“Es más fácil hacer negocio en Almería que en otras partes de Andalucía”

Entrevista a Antonio Jesús Fernández, presidente de AJE y experto en Computación

El presidente de AJE posa en las instalaciones de la UAL
El presidente de AJE posa en las instalaciones de la UAL Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
21:27 • 16 jun. 2019

El presidente de AJE es uno de los jóvenes valores del empresariado almeriense, con uno de esos curriculum cuajado de estancias en el extranjero e investigación de alta calidad. Doctor en Ciencias de Computación e Inteligencia Artificial, ha llevado esas disciplinas al terreno de la empresa. Este joven de Huércal Overa, que llegó a Almería para estudiar Ingeniería Informática en la UAL, se mueve con la misma naturalidad en lo académico, en la empresa y en las organizaciones. Desde 2017 preside la Asociación de Jóvenes Empresarios, que incuba a los nuevos líderes empresariales de Almería






¿Emprender es una opción o es necesidad?



En mi caso fueron circunstancias. Yo estaba en Irlanda, volví a España y me puse a trabajar en la empresa de un amigo. Era el año 2009, la crisis había destruido un poco todo. Como me pusieron en dirección y comercialización, me picó el gusanillo de la empresa y al final dejé todo y me centré en la empresa. Realmente creo que es una opción, que al final todo el que quiera trabajar puede, lo que pasa es que tienes que ser válido para algo. Quizás se ha fomentado demasiado el emprendedurismo, cuando realmente cuando tú te das de alta y empiezas a pagar impuestos ya dejas de ser emprendedor y eres un empresario. 



¿Quiere decir que se ha generado una burbuja?



Yo vengo de un entorno en el que nadie era empresario. Con la crisis se lanzó la idea de que todo el mundo tenía que emprender y realmente emprende el que quiere, el que tiene una idea y el que puede.



Cultura de empresario o de emprendedor, ¿cuál es la diferencia?



Emprendedor tú puedes ser en todas las facetas de tu vida. Empresario, en cambio, es cuando te das de alta y pagas impuestos. Esa es la diferencia fundamental. Quizá para no llamar empresario a los nuevos emprendedores, se ha utilizado emprendedor como eufemismo pero hay que llamar a las cosas por su nombre. 


¿Cuáles son las dificultades a las que uno se enfrenta cuando da este paso? 

Lo primero, que no conoces a nadie, y cuando vas a intentar vender a la gente algo que tú consideras bueno, es súper difícil. Recuerdo las primeras veces. Yo soy de Huércal-Overa y me vine aquí a Almería, y entre que no conocía mucho a la gente de Almería y que acababa de montar la empresa, les faltaba echarme con un palo de los sitios. Pero poco a poco, trabajando con el entorno, vas conociendo y vas demostrando que lo que haces realmente tiene valor. 


¿Es cierto que temenos una burocracia muy complicada para poner en marcha nuevos proyectos?

Hay muchas cosas que realmente entorpecen la vida del empresario, necesitamos cierta agilidad porque en el momento en el que te has decidido a montar la empresa ya tienes gastos. Necesitas la licencia, permisos, lo que sea, rápido. Todo lo que pase ese tiempo pueda ahogar a las empresas. Si tienes una empresa parada nueve meses para un certificado, esa empresa no puede ejercer su actividad. Imagina si tiene que pagar alquiler, sueldos…. Eso es lo que nos mata. Ahí se podría flexibilizar mucho con lo que nosotros siempre decimos. Por un lado, las declaraciones responsables. Y, luego, el silencio administrativo positivo. Todo iría más rápido.


¿Por qué mantener una Asociación de Jóvenes Empresarios cuando hay otras organizaciones empresariales?

En la asociación se hacen muchísimas cosas, pero una para mí es fundamental y es que desde el primer momento estás con gente que tiene los mismos problemas que tú. Cuando vas a un evento y hablas con gente que tiene los mismos problemas para iniciar la actividad, para conseguir contactos, para conseguir proveedores, para empezar proyectos, eso te hace sentir que no estás solo. Y realmente se genera negocio porque en ese entorno es más fácil. En AJE hay empresarios que, aunque sean menores de 40 años, tienen ya mucha trayectoria. Ese entorno tan lúdico y tan cercano hace que el networking ocurra y pasen cosas. 


¿Las organizaciones empresariales senior son más encorsetadas?

Bueno, también tienen más obligaciones. En el caso de Asempal, aunque somos independientes, estamos integrados con ellos en muchos aspectos. Ellos tienen obligaciones que nosotros no tenemos y se tienen que centrar en cosas como convenios colectivos, que nosotros no tratamos y tienen que tener una estructura acorde a eso. Y quizá la frescura que tenemos nosotros en ciertos eventos es lo que da ese plus para que tenga sentido una asociación como esta.


¿Son el relevo generacional?

Bueno, se supone que después de aquí hay que ir allí. Se supone que sí, nosotros así lo tenemos visto con Asempal y queremos que nos vean así. 


O sea, que son nuestra futura clase empresarial. 

Sí, el salto a Asempal es un salto natural.




A nivel de jóvenes empresarios ¿se está moviendo Almería?

Yo creo que Almería se mueve de por sí. Si la comparas con las ciudades de nuestro entorno, Granada y Málaga ahora mismo tienen inversiones muy potentes, pero el almeriense está acostumbrado a buscarse la vida. Es muchísimo más fácil hacer aquí un negocio que en otras partes de Andalucía. Si comparas con Madrid o incluso Murcia, quizás nos falta algo, pero aquí se genera negocio quizá por ese aislamiento y por el carácter que tenemos aquí, que han hecho la historia de Almería que todos conocemos. 


Además de los sectores clásicos, ¿por qué otras actividades económicas debería apostar Almería?

El futuro te exige que vayas abriendo nuevas líneas. Es cuestión de supervivencia. Ahora mismo hay muchas líneas interesantes en las cuales Almería puede ser puntera, por ejemplo energía o tecnología. La dependencia energética es un tema que tenemos que tener clara en esta zona y la tecnología es a nivel global. No podemos quedarnos fuera.


Cuando habla de tecnología, ¿aplicada a…?

Nosotros tenemos que movernos en la tecnología aplicada porque repercute directamente en el resto del tejido productivo que hay alrededor. La agricultura ahora mismo está avanzando en gran parte por la innovación tecnológica o en investigación. También en temas de energía, y eso hace que la industria que ya tenemos sea más potente y que se desarrolle nueva industria con capacidades de exportación y de generar empleo y riqueza de alta calidad. 


Si nuestra economía se limita a ser productora ¿qué futuro tiene?

Yo soy un firme defensor de la industria, en el momento en el que se desmantela la industria en un terreno, se desplaza la clase media y eso genera muchísimos problemas de paro. En nuestro caso, que tenemos una agricultura potente, tenemos que seguir apostando por ella. Pero necesitan estar muy preparados, conocer muy bien los mercados, tener la tecnología para ser los mejores. Tenemos que generar la industria también que pueda acompañar a la agricultura o la piedra, incluso al turismo, y que, además, tenga vida propia. 


¿Hasta qué punto podemos ser en esta provincia una sociedad de conocimiento, estamos en esa línea?

Queda mucho, muchísimo, porque la sociedad del conocimiento no se construye a corto plazo, y tampoco se construye sola. Necesitamos colaborar unos con otros y en ese sentido tenemos muchísimo que avanzar. Es verdad que se están dando ciertos pasos, ahora hay más interconexión entre los diferentes sectores de la provincia pero hay que seguir avanzando.


¿La Universidad de Almería qué está aportando desde ese punto de vista?

Tal y como están estructuradas las universidades, no la de Almería, sino a nivel nacional, creo que no están bien orientados los objetivos porque crecen en investigación, crecen en muchos aspectos, pero falta transparencia. Yo creo que eso hace muchísima falta porque hay un montón de dinero invertido en la Universidad, dinero público que se paga con todos los impuestos y que si además somos capaces de devolverle a los sectores económicos más importantes de la provincia parte de esa riqueza en forma de conocimiento es bueno para la generación de empleo, para que mejoren las empresas y al final repercute en la sociedad. 


¿Cuál es la línea de su actividad empresarial?

Tenemos dos líneas principales, la de desarrollo de software a medida que es el 70 por ciento del trabajo que hacemos, y un 30 por ciento que es la parte de inteligencia artificial y machine learning.


La inteligencia artificial está de moda. ¿Sabemos lo que es?

Hace cinco años yo intentaba vender algo de inteligencia artificial y la gente me echaba, no querían nada, y en cambio ahora la gente me pregunta y me dice, vamos a hacer esto o lo otro, y eres tú el que tiene que decir esto se puede hacer o no o cómo lo vamos a enfocar. Aunque la inteligencia artificial viene de los años 50 ó 60, es ahora cuando las pequeñas y medianas empresas tienen la capacidad para explotarla y supone un avance enorme en muchísimos aspectos, en optimización de consumos, en la cuantificación de procesos, en predecir el comportamiento de unas personas con un determinado producto, tiene capacidades enormes. 




Si la inteligencia artificial es capaz de predecir lo que vamos a hacer, ¿qué capacidad nos queda para tomar decisiones?

La inteligencia artificial fuerte, que la máquina piensa por si misma, como tal a día de hoy no existe. Lo que se hace ahora mismo es que una máquina sepa resolver un problema mejor que nosotros.  En la Universidad de Almería hicimos un estudio para predecir si los alumnos iban a terminar la carrera o no. Y realmente en un 85 por ciento de ellos acertábamos. Pero eso no es un oráculo, eso es lo que pasaría en determinadas circunstancias, pero tú tienes la capacidad de actuar e intentar poner los medios para cambiarlo. Tenemos un call center al que le pasamos a través de un algoritmo los contactos que tienen que llamar para aumentar su ratio de venta o una cooperativa en la que estamos haciendo un trabajo para saber cuántos kilos le va a traer cada agricultor cada semana. Son cosas que se pueden predecir con inteligencia artificial porque responden a patrones y a comportamientos pero no son capaces de pensar como las personas, de hecho piensan diferente. 


¿Son formas de pensar concebidas por humanos para controlar a otros humanos?

(Risas) Controlar son palabras mayores. No, tú resuelves un problema. Las personas funcionamos de ciertas formas, con la inteligencia artificial tú no controlas a nadie, simplemente tomas todos los datos de esa persona y eres capaz de establecer unos patrones. Yo una cosa que he descubierto trabajando en mi tesis es que dos personas no hacen nunca lo mismo, pero cuando tú juntas muchas personas, ante la misma situación responden de una manera muy similar. Es una cosa curiosa porque parece que se contradice una a la otra pero pasa.


¿Quiere decir que cuando estamos en grupo nos mimetizamos con el grupo a la hora de pensar?

Buenos, eso ya está probado, no por la inteligencia artificial, sino por otros estudios. Pero es verdad que dos personas tienen dos ideas totalmente diferentes y tú coges mil personas y al final siempre hacen las mismas dos o tres cosas y siempre son basadas en esos patrones. Esos patrones, cuando tú se los das a una máquina con capacidad de cómputo tremenda y con otra forma de pensar muy diferente a la que estamos acostumbrados, los saca.  


¿Explica eso los comportamientos seguidistas en las redes sociales?

En el tema de las redes sociales podemos sacar tendencias. Nosotros hicimos un estudio de investigación cuando estaban viniendo los refugiados sirios, analizamos las páginas de hospitales, centros públicos, de la Universidad, cogíamos todos los comentarios y los analizábamos, si tenían carácter positivo o negativo, hicimos un modelo capaz de predecir si podía haber algún tipo de revuelta en un momento determinado en algún sitio, de manera que las fuerzas policiales se pudieran adelantar a detenerlo. Y te das cuenta de que sí, que cuando empieza una tendencia, cuando se produce la chispa y empieza a seguirlo todo el mundo, se genera la corriente que comentas. 


¿Y podríamos predecir índices de criminalidad en determinados ámbitos?

Sí, también.


¿Las fuerzas de seguridad no recurren a estos métodos de predicción?

En muchos países seguro que sí, no sé aquí a qué nivel. De todos modos ellos ya parten de la estadística, con ella ya saben cuáles son las zonas donde pasan más cosas, o cuáles son las horas más probables. La inteligencia artificial lo que les haría ya es dar el salto a saber incluso quién puede ser el individuo que lo haga. Es la diferencia. 


¿Qué perfil de empresa es la que está dirigiendo sus decisiones estratégicas con este tipo de herramientas?

Una empresa mediana, para la pequeña empresa no es un producto fácil de trabajar. Primero porque tienes que tener un histórico de datos y tienes que tener los medios para poder procesarlos. Afortunadamente los medios son cada vez menos costosos. A una empresa como el call center que he citado, le hemos aumentado más de un 10 por ciento las ventas. 


¿Se está creando brechas entre quien maneja este conocimiento y quien no?

Esto tiene una parte buena y una mala, la mala es esa. La gente o los países que son capaces de trabajar con el conocimiento tienen un alto nivel de vida y la gente o países que trabajan con la mano de obra física, tienen muchísimas limitaciones. Lo que pasa es que la era de la Tecnología tiene algo diferente respecto al resto y es la democratización. Ahora mismo nosotros tenemos la misma información aquí en Almería que la que tiene un noruego o un mexicano o un indio. La mente es la que es capaz de sacar las soluciones y no por estar en Estados Unidos tengo ventaja. 




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