“Aquí nos confinaron con 500 casos y con 5.000 dicen que salgamos a consumir”

Entrevista a Ramón Fernández-Miranda, médico dermatólogo

Ramón Fernández Miranda en las Almadrabillas.
Ramón Fernández Miranda en las Almadrabillas. Marta Rodríguez
Marta Rodríguez
07:00 • 20 sept. 2020

42 años en la Medicina, 40 de ellos como dermatólogo, convierten a Ramón Fernández Miranda en una voz autorizada en todo lo que tiene que ver con la salud y, en particular, con la piel, que no escapa del impacto de la Covid-19. Afecciones cutáneas sirven como indicador de contagios y el uso abusivo de mascarillas y geles hidroalcohólicos producen secuelas.



Estamos viendo cómo la piel tampoco escapa del impacto de la Covid, ¿cómo afecta?



Afecta bastante. Por ejemplo a pacientes dermatológicos que tienen enfermedades autoinmunes o a aquellos que toman fármacos inmunosupresores. Ambos son de alto riesgo: no solo tienen más posibilidades de contagiarse del coronavirus, sino que enferman peor.



¿Pero el coronavirus se manifiesta en la piel?



Sus manifestaciones cutáneas son variadísimas. Lo más frecuente son urticarias y  pequeñas trombosis en las zonas distales de los dedos, parecidas a los sabañones. 



 



¿Estas afecciones pueden ser indicador de un contagio?



Así es. De hecho, yo he tenido dos casos: uno de un niño y otro de un adolescente. Como son asintomáticos o tienen síntomas menores, cuando le aparece en la piel, sirve como alarma.


¿Y el uso de la mascarilla y el gel hidroalcohólico puede dañarnos?

Ya hay un gran grupo con secuelas por esto. A la gente con la piel grasa, rosácea o acné crónico no le viene bien la mascarilla porque es como si se hubiera puesto un pequeño invernadero en la boca, donde se crea un clima húmedo. Y luego están los que abusan del gel hidroalcohólico y el lavado de manos.


¿Cómo se deben tratar esas dolencias?

Hay tratamientos específicos para cada proceso. Lo ideal en el caso de la cara es que usemos una crema para crear una especie barrera, un aislamiento para que la humedad no nos afecte. Hay cremas que llevan siliconas, similares a las que se usan para proteger de las erosiones la piel del bebé. Con las manos sucede algo parecido, es recomendable mucha hidratación y no usar geles abrasivos.


También me estoy encontrando en la consulta con muchas caídas de pelo, pero eso es por el estrés del encierro. 


Tras tres meses de confinamiento, ¿nuestra piel ha sufrido este verano más que nunca?

Ese es otro tema, aunque la gente no ha ido tanto a la playa este año, al menos eso me han dicho mis pacientes. Siempre recomendamos ir a tomar el sol de forma progresiva y este verano parece que hemos salido de golpe. Sin embargo, yo al menos me he encontrado con menos alergias solares o quemaduras. 


¿El encierro provocó mucho trastorno en sus pacientes?

Estuve sin ver a mis pacientes tres semanas. Cerré porque me temía que la epidemia podía ser importante en Almería, pero al ver los datos de afectados me di cuenta de que podía seguir tomando las medidas de prevención lógicas.


Es terrible: en Almería nos confinaron con 500 casos y ahora con 5.000 nos dicen que salgamos a consumir. En este momento nadie ha cerrado las consultas y tenemos diez veces más contagios. Aunque parece que el virus se está adaptando a sus huéspedes, los jóvenes. 


¿Es optimista respecto a la aparición de una vacuna y el fin de la pandemia?

Todas las pandemias con referencia desde la Edad Media han durado varios años. Si el virus se adapta climáticamente, afectará más a unas zonas que a otras. Pero el coronavirus ha venido para quedarse. Empezó en 2009 y no es descabellado pensar que seguiremos así hasta 2021. Las vacunas, por mucho que corran, es difícil que estén listas antes de la primavera. Eso suponiendo que no haya contratiempos. Luego habrá que ver cuánto cuestan y qué países se la pueden permitir. 


¿Le preocupa que la presión hospitalaria deje a personas sin la atención médica que requieren?

Eso es casi inevitable. Almería todavía no tiene ningún hospital colapsado y esa presión es la que motiva el confinamiento: si no tengo cómo curarte, mejor quédate en casa. 


En España tenemos un sistema robusto gracias a los profesionales de salud, pero hay que pensar que ellos mismos están atendiendo a sus pacientes normales y a los de la Covid. Es un tema presupuestario, no hay dinero ni para sanitarios ni para maestros ni para los ERTE. No quisiera estar en la piel de los políticos, del signo que sean. 


¿Piensa que en Almería la Atención Primaria se está resintiendo? 

En Atención Primaria están en cuadros. Atendiendo las artrosis, haciendo seguimiento de paliativos y encima cuando uno llama con tos seca, ponte el traje EPI, échate la estampa de Fray Leopoldo en el bolsillo y que no te pase nada. Pero la sobrecarga asistencial llegará en otoño cuando la Covid coexista con los resfriados comunes y las gripes. A ver cómo discriminas al paciente que tiene coronavirus. 


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