Ramón Fernández Miranda, Escudo de Oro: el dermatólogo que cura con la palabra

A lo largo de 42 años de vida profesional, ha atendido a unos 100.000 almerienses

Marta Rodríguez
14:30 • 10 mar. 2021 / actualizado a las 16:10 • 10 mar. 2021

A lo largo de 42 años, y hasta su jubilación el pasado mes de diciembre, ha sido el dermatólogo de la ciudad. No en vano, unos 100.000 almerienses han tenido en algún momento de sus vidas ficha en su consulta del Paseo. De ahí que, pese a las restricciones que marca la crisis sanitaria, la imposición del Escudo de Oro de la Ciudad esta mañana a Ramón Fernández Miranda haya cobrado la autenticidad y la emoción contenida de las que solo gozan los homenajes que son de justicia.

Si como ha expresado el médico la piel es el órgano más importante de nuestro organismo y en ella se manifiestan nuestros problemas y anhelos, la del grupo de ciudadanos que ha asistido al acto, en el Salón de Plenos de la Plaza Vieja, destilaba orgullo y agradecimiento hacia un doctor que, tal y como ha confesado, además de valerse de los avances científicos y tecnológicos, ha encontrado en la palabra “una potente y eficaz arma terapéutica”. Porque “el paciente necesita ser escuchado”.

En este sentido, el alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco, ha señalado que miles de almerienses siempre van a recordar “no solo su capacidad de curar, sino también su capacidad de transmitir confianza y aportar tranquilidad”. “Ramón sabe que la piel tiene memoria y, como buena persona que es, sabe que la gente que le conoce, que es lo mismo que decir que la gente que le quiere, también tiene memoria”, ha subrayado el primer edil.

Ante representantes de la Corporación Municipal, familiares y amigos, el homenajeado ha repasado una trayectoria que se remonta a sus 17 años, cuando abandonó Almería para estudiar Medicina en Granada. Ha relatado que dejó una ciudad que “vivía de espaldas al mar”, con “síndrome de esquina” y “dos profundas cicatrices”: las vías del tren y la Rambla. Y ha valorado el hecho de haber sido testigo de los cambios experimentados en las últimas décadas en las que los almerienses se han quitado de encima una “desidia secular” para construir “una sociedad abierta, tolerante y dinámica”.

Fernández Miranda ha tenido un recuerdo para los casi 700 almerienses que se han quedado en el camino a causa de la covid y ha agradecido haberse sentido tan arropado en su búsqueda de “la honradez y una ética de máximos en el trabajo diario”.

Hitos en la historia de un médico
Los hitos en los 42 años de trayectoria del dermatólogo Ramón Fernández Miranda han estado asociados a tres ámbitos de su especialidad: oncología cutánea, tricología y lepra.



El médico ha asegurado que en lo que se refiere a la prevención y tratamiento del cáncer de piel en ocasiones se ha sentido como “Juan el Bautista clamando en el desierto por la cantidad de horas de sol que disfrutamos en Almería”. Sobre la tricología, o ciencia que estudia las enfermedades del pelo, ha explicado que le ha brindado “muchas satisfacciones”.

Sin embargo, ha sido su lucha contra la lepra el trabajo que más gratificaciones le ha dado. En este campo, en 1981 lo pusieron al frente de Programas de Salud en la Delegación Territorial de Almería. Además, ha colaborado con la OMS y ha formado parte de la Cátedra de Enfermedades Tropicales de la Unesco.



Casi sin querer, el dermatólogo ha aportado un dato que ilustra su legado: la tasa de prevalencia de la lepra en Almería en los años 80 era la segunda más alta de España, siendo en algunos barrios de la capital de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes, pero la implementación de nuevas terapias, el trabajo en equipo y la integración de estos enfermos en Atención Primaria hicieron posible su erradicación, “terminando con la doble marginación social y sanitaria”. Y mucho ha tenido que ver Ramón Fernández Miranda en esto.



El paciente, en el centro de la Medicina

“Preocuparse no solo de la enfermedad que tenía su paciente, sino del paciente que tenía esa enfermedad”. El alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, ha matizado con estas palabras lo que, a su juicio, ha hecho el dermatólogo Ramón Fernández Miranda a lo largo de sus 42 años de vida profesional.


Unas palabras que, a buen seguro, firmarían los miles de almerienses que han pasado por su consulta y que no han dejado de expresarle su cariño desde que se tuvo noticia de su jubilación en diciembre.


Ahora la vida es para él y para su familia.








Temas relacionados

para ti

en destaque