La ‘voz’ del PP: De cantante a político

Rafael Hernando, cabeza de lista al Senado por el PP en Almería

Rafael Hernando durante una entrevista
Rafael Hernando durante una entrevista Juan Sánchez
Lola González
22:32 • 02 nov. 2019

Acercarse a Rafael Hernando si eres de Almería es fácil. Si va por la calle y le miras, casi seguro que te ofrece un saludo e incluso puede que haya por ahí algún beso, y es que dice que es parte de “la cultura de ser de una ciudad pequeña”, Guadalajara, en la que “todos se conocen”.  Pero lo que es difícil es llegar más allá del personaje político, ese que pronuncian sentencias que llenan horas de programas matinales de televisión.



Habla poco de él mismo y de su vida personal, se siente más cómodo en su ‘papel’ político y es que eso del artisteo le viene desde pequeño. Pocos saben que esa afición a los micros le viene de su etapa infantil en la que era un auténtico campeón con los concursos individuales de canto. Abandonó el mundo musical cuando el director de su colegio le hizo subirse con once años a un escenario para, delante de 600 compañeros, entonar la canción con la que consiguió su último triunfo: ‘Las flechas del amor’ de Karina, y para ello “me entregó un arco y unas flechas de madera”. Lo de la performance y las risas que suscitó ya no le gustó, y lo dejó.



Ahora sigue entonando canciones pero lo hace en los karaokes, que reconoce que junto al deporte y las series, son sus principales aficiones en el poco tiempo libre que tiene.



Ahora mismo lleva adelante Mindhunter y The ballers, y aunque asegura que “ni México es Narcos ni la política es House of Cards”, sí que ha visto esta popular serie de trama política. Hay quien le ha comparado con el personaje de Kevin Spacey, fotos incluso en las que se parecen y que le hacen gracia. Quizá eso le ha hecho tomarle cariño y por eso no ha visto la última temporada de la serie más allá del primer capítulo.



No sabemos si la serie le sirve de inspiración para sus discursos y esas frases que le llevan a ser fuente inagotable de titulares. Dice que “son el 80% made in Hernando” y que incluso cuando improvisa hay preparación. En realidad, 36 años de experiencia en dialéctica política le avalan.



De esas declaraciones hechas a primera hora de la mañana, casi sin tomarse ni el café, y en mitad del pasillo del Congreso, algunas le han traído algún disgusto y muestra arrepentimiento. Y es que más allá del personaje de las declaraciones contundentes, aquellos que han compartido trabajo con él tanto en su partido como fuera defienden que se esconde una persona siempre abierta a la negociación.



Cuenta con gracia que un día tuvo que decirle a Gabriel Rufián que no hablara bien de él porque le hundía... En estos tiempos de frentismo político parece que está mal visto el diálogo entre contrarios, algo a lo que él se niega. “Soy una persona pragmática. Sí, soy contundente cuando hablo pero la vida es negociación” y sin ella no hay posibilidad de conseguir que funcionen las instituciones democráticas.



Cree que esta “espectacularización de la política” que se ha ido colando en los últimos años en el Congreso es “malo para la sociedad”, aunque sabe que en el fondo todos participan de esta situación.


Travesía ‘por el desierto’
Ahora que cambia el Congreso por el Senado pero sin moverse de las listas del PP almeriense es difícil imaginar al Rafael Hernando de 32 años  que tras ser senador por Guadalajara le dicen que tiene que asumir un “traslado de expediente” a Almería.


Lo explica fácil: “fue una aventura política”. En ese momento solamente conocía en esta tierra a Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y Manolo Arqueros, de su etapa de presidente nacional de Nuevas Generaciones, y le mandaban a luchar para conseguir el segundo diputado en un tiempo en el que el PSOE ganaba de calle en la provincia.


Tras comunicárselo decidió hacer su propia ‘Cuaresma’, cuarenta días preparándose para la campaña electoral de 1993 recorriendo los entonces 102 municipios, y apostilla: “me los he recorrido varias veces todos, mucho más que algunos diputados que nacidos aquí”.


Eso de que haya quien le siga llamando ‘cunero’ 26 años después de comenzar su relación con Almería lo lleva bien e incluso cree que le beneficia. “Cuando vine la provincia tenía 430.000 habitantes y ahora tiene casi 700.000, si los que venimos de fuera no somos almerienses, están dejando fuera a más de la mitad del electorado, así que, que sigan diciéndolo”, sentencia. Aunque para él Almería: “es mi casa”.


En política ha sido muchas cosas pero si hay algo que se le ha quedado en la casilla del debe es formar parte de un Ejecutivo como ministro. Sabe que su nombre siempre estaba en las quinielas pero al final... Asegura que en los últimos tiempos no quiso serlo, quizá porque ya tenía clara la diferencia entre tener el poder y tener influencia sobre quien tiene poder. Ejercer de  portavoz, teniendo que ‘partirse la cara’ por sus compañeros, se tiene la oportunidad de levantar un teléfono y que el ministro de turno siempre esté disponible. Eso a veces vale más que tomar una decisión concreta en un área.


Preguntado por los rivales políticos con los ha tenido más cercanía en su trayectoria, reconoce que su buena sintonía con Antonio Hernando (PSOE), esos tiempos en los que los ‘negocios’ del Congreso a veces salían de la cafetería madrileña a algún reservado almeriense.


Con Juan Carlos Girauta (Ciudadanos) le une sus conversaciones sobre una de sus aficiones.  la historia de España, y recuerda como charlas instructivas (aunque fueron pocas) las que tuvo con Alfonso Guerra. De UCD habla de Gabriel Cisneros o del que fue su compañero de partido, Miguel Herrero de Miñón.


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