“Todos los que han muerto nos hacen visitas, piensas en alguien y aparece”

San José recibe cada verano a Pepe Ibarra, místico baterista de jazz de Almería

Pepe Ibarra, en un muy personal retrato.
Pepe Ibarra, en un muy personal retrato. La Voz
Fina Martín
09:33 • 29 may. 2021

San José recibe cada verano a este místico baterista de jazz de Almería. Conoció por Internet al amor de su vida hace 5 años y siguen “muy enamoraos”



¡Dios mío, parece usted ‘un cristo’!



Bueno, Jesucristo era un tipo alegre, sin embargo la vida no lo dejó serlo. Él era un antisistema y ser



antisistema es bueno porque cambia lo antiguo para mejorarlo. Ahí vino Franco y empeoró el que había, que estaba bueno. El que quiera saber que lea el libro ‘Vida de Jesús dictada por él mismo’, escrito por el médium Ovidio Rebaudi mediante la escritura automática.



¿Qué es un médium?



Es como un ordenador. Te pones frente a un papel con un bolígrafo y empiezas a recibir información de un espíritu del más allá. ¡Aquí morirse no se muere nadie! Yo me he comunicado con mis padres, mis abuelos y mis amigos. Todos están encantados. ¡Mira!, acabo de encontrar una carta de 1989 con mi amigo Antonio.



¿Mediante escritura automática?



Sí, en aquel momento Antonio me pidió que dejara de escribir porque “no es sano y estaba alterando las leyes del Padre”. “Das mucho trabajo en cosas que no se pueden contestar y te atormentas. Espera a ser un espíritu puro y tendrás respuestas a través de la intuición”, me dijo.


¿Y cómo se manifiestan?

Todos los que están al otro lado nos hacen visitas y están entre nosotros. Piensas en alguien y ahí aparece: Es como un Internet cósmico; todos estamos conectados. La intuición son ellos, debemos hacerles caso.


¿Cómo es el más allá?

¡Es fenomenal! Se parece mucho a la Tierra porque cuando conecto con mi padre me dice: “Bueno, te dejo que me están esperando unos amigos” (se ríe).


Usted conoció a su pareja por Internet. ¿No intervino nadie de arriba?

Ella me conocía desde niña y se acordó de mí. Me buscó por Internet y llamó al fotógrafo Daniel Ortega, ‘Daniélfico’, sabía que éramos amigos, y le dijo que quería conocerme.


¿Y cómo fue el encuentro ‘terrenal’?

Yo esperaba en la puerta de mi casa guardando un aparcamiento para ella. Veo que una chica muy guapa me quita el sitio y me sonríe, y me digo: ¡Aquí está! No me podía creer que fuera tan bonita. Salió del coche, nos miramos a los ojos y nos abrazamos en plena calle. En seguida se juntaron tres coches pitando y gritando, “¡Venga ya, hombre!”(se ríe).


¿Qué es el amor?

La frase más importante de Jesús, la más buena de todas es: “Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Y pasa como con el electrón y el neutrón, que no se separan porque se aman. No hay nada en contra de la atracción.


¿Qué detalle revela un amor verdadero?

La mirada es justamente el espejo del alma. La vida entera está escrita en los ojos.


¿Qué ha cambiado en su vida en cinco años de amor?

Ahora como ensalada que antes no comía (se ríe), y siempre he tomado miel que es una alquimia completa; ‘ajobeige’, que es el ajoblanco al que dejo la piel de la almendra porque tiene muchos antioxidantes, lo unto en pan de masa madre que trae mi chica de su ciudad; no tomo infusiones ni alcohol y sí mucha agua. El 2 de junio cumplo 73 años y tengo un cuerpo de acero.


Sí, pero la lechuga la comió por primera vez hace 5 años.

Todo lo que vive, crece y tiene sensibilidad es alguien, y yo no quiero vivir matando. Pero le hice una ensalada a ella, que le gusta, y a partir de ahí como lechuga, cebolla y aceitunas, que antes no comía (se ríe).


¿Cuál es su máxima?

Nadie tiene ni puñetera idea de por qué estamos aquí. Creen que hemos venido a hacer dinero pero dentro de mi cerebro cabe mi saber, mis conocimientos y descubrimientos. Todo lo que pesa se va a quedar aquí.


¿Cómo se cuida el pelo?

Con arcilla volcánica que me enseñó el hermano Rufino Sagredo, el botánico que recogió en sus libros la flora de Almería.


¿Usted fue un niño bueno?

Con 6 años unas monjas me pusieron unos pendientes y unos lacitos porque estaba hablando con un compañero de pupitre, y con 11 años unos curas me castigaban a hostias, de rodillas y con los brazos en cruz. En respuesta a estos maltratos me convertí en un miniaturista. Copié todo el bachillerato en un papelillo con un bolígrafo Bic de punta fina sobre un cristal. Y aprobé todo. (se ríe).


Nos tenemos que ir ya.

¡La prisa...! Hasta luego me dice mientras pasa corriendo y se va alejando... ¡Es un verso mío!


Temas relacionados

para ti

en destaque