“El movimiento vintage ha recuperado el swing y lo ha vuelto a poner de moda”

Miembro de la organización del Almería Swing Fest

clasijazz  y Ego Sport Center acogerán algunas de las actividades. La voz
clasijazz y Ego Sport Center acogerán algunas de las actividades. La voz La Voz
Luis F. Bonilla
13:24 • 12 oct. 2019

Antes de que la bachata y el reggaetón lo conquistaran todo, una feliz américa bailaba a ritmo de jazz en un movimiento que venía a reflejar la prosperidad de una época. Tras casi un siglo, músicos y bailarines en todo el mundo han vuelto a poner en valor el sonido de un tiempo en el que la música se hacía en vivo, sin ordenadores ni mezclas; desde el alma y el corazón.



Vestidos estampados, lazos, flores al pelo, corbata, chalecos y tirantes. Pero un puñado de ornamentos en el atuendo no definen al estilo que dio un giro radical en el modo de concebir la música a principios de siglo. La asociación almeriense ‘Al Swing y al Cabo’ ultima estos días los detalles de lo que será la quinta edición de su gran cita anual el Almería Swing Fest, que se celebrará del 18 al 20 de octubre y congregará a más de 300 personas para bailar a la manera de los felices años 20.



¿Cómo nace ‘Al Swing y al Cabo’?



Este tipo de baile, que se había perdido, empezó a ser rescatado también como parte de esa moda vintage que llegó a las grandes ciudades hace unos años. Aquí en Almería se interesó un pequeño grupo de gente que, de forma autodidacta, acudiendo a festivales, con vídeos y ensayando, comenzaron a bailarlo. A ellos se empezaron a sumar más miembros y, al final, constituímos una asociación. El gran logro que ha tenido esto es que, muy poco tiempo después de crearse, se impulsara ya un festival.



¿Cuál es la importancia de tener un festival propio?



Casi todas las comunidades de swing tienen su propio festival. Es la manera de que se nos conozca fuera. Igual que nosotros vamos a Málaga, Granada, Madrid o Barcelona, los miembros de otras comunidades pueden venir al nuestro y conocernos.



¿Cómo se desarrolla este ‘Almería Swing Fest’?



El festival está muy concentrado en el baile. Las actividades fundamentales son los talleres, dirigidas por profesores nacionales e internacionales y que están divididas por niveles y por estilos. Luego están las fiestas, que son de baile social y están para que uno practique lo que ha aprendido. Se realizan en los salones Aben Humeya y también organizamos dos ‘clandestinos’.


¿Qué es eso de los “clandestinos”?

No es nada “prohibido”, por supuesto. Llamamos así al baile que realizamos en la calle. De hecho, todas las semanas lo hacemos en la Plaza de las Velas. Es la mejor forma que tiene la gente de vernos, porque cada miércoles, sobre las 9, puede venir.


¿El jazz y el swing sufren también la avalancha de la música pop y latina, que todo lo tapa?

En realidad, yo creo que es todo lo contrario. Hay un resurgir de este movimiento vintage, de recuperar este tipo de cosas antiguas y tradicionales, que está también de moda. Efectivamente, no lo está de un modo absolutamente popular, pero sí es conocido en determinados círculos. A la gente sí le empieza a sonar.


La improvisación en un mundo donde lo que reinan son las coreografías y lo que está medido al detalle.

La improvisación tiene mucho valor. Va ligada al swing porque está unida a la música jazz, de donde bebemos. El que llega de primeras no va a improvisar demasiado, porque se sentirá cómodo en la rutina, pero poco a poco se irá desarrollando. Al final lo importante es guardar el ritmo y la musicalidad.


¿Es un festival para especialistas o puede ir todo el mundo?

Yo le diría a la gente que no tenga conocimiento que acuda a las fiestas y a los clandestinos. Se divertirán, seguro, y podrán bailar también. Los bailarines de swing, en general, son muy generosos y se ofrecen a bailar con cualquiera. Nos gusta transmitir nuestro conocimiento.


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