“No hay pleno del Parlamento andaluz en el que no se hable de Almería”

Marta Bosquet cumple hoy dos años como presidenta de la cámara autonómica

La presidenta del Parlamento andaluz posa para el fotógrafo en el almeriense Parque de Almandrabillas
La presidenta del Parlamento andaluz posa para el fotógrafo en el almeriense Parque de Almandrabillas Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
07:00 • 27 dic. 2020

La almeriense Marta Bosquet cumple hoy dos años como presidenta del Parlamento de Andalucía, cargo para el que fue propuesta por su partido, Ciudadanos. En una legislatura compleja por la propia composición ideológica de la cámara andaluza y por el golpe que la pandemia ha asestado a todos los niveles, la almeriense lleva el timón de la institución con templaza y firmeza. 



Estamos en el ecuador de una legislatura no especialmente fácil. ¿En el Parlamento andaluz cómo se están notando las dificultades?



Se está notando bastante porque el ambiente de crispación a veces es respirable. Desde el principio una serie de razones han hecho que esta legislatura no sea asimilable a ninguna anterior. La primera, que por primera vez desde la existencia de nuestra Comunidad Autónoma empezó a gobernar un partido político distinto. También fue el Parlamento de Andalucía donde irrumpió por primera vez Vox y en las anteriores legislaturas tampoco había tenido grupos de tanta diferencia ideológica. Todo eso marca un ambiente un poco más crispado. Desgraciadamente, en todo el panorama nacional estamos yendo más a una política de confrontación que de consenso, de sentido de Estado. Y eso yo lo echo de menos. Muchas veces los grupos están más pendientes de la calculadora electoral que de los ciudadanos. 





Uno de los ejemplos más recientes de esa crispación es el exabrupto que tuvo el portavoz de Vox con usted. ¿Este tipo de actitudes deben sancionarse? 



Con respecto a este tema tengo que decir que desde arriba no se escucha todo lo que sucede en el hemiciclo, más cuando no están abiertos los micrófonos. Esas expresiones que manifestó, absolutamente fuera de tono, las escuché posteriormente en un video. Obviamente como presidenta no puedo actuar conforme a lo que vea en un video. Desde luego, no me temblaría, ni me va a temblar el pulso, en el caso de que algo suceda y yo pueda percibir en ese momento, en expulsar a un diputado o diputada que falte al respeto o que incumpla el decoro parlamentario y las formas. Eso lo tengo clarísimo. Y, obviamente, lo que no puedo permitir es que ningún diputado interrumpa a otro en el uso de la palabra. 



En este caso concreto, ¿no va a haber ningún tipo de sanción a posteriori?



No, no. Esto a fin de cuentas ya ha pasado. Yo estuve hablando con él y, como yo no escuché en ese momento, sino que fue posteriormente, ni siquiera constan esas manifestaciones en el diario de sesiones.


¿Cómo lleva la reforma que aspira en el Reglamento de la cámara andaluza? 

Ahora mismo estamos trabajando en que el Parlamento de Andalucía sea pionero en adecuar el reglamento al pacto antitransfuguismo. Para mí sería un orgullo, porque la reanudación del pacto antitransfuguismo fue un impulso de mi grupo politico, Ciudadanos. Eso es independiente de la reforma de todo el reglamento que tenía marcado como objetivo. Pero la pandemia ha hecho cambiar los planes. Espero poder presentarla cuando empiece el período de sesiones próximo. Soy consciente de que nos va a llevar mucho trabajo conseguir un consenso, pero entiendo que es necesario hacer la actividad parlamentaria un poco más dinámica y ágil, modernizar el Parlamento, adecuar el registro, regular las comisiones de investigación, las intervenciones. Otro de mis objetivos es la digitalización del Parlamento. Espero conseguir los apoyos necesarios. 


¿Se están produciendo escollos en el reglamento antitransfuguismo? 

Bueno, existe voluntad por parte de lo de los grupos politicos. Es verdad que luego hay matices a la hora de la redacción, pero por regla general sí hay voluntad. Desgraciadamente transfuguismo hay en muchos parlamentos. Y creo que en aras de regenerar la vida pública, es importante que todas las cámaras legislativas se adapten a ese pacto. 


En el caso de los parlamentarios que han salido de Adelante Andalucía, ha habido una decisión de la Mesa del Parlamento contraria a dictamen jurídico. ¿Ha habido presiones para que eso sea así? 

Bueno, no exactamente. Primeramente decir, porque quiero que quede claro, que los diputados que eran de Adelante Andalucía y ahora han pasado a no adscritos, no ha sido por decisión de la Mesa, sino del grupo político al que pertenecían. La mesa tomó una decisión en función de la documentación del grupo parlamentario que a fin de cuentas es soberano en la toma de sus decisiones. Y obviamente tampoco podíamos obviar el hecho de que se había firmado por la mayoría de los grupos el pacto antitransfuguismo. Y el informe jurídico no es que fuera contrario, no era determinante, y tampoco se pronuncia de forma tajante ni concluyente, sino que lo deja abierto a la propia regulación del grupo político. 




Pero Ciudadanos no era favorable a ese cambio. 

En primer lugar, como presidenta del Parlamento de Andalucía, es mi obligación preservar la seguridad jurídica, y otorgarle la protección no solamente al grupo parlamentario, sino a los 109 diputados, con independencia del grupo político. En un principio, como vino de manera sorpresiva ese escrito de Adelante Andalucía, no se había llevado a cabo ningún estudio jurídico. Yo lo único que dije es que pospusiéramos la decisión en tanto en cuanto tuviéramos más herramientas de juicio, o bien más documentación del grupo que había presentado ese escrito o un informe letrado. No hubo ningún cambio de criterio, en absoluto. 


¿Qué podemos esperar de la comisión para la reconstrucción de Andalucía por la pandemia?

Yo lo primero que quiero destacar es la enorme tristeza de que dos grupos políticos del Parlamento se autoexcluyeran, que fueron el Grupo Socialista y Adelante Andalucía. Me parece irresponsable y desafortunado, porque es como si no le importaran los problemas de los andaluces. Si la justificación es quién presidía la comisión, que era Vox, me parece un argumento de muy poco peso porque también Vox preside la Comisión de Cultura y no se excluyen. Esa comisión venía a aportar soluciones con la comparecencia de todos los agentes sociales que pudieran contribuir a esa reconstrucción desde el plano económico, social y sanitario. Muchas de las medidas se han visto correspondidas en los presupuestos. 


Los presupuestos de 2021 ya están aprobados. ¿Esto da garantías para llegar al final de la legislatura?

Estamos hablando de los terceros presupuestos que se aprueban en esta legislatura. Eso es ya más que garantía de estabilidad política y para los andaluces. Llegado el último año, yo no descarto e imagino que el Gobierno tampoco descartará, poder presentar los presupuestos para 2022. Yo espero que así suceda porque no deberían vincularse unos presupuestos al hecho de que haya o no elecciones ese año. Yo no soy partidaria de eso, pero luego cada grupo tendrá su calculadora electoral en la mano. 


¿Percibe ya posicionamiento de los partidos, atravesado el ecuador de la Legislatura, con esa calculadora electoral en la mano?

Bueno, creo que por desgracia ahora en la política, en términos generales, se está siempre, parece, con el cálculo electoral en la mano. Pero lo que afortunadamente sí veo es que el gobierno de la Junta de Andalucía goza de estabilidad y buen entendimiento y eso es lo deseable en un gobierno de coalición.


¿Sorprendente?

Yo diría que ejemplarizante con respecto a otros gobiernos de coalición, sin ir más lejos, el gobierno central. Hace poco hemos estado viendo que la ministra de Hacienda y el vicepresidente se han estado peleando por los pasillos. No creo que sea el mejor ejemplo para sacar adelante nada. Yo lo que espero es que el Gobierno de la Junta de Andalucía siga trabajando con esa armonía por el bien de los andaluces. Y cuando llegue el momento de las elecciones en 2022, lógicamente lucharemos cada partido por sumar los máximos votos, es lo normal. Hay muchas cosas que con el Partido Popular tenemos en común y otras distintas, igual que con el Partido Socialista. Por algo somos un partido de centro.


¿Pero puede haber un despegue de posicionamiento cuando se acerque el momento?

Yo haría el matiz de distinguir lo que son los grupos parlamentarios, y, por otro lado, el Gobierno, hay que respetar los distintos lugares donde está cada uno. El gobierno tiene que funcionar como uno, y tiene que trabajar por el bien de los andaluces. Y luego los grupos políticos, tanto Ciudadanos como Partido Popular, tendrán el trabajo de poner en valor lo que hace el Gobierno y los miembros del gobierno que son de su propio partido y las iniciativas que tenga cada grupo parlamentario, que no son siempre las mismas. Pero un Gobierno tiene que actuar de forma conjunta y buscando el interés general, si no, mal asunto. 


¿Cuál es la clave por la que el gobierno de coalición está funcionando? ¿Ha cedido más Ciudadanos?

Creo que el éxito está justamente en el afán de cambiar Andalucía. Cuando Ciudadanos y Partido Popular decidieron sumarse para hacer un gobierno de cambio en la Junta de Andalucía, la ilusión era quitar a un partido político que no había sido capaz después de 37 años de gobierno de hacer converger Andalucía con el resto de de comunidades autónomas. Y creo que esa es la clave. Cuando se persigue el interés general, nada puede fallar. Si se buscan otras cuestiones, como intereses personalistas, es cuando se produce el conflicto. Y afortunadamente hay un buen entendimiento por parte del presidente de la Junta, Juanma Moreno, con Juan Marín, porque por parte de ninguno hay un afán de ser protagonista sobre el otro. Cuando una persona tiene un afán de ego, puede enturbiar relaciones, pero cuando las personas se dedican a trabajar y no buscan egos personales, eso es fórmula de éxito. 


En dos años pasados, ¿en qué ha cambiado Andalucía?

Andalucía iba con muy buenas expectativas. En 2019 por primera vez en su historia cerró con superávit y veníamos de un 2018 donde había incumplido todas las reglas fiscales de gasto, deuda y déficit. También estaba en 2019 liderando el ranking de inclusión de autónomos en España. Eso es señal de que hay seguridad, certidumbre, de que la gente tiene ganas de invertir y de apostar por Andalucía. Luego el gran cambio fiscal, se han reducido muchos más impuestos, con lo cual Andalucía iba en una línea ascendente, sin duda alguna. Por desgracia nos ha azotado el puñetero virus, y lógicamente ha quebrado los planes. Dentro de eso Andalucía lo está sorteando bien. Y el año que viene, con la vacuna, creo que podremos volver a la senda del crecimiento económico, seguramente mejor que otras comunidades autónomas porque se han hecho bien los deberes. 




¿Y Almería? ¿Qué iniciativas se están viendo en el Parlamento andaluz que beneficien a esta provincia?

Yo estoy orgullosa porque en el Parlamento de Andalucía se habla mucho de Almería. Hace unos días por ejemplo se habló del próximo Conservatorio de Danza y te habla una que inauguró como alumna el Conservatorio de Danza, o sea que fíjate si tiene años (risas), y era algo muy demandado. No hay pleno donde no se hable de Almería, con infinidad de reivindicaciones históricas que se están culminando. Te hablo de la Autovía del Almanzora, el Conservatorio de Danza, el Hospital de Roquetas, haber terminado el Materno Infantil, la Casa del Mar, que se inaugurará también próximamente… En fin, muchas cuestiones de las que yo me siento orgullosa por la parte que he podido contribuir.


¿Qué expectativas cree que tiene su partido para las próximas autonómicas, se está trabajando en ellas?

El trabajo que afortunadamente y orgullosamente para mí hace mi partido es diariamente sin distinguir si es año electoral. Las personas que conformamos el grupo politico venimos de la sociedad civil, excepción hecha de mí misma y de los compañeros que podemos repetir de la legislatura pasada, y, en todo caso, llevaríamos en política cuatro años. Yo creo que eso marca la diferencia. 


El trabajo en la presidencia del poder legislativo debe ser gratificante…

Bueno, tiene sus momentos (risas). 


¿Cuál ha sido el peor? 

Bueno, desafortunadamente he tenido algunos episodios, yo diría que justo desde el primer día, lo que pasa es que han sucedido tantas cosas después que se ha olvidado. Pero yo recuerdo cuando tomé posesión de mi cargo, que Antonio Maíllo salió pidiendo el amparo cuando yo tomé la decisión de que el acto de juramento o promesa se hiciera desde el escaño porque se había retrasado infinitamente el pleno. Desde esa entrada triunfal me invadió una templanza que yo misma desconocía que tenía (risas). 


¿Le están poniendo muy a prueba sus señorías?

 Bueno, en más de una ocasión se intenta. Afortunadamente, una de mis frases es que dos no se pelean si uno no quiere, y yo nunca quiero porque soy de las que piensa que las cosas se pueden arreglar mejor por las buenas. Eso sí, si no se puede y hay que sacar la artillería, se saca, porque soy guerrillera, pero intento siempre tender una mano y tender puentes. A mí en la confrontación difícilmente me van a encontrar. El rencor o la envidia es algo que no van en absoluto conmigo. 


¿Le gustaría, llegado el caso, ser consejera?

Hombre, claro que me gustaría. Yo nunca descarto nada, me considero una persona valiente. Por ejemplo, fui candidata en el año 2015, cuando nadie apostaba nada por Ciudadanos. Me gusta enfrentarme a retos. Lo mismo que ahora llevo parte también de gestion del Parlamento, tampoco me importaría tener responsabilidades en un Gobierno, pero, obviamente, eso es algo que no me tocará decidir a mí. Yo estoy a disposición de mi partido y trabajaré donde tenga que estar. En eso no tengo absolutamente reparos. Me gusta trabajar y que me dejen trabajar. 



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