“He toreado en las grandes plazas pero la de Almería ha sido mi escaparate“

El almeriense del barrio de El Zapillo Manuel Ruiz Valdivia ‘Ruiz Manuel’ cumplió el pasado día 30 de julio sus bodas de plata como matador de toros. Alternativa que acogió la ciudad francesa de Beaucaire . Días más tarde, el 26 de julio de 1995 debutó en la Plaza de toros de Almería. Es director de la Escuela Municipal Taurina de Almería y representante de la Casa Chopera en Almería.

El pasado día 30 de julio cumplió 25 años de su alternativa. 

Fue el día que el sueño se hizo realidad. Cuando empecé a querer ser torero, en el año 1986 Almería, para el mundo del toro era un rincón de España. Había tal sequía de toreros que yo no tenía referentes. No había nada para ser continuista de esa tradición. Había que generarla. Y que un chaval del barrio de El Zapillo quisiera ser torero era una utopía con letras mayúsculas. Ese día 30 de julio de 1995 lo conseguí. Fue toda mi familia.

¿Cómo fueron sus inicios?

Cuando salgo de los estudios me planteé seriamente ser torero. Tanto fue así que me fui a vivir fuera de mi tierra. Mi familia lo tenía claro. Querer ser torero es una cosa y conseguir serlo ser matador de toros es el primer paso para la consagración de ese sueño. Me fui a vivir a Medina Sidonia, todos los inviernos haciendo tentadores. Crecí muchísimo y cogí mucha experiencia.Como novillero con picadores me fui a vivir a una ganadería en La Carolina, Jaén. Permanecía desde enero a julio fuera de Almería.  

¿Cumplido sueños?

Tengo muchos sueños cumplidos. He toreado dos tardes en la Monumental de Barcelona. Imagínate la ilusión de llegar a hacer el paseíllo en la Monumental cuando recuerdo que  mi padre, durante el año que vivimos en Barcelona, tenía 3 años, me llevaba de pequeño. En Madrid, otra plaza donde he toreado once veces en las Ventas. Abrí la Feria de Abril en la Plaza de Toros de la Real Maestranza, además de Córdoba, Granada, Valencia... Muchas plazas de toros de España, pero por encima de todo está el haber toreado 23 años seguidos en la Feria Taurina de Almería, más dos de novillero. La Feria de la Virgen del Mar ha sido mi referente y escaparate, aunque mi aval es haber gozado del reconocimiento y satisfacción de la afición de Almería. Me quedo con haber sido durante muchos años el orgullo de Almería en la Feria Taurina.  

¿Ha toreado en Sudamérica?

En Sudamérica empecé toreando en República Dominicana. El primer torero en cortar una oreja en las dos primeras corridas de toros experimentales que allí se ofrecieron fui yo, en 1996. En la Feria de Quito, en Venezuela, en el ochenta aniversario de la Plaza de Toros de Maracay, entre otras plazas venezolanas; en Méjico toreé mucho y Ecuador. Menos Perú y Colombia, he toreado en el resto de países.

¿Cuáles destacaría? 

Tengo que dividirla en dos etapas. La primera fue cuando toreé en la Feria más importante de América durante muchos años. Toreé dos años consecutivos, logrando ser el triunfador de la feria a la mejor faena y al año siguiente recibí una cornada, pero fue una feria que me dio muchísimo. La otra plaza donde toreé y que es un referente mundial es la gran plaza de toros de Méjico. Te aseguro que el no torear en la Méjico es faltarte algo como torero. He toreado cinco tardes en la Monumental de Méjico. Es la plaza de toros más grande del mundo. Sentir lo que se siente en esa plaza, donde todos los toreros sueñan con triunfar y ser reconocidos. Yo tengo el gozo de ser reconocido por la Monumental de Méjico.

¿Ha tenido cogidas? 

Percances no tengo muchos. Tengo dos cornadas y una lesión de las más importantes. Una lesión de hombro que tuve en una cogida en Madrid. Me destrozó el hombro y tengo un ligamento artificial. Reaparecí a los 14 días con un pronóstico de 3 meses. 

¿Cambia el torero tras casarse?

La parte sentimental influye y se juega de otra manera. A tu familia más cercana la quieres con locura, pero piensas más en tí. ¿Qué habrá sufrido mi madre ? pero no he sido consciente y he dado por hecho que ese sufrimiento lo tenían que tenían que llevar ellos. El de mis hijas, te hace ver la vida de otro color. Aunque los primeros años era una sensación de placer, siento el cambio en el momento en que María del Mar, mi mujer, se queda embarazada de mi hija  Paula. A partir de ese momento yo toreaba de otra manera. para mí la vida ya tenía otro color. Cuando nace María se completa la familia pero el nivel de exposición y esa locura, a precio de cualquier cosa, la vas disipando poco a poco.     

¿Hay amistad entre compañeros?

Somos compañeros y nos respetamos en el ruedo. Tenemos un compañerismo extraordinario. En el ruedo, los toreros somos muy solidarios y estamos siempre al quite. No queremos que a nadie le pase nada. A partir de ahí, somos tan competitivos que llegamos a pensar que lo queremos todo para nosotros y casi nada para el resto. Es el espíritu competitivo como en cualquier orden de la vida. El torero es algo ermitaño.  

¿Ayuda tener una Escuela como la que dirige? 

Si hay algo que me he propuesto desde que quise ser torero era cambiar la situación que viví. He conseguido que Almería formara parte de los carteles de las grandes ferias taurinas, a todos los que me han sucedido los he ayudado de una u otra manera. Con la Escuela Taurina he logrado que cualquier chaval que quisiera ser torero no se encontrara con el desierto que yo tuve. La Escuela es la verdadera y real oportunidad para cualquier chaval de Almería que quiera ser torero.  

¿Es representante de Casa Chopera en Almería?

En el año 2013 me ofrecieron la representación de la empresa de la Casa Chopera en Almería. Creo que con estos ofrecimientos puedo seguir sumando para que Almería tenga la oportunidad que se merece.