Ni los ‘trenes de borrascas’ pasan por la provincia de Almería

No deja de ser una paradoja, pero el hecho es que los denominados 'trenes' no tienen entre sus prioridades de paso a la provincia de Almería. Desde que la borrasca conocida como Filomena, que tanto ha afectado al conjunto del país, se dejara caer, esta vez sí, por Almería, se dejó la puerta abierta al paso de sucesivos frentes llegados desde el Atlántico, pero sin que las precipitaciones alcanzaran las tierras almerienses.

Este episodio de la 'puerta abierta' llevó a los servicios oficiales o privados de meteorología a bautizar como 'tren de borrascas' al paso sucesivo y repetido de frentes nubosos para dejar lluvias en, se suponía, toda la Península Ibérica. Sin embargo, como ya advirtiera el analista climático almeriense Eduardo Romay, del colectivo Cazatormentas, "aquí el tren va a llegar descarrilado".

Nubes sin agua
Finalmente, y al menos hasta el momento, esa predicción se cumplía porque mientras en el conjunto del país han sido frecuentes, e incluso intensas, las precipitaciones, en el caso de Almería se ha podido observar el paso de nubes, se ha producido alguna amenaza de lluvia, se han recogido literalmente 'cuatro gotas' y poco más.

El problema radica en que esas masas de aire cálido y húmedo que están llegando una tras otra desde el Atlántico dejan caer el agua acumulada en su seno en la zona norte y en la parte más accidental del país, incluyendo a Andalucía. Pero cuando llegan hasta Almería sólo quedan algunos restos de inestabilidad pero muy escasa agua.

La calificación de 'tren de borrascas' ha resultado irónica por las similitudes con el ferrocarril que, desde hace ya más de dos años, no llega a recalar en la Estación Intermodal de la capital, y por la escasez de comunicaciones existentes con el resto de provincias españolas, además de por la irregularidad de los servicios, las suspensiones o las averías.