nuevas amenazas? 

Las amenazas están definidas en la Estrategia de Defensa Nacional. Estamos hablando desde las amenazas a la seguridad económica, las cibernéticas, las pandemias y luego el terrorismo, drogas, armas de destrucción masiva. Nuestro papel como Fuerzas Armadas es prepararnos para confrontar esas amenazas en el ámbito que nos corresponda. Para hacerlo, no tenemos más remedio que adaptarnos a los tiempos e incorporar los avances tecnológicos, que nos van a proporcionar esa ventaja a la hora de tener unas estructuras ágiles, eficientes y eficaces. ¿Cómo va a resultar? Posiblemente sean muy tecnológicas, van a ser más reducidas también, porque esa potencia adicional que aporta la tecnología va a permitir que el factor humano se pueda reducir en un volumen. Sí será necesaria mayor formación. Afortunadamente nuestra gente joven está motivada, están preparados y están abiertos a incorporar cualquier tecnología a la eficacia del institución. 


¿Va a jugar la inteligencia un papel cada vez mayor en la estructura militar para anticiparse a las amenazas?

Sí, la inteligencia es una de las funciones del combate fundamental para la toma de decisiones porque en función de la información o cómo cambia la situación, las decisiones se ven afectadas. La inteligencia está llamada a jugar un papel fundamental porque es información elaborada de la cual se deducen determinadas decisiones. Todos los medios de obtención de información, como son los drones, los sensores, la guerra electrónica, la detección de emisiones electromagnéticas, juegan ese papel y lógicamente la protección de nuestras propias vulnerabilidades ante un adversario, con lo cual, evidentemente, la inteligencia está llamada a jugar un papel muy relevante. 


¿Esto cambiará la imagen de La Legión? 

La Legión se fundó para dar respuesta a un conflicto en el norte de África que requería de unas fuerzas profesionales de vanguardia. Desde su inicio, la vocación de La Legión ha sido siempre la innovación. En el siglo XXI, la Brigada Experimental y el proyecto en el cual participamos es la continuación de esa vocación de innovar y buscar las soluciones más eficaces a la situación que estamos viviendo. La situación está avanzando, el conflicto es complejo, los entornos son muy volátiles, es difícil identificar al adversario, dónde está, las zonas son diferentes. Podemos pasar de zonas urbanas muy densamente pobladas a operar en zonas deprimidas rurales, entonces hay que disponer de capacidad de adaptación y aprovechar todo lo que la tecnología y la experimentación nos traiga para alcanzar la estructura más eficiente. 


¿Qué estereotipos sobre la Legión se deben desterrar? 

Una cosa es el estereotipo y otra cosa es la tradición. Las mascotas o ese vínculo con la sociedad civil a través de los desfiles procesionales o la uniformidad con la camisa abierta, eso yo no lo llamaría estereotipo porque forma parte de la tradición y es lo que distingue a una unidad que tiene un fuerte espíritu de cuerpo y que busca por encima de todo la excelencia en todo lo que hace. En 100 años, la sociedad puede pensar que determinados aspectos han acompañado a la Legión, a lo mejor la pendencia, pero eso no es en absoluto lo que tenemos. Ya digo, no debería haber un estereotipo que hay que abandonar, sino que somos una institución que evoluciona a la par de la sociedad, que está formada por personas que pertenecen a la sociedad, que tenemos una función y todo lo demás es accesorio.


¿Qué ha detectado sobre la imbricación entre la sociedad almeriense y La Legión? 

Las autoridades locales y provinciales me han transmitido esa cercanía, ese vínculo tan fuerte que se ha desarrollado en estos casi 30 años. Al final, nuestros legionarios viven en los pueblos y ciudades de la provincia, muchos son de aquí o tienen familia o sus hijos han nacido aquí. Durante casi 30 años se ha desarrollado un vínculo entre La Legión y Almería y ahora mismo yo entiendo que Almería no se puede concebirse sin su Brigada de la Legión, ni la Brigada de la Legión sin Almería. Y nosotros tratamos de estar a todo lo que la sociedad civil nos demanda y participar, que se vea que estamos sólidamente vinculados a la población que nos acoge. 


Se ha dicho incluso que la Brigada es casi como el municipio 104 de Almería. No sé si es mucho decir. 

Pues se parece mucho porque somos más de 2.000 personas las que estamos trabajando y viviendo, la base dispone de alojamientos, tenemos guardería, nuestro banco, nuestro espacio para las mascotas, nuestros puestos de trabajo, nuestro botiquín, nuestras instalaciones sanitarias, instalaciones deportivas, somos una población, si quiere llamarlo así, que desarrollamos nuestra actividad diaria y nos sentimos uno más de la provincia. 


El papel desempeñado durante la pandemia, con la Operación Balmis, ha mejorado aún más la imagen del Ejército. ¿Cómo han vivido desde dentro ese proceso?

Me resulta difícil identificar un sentimiento único que pueda definir cómo nos sentíamos durante estos meses. Yo creo que lo que primaba por encima de todo era ese deseo de estar al lado de nuestros conciudadanos, para lo que fuera, puesto que las misiones han sido muy diferentes, desde presencia en la ciudades, desinfecciones, apoyo logístico, montaje de campamentos, traslado de fallecidos… lo que ha demandado la sociedad y el Estado. Que esa presencia contribuyera a proporcionar tranquilidad y a que el ciudadano supiera que tiene sus Fuerzas Armadas ahí disponibles para lo que lo que haga falta. En este caso, como decíamos antes, la amenaza ha sido esta pandemia y hemos respondido con esa capacidad de organización, con esa voluntad, con esa presencia, con los medios que tenemos a mano. 


¿Cómo les recibían las poblaciones que requerían su presencia? 

Con alivio, con alegría, también con esperanza. Yo estaba en Valencia destinado anteriormente y Valencia tiene zonas rurales bastante alejadas de los núcleos principales, donde no hay policía local, donde los servicios municipales no llegaban, y el hecho de que vieran a los militares, trajeran lo que trajeran, a lo mejor ese día traían compañía o era para comprobar la situación o hacer algún apoyo, les daba tranquilidad, confianza y la esperanza de que entre todas las instituciones, tanto militares como civiles, hemos logrado de alguna manera mitigar la situación. Con gran dolor, porque también ha habido dolor. 


¿Qué previsiones tienen de nuevas misiones internacionales? 

Como siempre decimos, la siguiente misión es la que España quiera. Por encima de todo prima la disponibilidad, nos preparamos para estar disponibles para lo que para España quiera, bien sea una operación de apoyo a las autoridades civiles en territorio nacional, como lo que pueda surgir en el ámbito de los compromisos que España tiene con diferentes organizaciones. Por otra parte, el Ejército también tiene sus propios planes de disponibilidad, en las operaciones que están abiertas, y la lógica dice que en algún momento participaremos en Mali o en el Líbano, que son las operaciones a las que ahora el Ejército de Tierra está contribuyendo con más entidad. 


Si le pregunto de qué se siente más orgulloso de La Legión, ¿qué sería? 

Estamos tocando la parte emotiva. De la gente, de las damas y caballeros legionarios, porque eso es lo que te va a solucionar cualquier problema. Recuerdo una frase: cuando todo falla, la tecnología, los medios, aún te queda el legionario. Eso estaba escrito hace mucho tiempo. Por eso de lo que puedo estar más orgulloso y de lo que estoy más seguro, es de las damas y caballeros legionarios, de su vocación de servicio, de su vocación de prepararse y su disponibilidad para ser empleados donde España quiera. Y eso me tranquiliza. Puede faltar tecnología, pueden faltar recursos, puede faltar tiempo, puede faltar dinero, pero lo que no va a faltar es la disponibilidad, eso es lo que nos garantiza seguir adelante. 


¿El legionario nace o se hace? ¿Qué le diría a quien aspire a serlo?

Lo que le diría a cualquiera que quiera ser militar, y es que primero hay que saber qué es lo que exiges. Ahora, afortunadamente, nuestros jóvenes tienen información y saben lo que implica ser militar. Implica una vida de sacrificio, una preparación, un estado físico y mental que tienes que mantener para estar disponible, e implica pasar unas pruebas. Y por encima de todo, tienes que amar tu trabajo. La Legión es un cuerpo que tiene un espíritu fuerte de cuerpo, que se fomenta y se alimenta. Tenemos nuestro propio código de conducta, el credo legionario, que se puede aplicar incluso en las pequeñas cosas. Y esa es la gran diferencia. Aquel joven que quiera ser legionario debe de ver estos aspectos. Yo no diría que se nace o se hace. Al final hay aspectos culturales, que uno va recibiendo conforme va creciendo y ahí aparece ese momento en el cual dice quiero ser legionario. 


Pero hay valores, el no individualismo, la solidaridad, el servicio a los demás, que tienen que llevarse a priori.  

Sí, esas virtudes que menciona son comunes en toda la tradición militar española. En el caso de la Legión, todas ellas están redactadas en el credo legionario, que toca los valores de la patria, los valores de la bandera, la disciplina, la preparación, el espíritu de sacrificio, porque es el hilo conductor que desde hace cien años ha venido guiando la conducta de nuestros legionarios. 


La Desértica es un éxito abrumador, suspendido por la pandemia. ¿Qué perspectivas hay para la siguiente edición?

Estuvimos en conversaciones con las autoridades locales para evaluar y llegamos a la conclusión de que la edición de 2021 debía ser cancelada. Esperamos con ilusión que 2022 nos traiga mejores condiciones para poder desarrollarla, siempre con prudencia. Y no sólo la Desértica, porque el circuito de las carreras legionarias es bastante popular y hay siempre mucho público que espera con ilusión que se vuelva a retomar.  


¿Por qué cree que este tipo de eventos deportivos organizados por La Legión tienen tanto éxito?

Parece una pregunta fácil, pero me resulta difícil una respuesta. Posiblemente porque se comparten valores que la sociedad está deseando ser partícipe de ellos, del compañerismo, del espíritu de sacrificio que implica el prepararse y el sufrir por los rigores de una carrera, la convivencia con otras personas que tienen los mismos valores que tú. También, por qué no, el cariño que se pone por parte de la organización hacia los competidores, de tal manera que lo vemos como parte de la gran familia legionaria. Creo que ese conjunto de factores son los que hacen que tenga aceptación. 


¿Se necesitan más recursos en el Ejército? 

Lo que los gobiernos correspondientes tengan a bien, no es que se pida más o menos, sino que la Defensa no es un gasto, es una inversión en seguridad necesaria para que nuestra forma de vida se mantenga como es. 


¿Hay alta demanda de ingresos de nuevos legionarios?

 Normalmente siempre hay un número superior de candidatos por plaza. Afortunadamente, el personal que recibimos viene formado, es un personal perfectamente apto para incorporarse a sus puestos de trabajo cualquiera que sean las unidades. 



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