Crónica de un viaje horroroso en el Talgo Madrid-Almería

Los avatares de los viajeros que aún se atreven a coger el tren

Tren Talgo que cubre el trayecto entre Almería y Madrid
Tren Talgo que cubre el trayecto entre Almería y Madrid La Voz
Antonio Fernández
07:00 • 17 ago. 2019

El Talgo Madrid-Almería llegó la noche del jueves con casi una hora de retraso.



A bordo un testigo como José Manuel Román, secretario de la Asociación de la Prensa de Almería, que hacía el trayecto. Su crónica no deja dudas: odisea ferroviaria; su relato es el siguiente: 



"Todo sigue casi igual o peor. Continúan tomándonos el pelo de forma olímpica sin que nadie ponga remedio. Conversación telefónica de una señora con su hija, a bordo del autobús que traslada a los pasajeros del talgo de Huércal de Almería a la estación intermodal de Almería, ya más allá de las 10:30 de la noche: "Hija, ha sido el peor viaje en tren de mi vida y para remate nos llevan en autobús desde una estación de un pueblo a Almería. Ya te contaré despacio cuando llegue". Sobran comentarios.



La verdad es que no es para menos. Contemos las cosas por etapas, como han ocurrido:



La odisea
1.- Ya en Chamartín, a eso de las 2 de la tarde, por la megafonía anuncian que el talgo procedente de Almería, el de la mañana, llegaría a dicha estación con una hora de retraso. Nos echamos a temblar los que aguardamos para emprender el viaje desde Madrid a Almería.



2.- A una familia que tiene billetes de preferente para el talgo Madrid - Almería, se le deniega el acceso a la zona club de Renfe, una especie de sala de espera VIP, para viajeros con billetes de primera clase. Al pasar el control, le dicen que eso no es clase preferente. La familia le insiste que es la máxima clase que hay en el trayecto a Almería. No sirve de nada, mientras otros de esa misma clase que van a Santander o A Coruña, si pueden hacer uso de la zona VIP. Intentan poner una queja en Atención al Cliente de la misma estación y no se lo permiten, porque dicen que eso no es competencia de Adif, que lo es de Renfe. 



3.- A las 14:55, hora prevista de salida del convoy aún no hay ni noticias del talgo Madrid - Almería, ni se sabe el andén de salida, ni aparece en los luminosos de la sala de espera. Sobre las 15 h., anuncian que el talgo saldrá del andén 1. Avalancha, prisas, personas mayores a la carrera, padres con hijos pequeños desbordados, una odisea.



4.- Con 15 minutos de retraso sale el convoy, sin ninguna explicación por parte de nadie. Con paciencia franciscana iniciamos el trayecto.


5.- El tren, como es costumbre, se detiene en Atocha y suben algunos pasajeros.


6- Parada no anunciada en Villaverde Bajo, una apeadero de cercanías, donde suben también un numeroso grupo de viajeros. Todos sorprendidos, los que ya íbamos en el tren y los que se habían subido.


7.- Resulta que a los viajeros que se subieron en Villaverde, donde nunca para el talgo, le habían indicado que el tren de Madrid a Almería, no iba a efectuar parada en Atocha, que lo haría en Villaverde Bajo. Y claro, ante este anuncio que figuraba en sus billetes y que personal de Renfe también le indicaron, hubieron de tomar un cercanías desde Atocha hasta Villaverde. Cuando se enteraron que había parado en Atocha también, las protestas fueron sonadas.


8.- Por megafonía del tren anuncia un retraso ya de 20 minutos sobre lo establecido.


9.- Al llegar a la zona del Despeñaperros la marcha del talgo es extremadamente lenta, despacito como los trenes del siglo pasado. Los pasajeros nos vamos mirando sorprendidos, pero bueno...Mientras, el aire acondicionado baja a temperatura tórrida, olor a quemado, al poco sube y así, con idas y venidas, transcurre el trayecto.


10.- En Linares anuncian que el retraso acumulado es de 48 minutos, sin explicar a qué es debido.


11.- Desesperados, poco a poco llegamos a Huércal de Almería. Allí nos esperan dos autobuses y una furgoneta. Ya, lógicamente, el agotamiento es extremo y Renfe nos exige otro esfuerzo más: trasiego de maletas y equipaje al cambiar de transporte. 


12.- Son las 22:42 h. y llegamos a la estación intermodal de la capital, con 43 minutos de retraso.

Los comentarios son de todos los gustos: ¡Qué desastre! ¡vaya odisea! o el comentado anteriormente 'el peor viaje en tren de mi vida'.


Hasta aquí los hechos. Que cada uno juzgue. Pero si es importante que, de una vez, tomemos conciencia de esto, del trato que recibimos los almerienses, de la tomadura de pelo de la que estamos siendo objeto una y otra vez, y de tanta injusticia en el servicio e infraestructuras ferroviarias. 


Y, para colmo, sin que nadie rechiste, las obras del soterramiento del Puche que iban a terminar improrrogable en noviembre próximo, ahora las finalizarán, dios sabe, en el verano de 2020. Un año más para rematar el penoso viaje en tren que hemos de sufrir entre Almería - Madrid - Almería o con dirección a Sevilla o Granada.


Y nuestros políticos, mientras tanto, siguen mirando para otra parte".



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