“Haber hecho 4.000 mascarillas para los demás me da paz, mi vida tiene sentido”

Carmina Oyonarte recibió la llamada del cura de San Pablo pidiendo laconfección de mascarillas

Carmina Oyonarte es la segunda por la derecha en esta fotografía junto a sus amigas
Carmina Oyonarte es la segunda por la derecha en esta fotografía junto a sus amigas
Fina Martín
07:00 • 18 jul. 2020

 ¿Dónde está el taller desde donde hizo las mascarillas?



El taller está en mi casa, en la calle Juglar de Medinacelli, entre los barrios de 500 viviendas y El Zapillo. Tras recibir la llamada de Don Juan Antonio, el párroco de la iglesia de San Pablo, pidiéndome la confección de mascarillas, no me lo pensé. Como estábamos confinados me puse en contacto telefónico con Isabel Calatrava (ella cose siempre conmigo) y Amalia Soto, colaboradoras de 'Cáritas', Juan Jánez y Pepa Ferrón; que son mis vecinos, para que buscaran telas en sus casas.



¿Cómo se las hacían llegar?



Como estábamos confinados, todos me dejaban grandes bolsas con telas en la puerta de mi casa. Telas muy bonitas y de todos los colores, de estampados, dibujos y a rayas; hice unas mascarillas de lunares rojos que triunfaron.



¿Cómo fue la primera mascarilla?



Yo tengo tres máquinas de coser en casa. Una de ellas en la cocina, que es donde tengo el aire acondicionado, la radio y la música. Siempre estoy experimentando. Me marqué un plan de trabajo: de 7 a 2 y de 4 a 8 de la noche. Primero la corté, la cosí y la planché por ambos lados y luego le puse unos lazos porque no tenía elásticos, y luego todo en cadena. Después compré 1.400 metros de elástico entre la tienda china y Amazón. Así me pasé los meses de confinamiento, con la máquina de coser hasta llegar a hacer 4.000 mascarillas.



¿Quiénes han sido los receptores de sus mascarillas?



Personas con dificultades que se encuentran en los asentamientos que tiene 'Cáritas', internos del centro penitenciario de 'El Acebuche', personas con algún problema de salud y todos los vecinos del barrio que las han necesitado.


¿Recuerda un buen gesto que hayan tenido con usted?

Una persona me preguntó que cuánto tenía que pagarme por la mascarilla, y yo le dije que nada, igual que les dije al resto.


Qué entiende por vida en comunidad.

Ayudar y comprender a las personas que te rodean. Por eso estoy colaborando con 'Cáritas'. Yo me llevo bien con todo el mundo. No suelo discutir con nadie. 


Discutir no es malo.

Una vez discutí con Isabel por unas mangas. Ella decía que había que ponerlas de una forma y yo de otra. Como no nos poníamos de acuerdo le dije: '¡mira, vete a la mierda!' y ella pegó un bote y se fue. Cuando llegué a mi casa recapacité y salí corriendo a decirle que por unas mangas no nos íbamos a enfadar (se ríe).


¿Qué tipo de atención presta Cáritas en el barrio?

Realiza cursos, talleres y actividades para todos los vecinos. Cursos de español, para reponedores, agricultores; gente sin recursos. También las colaboradoras visitamos a personas mayores que viven solas. En el barrio hay personas que han colaborado de manera anónima pagando los recibos de agua y luz de los vecinos con algún problema de necesidad puntual.


¿Cómo saben que una familia del barrio lo está pasando mal?

Una persona nos envió hace unos días un wasap ofreciéndose para planchar. Ahí entendemos que en esa casa hay un problema de economía y que tenemos que echar una mano. Y en eso, lo que haga tu mano derecha, que no se entere la izquierda.


¿Qué me dice de esos mayores que no salen de casa?

Si ellos son felices en sus casas viendo la televisión tú no puedes hacer nada. Por mucho que les expliques que cambiar es bueno, ellos se resisten. Por eso las colaboradoras los visitamos y charlamos con ellos.


Dígame lo más grande que han hecho después del confinamiento.

Desinfectar la iglesia completamente. La empresa de limpieza también estaba confinada y nos unimos el 50 por ciento del barrio en esa tarea. La iglesia para nosotros es un punto de unión del vecindario. Tenéis que venir a escuchar el coro. Suena fenomenal.


¿Ustedes hacen pandilla?

Sí, salimos de paseo, a desayunar, a la playa... la vida está ahí para todos, es una oportunidad que no podemos desaprovechar quedándonos siempre en casa.


Usted es viuda de 'Nono', el teclista del grupo Bahía.

Mi marido fue Antonio Ibáñez Montoro, teclista de los grupos 'Rivers' y 'Bahía'. Escucha, te voy a poner una canción de ellos. En noviembre se cumplirán 13 años de su pérdida. A mí me gusta mucho la música: Fran Sinatra, Armando Manzanero y Luis Miguel.


¿Cómo se siente después de haber confeccionado 4.000 mascarillas?

Te da paz y mi vida tiene sentido. Si puedo ayudar y me niego, eso es egoismo. La ayuda no entiende de razas. 


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