“Esta crisis deshace el indivualismo: o nos salvamos juntos o no se salva nadie”

Amalia Tesoro Amate es psiquiatra jubilada del Servicio Andaluz de Salud

Amalia Tesoro Amate.
Amalia Tesoro Amate. La Voz
Fina Martín
11:07 • 08 jun. 2020

La Asociación Andaluza de Profesionales de la Salud Mental (AAPSM-AEN) ha creado el blog https://covid19saludmentalaapsmaen.blogspot.com/en. En él, profesionales de la salud mental y otros campos del conocimiento reflexionan sobre el impacto psicológico y social de la COVID-19, entre ellos la psiquiatra almeriense Amalia Tesoro.






En este blog usted ha publicado el artículo “Cambios en la era COVID. Enseñanzas de una crisis", ¿ cuál es el objetivo?



Creamos el blog para ofrecer reflexiones colectivas y sosegadas que nos permitan actuar de la manera más acertada posible sobre los pacientes, especialmente sobre los que sufren un trastorno mental grave, sobre los grupos de población más vulnerables y sobre la población general. Consideramos que las competencias de los profesionales de la salud mental vana ser fundamental es para una mejor resolución de la crisis, tanto en el nivel individual como en el social.



¿Cómo se va a ver reflejado este cambio en el individuo y en la sociedad?



En esta crisis, el individuo y la sociedad son indisolubles, los determinantes sociales de la salud, es decir el contexto en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluidos la disponibilidad o no de servicios sanitarios, educativos, de trabajo, etc, van a marcar en este momento, de una manera notable el quede este cambio se salga o no fortalecido como persona y como sociedad. Pero incluso en el mejor de los casos, esta crisis va a dejar secuelas. El sufrimiento, el estrés, la ansiedad por niveles de incertidumbre que no estamos habituados a gestionar, las pérdidas, el miedo a relacionarse de nuevo, o el previsible empeoramiento de un número de personas en tratamiento en los servicios públicos de atención a la salud mental en Andalucía… va a originar un aumento considerable de la demanda en los servicios públicos de atención ala salud mental andaluces, en los que llevamos 15 años con los mismos recursos humanos. O se soluciona esta carencia o no se va a poder acompañar, aliviar, tratar las secuelas psicológicas de la crisis y el gran sufrimiento humano que está dejando y va a dejar.



¿Cree necesario un análisis profundo sobre el estado de las residencias de mayores y una actuación en consecuencia?



Lo creo yo y cualquier persona que le ala prensa y que no tenga intereses espurios en la Residencias de Mayores. Esta crisis lo ha puesto dolorosa y cruelmente de manifiesto. Me faltan las palabras para calificarlo que ha sucedido en algunas Residencia s de Mayores. Creo que como sociedad no podemos permitir que siga sucediendo los más que probables delitos que han redundado en un cruel mal trato a nuestros mayores.


¿Cómo se explica en la psiquiatría los efectos en la salud mental como consecuencia de la pandemia?

La pandemia está suponiendo social y personalmente una crisis vital. Nadie puede decir que no se siente afectado en algún grado.


Esta crisis nos ha puesto frente al espejo de nuestra vulnerabilidad.El individualismo se deshace, porque ahora sí que tenemos claro que o nos salvamos juntos o no se salva nadie. La necesidad de sustituir el precio por el valor, como mecanismo de supervivencia de la especie se está viendo con claridad. Todo eso constituyen conflictos y contradicciones con los que nuestra salud mental sufre una sacudida. Las medidas sociales que se pongan en marcha, la sociedad que seamos capaces de construir como ciudadanos, lo lejos que seamos capaces de llegaren la cultura de los cuidados, va a determinar que salgamos mejor o peor parados de esta crisis.


En su artículo, usted se ha referido ala cita atribuida a la antropóloga Margaret Mead: “ayudar a alguien, más en las dificultades, es el punto donde comienza la civilización”. ¿Ayudar es un instinto innato o hay que cultivarlo?

Hasta los instintos más innatos, los encaminados a la supervivencia hay que cultivarlos. En los ayunos prolongados,desaparece la sensación de hambre alrededor de a las 72 horas de no comer. La actitud de cuidado hacia los demás habría que aprenderlas desde la infancia, en la familia, en el colegio, niños y niñas, para tener un buen aprendizaje. Posteriormente cuidar sería un hábito social. Lo vemos en las mujeres. Nos han educado para eso y practicamos en líneas generales más cuidados que los hombres. Lo que ocurre es que precisamente por haber sido nosotras las protagonistas de los cuidados, estos se han invisibilizado como si se hicieran solos. Es hora de que la cultura de los cuidados pase a ser un patrimonio de los seres humanos y que se les reconozca como un valor, quizás el más importante para el desarrollo humano.


Está siendo visible la presencia de la mujer en la investigación científica en la pandemia por el coronavirus

Las mujeres siempre han tenido una gran importancia en la ciencia yen la investigación, aunque han sido sistemáticamente in visibilizadas. Quizás ahora, en esta pandemia las mujeres estamos en mejor posición para que no se nos invisibilice. Nombres como Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III, Isabel Sola y Laura Zúñiga, virólogas y codirectoras del laboratorio del coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) o Nuria Montserrat investigadora en Medicina Regenerativa y Regeneración Molecular del Instituto de Bioingeniería de Cataluña, o María Neira, Directora de salud Pública dela OMS, son nombres ya familiares en la investigación de SARS-Cov -2. Este es un fenómeno nuevo, del que me congratulo, como mujer y como parte integrante de una sociedad compuesta por hombres y mujeres de talento, que deben ser re conocidos como tales.


El término“sororidad” se está haciendo cada vez más presente en la sociedad, ¿podría definirlo?

El término sororidad fue empleado por primera vez por D. Miguel de Unamuno en 1921, en la revista argentina Caras y Caretas refiriéndose a la necesidad de inventar un término que definiera la hermandad femenina. Sin embargo, no fue reconocida por la RAE hasta diciembre de 2018, casi 100 años más tarde de su primer uso y más de 50 años después de su popularización. Lo que yo propongo en mi artículo, es extender el concepto de sororidad a hombres y mujeres, basándonos en lo que propugna el mismo concepto de sororidad: que somos seres humanos en relación, que nos necesitamos unos a otros como está poniendo de manifiesto la crisis COVID, y que la única salvación posible se encuentra en buscar el hermanamiento con nuestros iguales humanos propiciando la alianza, el respeto y el reconocimiento del otro/ a, utilizando el talento social para tener una vida mejor. Estoy convencida de que las personas sobreviviremos como tales, juntas y en colaboración unas con otras, o pereceremos.


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