“Si tengo que ir a Londres siete veces a por inversiones para Almería, iré”

Entrevista a Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía

Juan Manuel Moreno Bonilla, durante su visita a las instalaciones de LA VOZ.
Juan Manuel Moreno Bonilla, durante su visita a las instalaciones de LA VOZ. Fran Muñoz
Antonia Sánchez Villanueva
07:00 • 24 feb. 2019

El pasado viernes hizo su primera visita oficial como presidente de la Junta a Almería, la provincia que de un buen tiempo a esta parte es la que más votos da al PP de toda Andalucía. Moreno Bonilla ha recorrido la geografía almeriense en decenas de ocasiones como líder regional de su partido y ahora sabe que tiene que volcar todo ese conocimiento en resolver los problemas enquistados que dice conocer muy bien. 



¿Qué ha encontrado al llegar a la presidencia de la Junta?



He encontrado sentido de la responsabilidad, de saber que el progreso de los andaluces en una parte importante depende de lo que hagamos y, en segundo lugar, mucho cariño de mucha gente. En estas cuatro semanas me he encontrado de manera espontánea mucha confianza e ilusión en este cambio político en Andalucía. 



La Junta es una administración de grandes dimensiones, con muchos trabajadores y ocho provincias. ¿Va a ser fácil gestionar un trasatlántico de estas dimensiones?



Evidentemente, no. Si dijera lo contrario, mentiría. Esto no es un velero que mueves el timón y rápidamente el barco vira, es un portaaviones que hasta que gira puede pasar mucho tiempo. Eso significa que las cosas son más lentas de lo que a mí me gustaría. Esto tiene muchos procedimientos y, sobre todo, hay una inercia del pasado, de hacer las cosas siempre de la misma manera y eso tenemos que cambiarlo. 



¿Está encontrando resistencias del funcionariado?



Bueno, tengo que decir que los funcionarios de la Junta de Andalucía, en líneas generales, son excepcionales, grandes trabajadores y con un nivel de cualificación muy alto. 



Hay inquietud con respecto a cómo van ustedes a gestionar. 

Siempre hay inquietud, siempre hay tradición, costumbre de hacer las cosas de la misma manera, y hay ciertos departamentos donde sí reconozco que hay más resistencia al cambio. Evidentemente nosotros vamos a intentar doblegarla con mucho diálogo, mucha pedagogía y explicando por qué las cosas tienen que cambiar.


¿Y es fácil teniendo que compartir decisiones con otros socios?

No (risas,) la verdad es que fácil no. Esta responsabilidad que hemos asumido es muy compleja, pero al mismo tiempo absolutamente fascinante e ilusionante. Yo estoy más cargado de ilusión que nunca en mi vida, pero consciente de que me enfrento a una realidad compleja. Y estoy convencido de que lo vamos a conseguir, de que en estos cuatro años podemos conseguir metas que hasta ahora parecían inalcanzables y para eso vamos a dedicar, como estoy haciendo ahora, catorce, quince horas diarias, a este gran objetivo de transformar Andalucía. Es simplemente dejar que el talento de Andalucía fluya y que Andalucía saque ese potencial que lleva dentro. 


¿Confía entonces en que el acuerdo de gobierno dure y se complete la legislatura?

Evidentemente. 


¿No tiene señales de lo contrario?

No, ninguna señal de lo contrario. Tengo una coalición con Ciudadanos que está funcionando muy bien, donde hay objetivos comunes, hay lealtad, y, evidentemente, tenemos que buscar una mayoría parlamentaria que vamos a trabajar todos los días. Este gobierno es el gobierno del cambio, pero también es el gobierno del diálogo, estamos forzados a dialogar y yo personalmente tengo mucha vocación de diálogo y voy a hablar con todos los sectores. Yo quiero escuchar antes de actuar y eso significa que tenemos que conversar mucho.


¿El experimento de Andalucía va a estar en el punto de mira del calendario electoral que se avecina?

Sin duda alguna, estamos en el escaparate, es la primera vez que en Andalucía hay un cambio después de casi cuarenta años pero además es la primera vez que Ciudadanos asume la responsabilidad de gobierno, y es la primera vez que un grupo político como Vox firma un acuerdo, en este caso con el PP, de investidura. Todo es nuevo y eso al final genera un sentido de la responsabilidad todavía más grande. Pero estoy convencido de que saldrá bien. 


¿Esto es entonces como un ensayo general de un nuevo panorama político?

Es un ensayo general pero que nosotros estamos intentando acertar en todas y cada una de las decisiones. Creo que Andalucía no podía seguir con el mismo camino que llevaba y creo que los andaluces querían mayoritariamente un cambio y es lo que todos hemos interpretado y estamos trasladando a la gestión de gobierno. 


Ha utilizado la metáfora del barco y del timón, ¿hacia dónde quiere dirigir la proa de Andalucía?

La proa la ponemos hacia tres objetivos que tenemos que trabajar. El primero y más importante es crear empleo, crear progreso. Andalucía no puede seguir teniendo casi un millón de parados ni seguir expulsando a nuestros jóvenes a trabajar en Madrid, en Londres, o en cualquier ciudad del mundo y no en su tierra. El segundo objetivo es mejorar los servicios públicos, la sanidad y la educación, y el tercero es la regeneración de la vida pública. Andalucía no puede ser más noticia por corrupción o por procesos judiciales. 


¿Y en Almería, por dónde piensa empezar?

Yo soy un enamorado de Almería, no lo digo como una frase hecha. Desde que soy presidente del PP de Andalucía todos los años he veraneado en Almería, he ido a animar al Almería, he estado en Navidad, en Semana Santa, en las últimas cuatro ferias, en definitiva, en todos los grandes acontecimientos de la ciudad y de la provincia. Conozco la provincia. ¿Qué es lo que yo quiero en Almería? Quiero acercar San Telmo a todos y cada uno de los almerienses. No que Almería se acerque a Sevilla o a San Telmo, sino que nosotros nos acerquemos. Creo que tengo una ventaja, que yo soy malagueño, que tengo empatía, que conozco la capacidad de emprendimiento. Almería es diferente, tenemos que entender esas peculiaridades y esa singularidad como un valor en sí misma, y lo que tenemos que hacer es protegerlo y potenciarlo.


¿Eso en qué se traduce?

Aquí hay dos sectores con los que yo me voy a volcar. Uno es el sector agroindustrial. Vamos a intentar convertir a Almería a medio plazo en la capital de la innovación, el desarrollo y la investigación agroalimentaria. 


¿No lo es ya?

 Ahora mismo desde el punto de vista de la I+D+i, no. Hay otras comunidades autónomas, como Cataluña, que han conseguido que el sector privado, que aquí está haciendo sus deberes, y el sector público, que no hace sus deberes, hagan sinergia para producir valor añadido, que es de lo que se trata. Yo lo que quiero es que Almería sea la capital de la I+D+i de España, superando a Cataluña, al País Vasco y a cualquier otra comunidad. Y eso lo vamos a hacer trasladando una de las grandes sedes que tenemos en Sevilla a la ciudad de Almería.


¿Lo va a hacer posible trasladando un centro?

Sí, es el Centro Andaluz de Innovación y Desarrollo Agroalimentario. Básicamente lo que queremos es que la sede oficial y administrativa esté aquí y sobre todo generar una serie de convenios con iniciativas privadas para que pongamos dinero público y dinero privado, y tenga un factor de arrastre para atraer a investigadores de Israel, de Cataluña, de algunas zonas del mundo que están haciendo ingeniería agroindustrial y que puede generar mucho valor añadido al sector agrícola almeriense. 


¿Cuál es el otro sector en el que se van a volcar?

El turismo. Almería es el gran potencial del turismo. Sin lugar a dudas. No tiene solamente un turismo de sol y playa maduro, también tenemos que desarrollar un turismo cultural, que lo puede tener, y un turismo ecológico, verde, y de interior, que tiene muchas posibilidades. Sumado también al turismo residencial, queremos apostar por ese turismo residencial de una de las zonas de Europa con más horas de sol al año y con uno de los mejores climas, conectada por aeropuerto y esperemos que también en unos años por la Alta Velocidad, y que puede ser la residencia de muchas personas que quieren vivir y gastarse su dinero en Almería. 


Industria agroalimentaria y turismo pueden un tener un punto de conflicto en el agua. ¿Son compatibles?

Se les puede hacer compatibles haciendo un uso racional del agua y, sobre todo, invirtiendo en infraestructuras hídricas. Vamos a tener que hacer un esfuerzo dentro del gran pacto del agua que queremos potenciar para el conjunto de Andalucía. En Almería vamos a hacer una fuerte inversión en materia hídrica, especialmente con depuradoras. Estamos trabajando para empezar una fuerte inversión en dos grandes depuradoras que puedan multiplicar la capacidad hídrica tanto de regadíos como de consumo. 


¿Dónde irían esas depuradoras?

Todavía no lo debo de contar. Estamos en ello. 


La cuestión del agua, ¿qué peso específico va a tener en su gobierno?

Muchísimo. El agua es básica para el desarrollo de Almería. Hasta tal punto que yo he puesto al frente de la gestión del agua de Andalucía y de la agricultura en Andalucía y de la gestión del medio ambiente, fusionando las tres áreas, a una almeriense como Carmen Crespo. Eso significa que sabemos que Almería necesita agua, necesita sensibilidad sobre el medio ambiente y sensibilidad sobre la agricultura, y Carmen Crespo es la que va a pilotar esa transición hacia una optimización de recursos hídricos en Almeria, que va a llevar evidentemente más inversión por parte de la Junta de Andalucía. 


¿Cómo concibe dejar Almería en estos cuatro años?

Yo quiero que Almería sea la capital indiscutible de la innovación, desarrollo e investigación agroalimentaria y que multipliquemos el valor añadido. Segundo, Almería tiene que ser uno de los grandes receptores de turismo de Andalucía, está en condiciones de duplicar los turistas tanto nacionales como internacionales. Y, después, a mí me gustaría empezar a indagar en un sector que no necesita materia prima, nada más que talento, que es el tecnológico. Almería tiene todas las condiciones para crear aquí centros de innovación tecnológica. Muchos de los grandes gurús y de los grandes ejecutivos buscan ciudades soleadas y tranquilas para meditar y sus empresas buscan también buscan estos entornos. Almería tiene un entorno perfectamente posible para un desarrollo de la industria tecnológica, compatible a su vez con la industria agroalimentaria y con la turística. 


¿Giraría en torno al PITA o crearían otros centros?

En el PITA ya tenemos una infraestructura creada, lo que habrá es que potenciarla y, sobre todo, captar inversiones. Tenemos que hacer un esfuerzo para que a los fondos de inversiones, a las grandes multinacionales que quieran invertir, enseñarles lo que tenemos aquí.


¿Está dispuesto a coger la maleta para traerse inversiones?

Es una de las cosas que pienso hacer. Aquí no podemos estar en una cultura provinciana, sentados en el sillón a que vengan a invertir a Andalucía. Tenemos que ir a buscar a los inversores, cogerlos del brazo, invitarlos a que nos conozcan, porque somos grandes desconocidos. Cuando llegan aquí y se dan cuenta de las potencialidades es cuando empiezan a pensar en nosotros y a traer inversiones. Y echo mucho de menos que un presidente de la Junta de Andalucía haga eso. No puede ser que la anterior presidenta no viajara internacionalmente. 


¿Ha habido un comportamiento provinciano?

A mí me da la sensación de que sí. Tú no puedes desplazarte solamente a Madrid o a Barcelona, o como mucho a Marruecos. Un presidente de la Junta de Andalucía tiene que ir a buscar talento, a buscar inversiones, es un comercial a favor de los andaluces.


¿Un comercial?

Sí, un comercial a favor de los andaluces. Y que tiene que buscar precisamente compras. Tiene que beneficiar al conjunto de los ocho millones y medio de andaluces. Si yo tengo que ir a Londres siete veces a traer a un fondo de inversión para que invierta cien millones de euros en Almería, iré. Y a hablar con quien tenga que hablar. Esa es mi obligación. 


¿Y si tiene que ir a vender nuestros productos agrícolas, también?

Por supuesto. Eso es algo que ha faltado, los presidentes de Andalucía se han quedado tradicionalmente en Sevilla, esperando a que vengan a traer la inversión, y el mundo es muy competitivo. O tú estás en los grandes centros de decisión o no existes en un mundo global como el que vivimos hoy en día. 


¿Va a ser un presidente viajero, activo?

Absolutamente. Viajero en los sitios donde se produce esa inversión, y siempre acompañado de empresarios para abrirles puertas. 


¿Reforzará las misiones comerciales?

Totalmente, tenemos Extenda, que es una agencia que está trabajando muy bien. Andalucía además ha externalizado muchos de sus productos y lo que necesitamos precisamente es reforzar nuestras empresas fuera y también reforzar las empresas que se quieren venir a Andalucía. Y el presidente de la Junta de Andalucía no puede ser un sujeto pasivo, tiene que ser un sujeto activo. 


¿Hay dos Andalucías, una mentalidad andaluza occidental y una oriental?

 Yo no diría que hay dos. Hay tres, cuatro, cinco andalucías. Andalucía es muy amplia, es una comunidad autónoma con un fuerte sentimiento andaluz. Yo creo que eso sinceramente no está en duda. Nosotros tenemos vocación de permanencia colectiva, de proyecto colectivo. Ahora, sí creo que los anteriores gobiernos han creado distintos ritmos de crecimiento, de manera que hay una Andalucía de primera, una Andalucía de segunda y hasta una Andalucía de tercera. 


¿Y Almeria de qué es? ¿De tercera?

En términos de inversión, de tercera, evidentemente. Desde el punto de vista de la agenda política y administrativa no ha estado en el primer orden.


Todos los presidentes han dicho siempre que iban a acercar San Telmo a Almería. ¿En qué va a ser usted diferente?

Bueno, la diferencia es que Griñán creo que hubo legislaturas que vino cinco o seis veces en cuatro años y yo llevo 33 ó 34 días de presidente y estoy aquí, y voy a repetir muchísimo. Probablemente yo sea el presidente de la Junta de Andalucía que más veces venga a Almería de la historia si finalmente tengo una legislatura completa, porque me gusta Almería, me siento muy cómodo y creo en Almería. Ojalá yo tuviera cinco o seis mil millones de euros para decir mañana vamos, pero tengo lo que tengo. Una administración lastrada por casi cuarenta años de ineficiencia, una minoría parlamentaria y, por lo tanto, fácil no va a ser. Ahora, yo me voy a esforzar todos los días para que Almería esté en la agenda política. Y ese compromiso no lo voy a dejar de ejecutar ni un solo día. 


¿En servicios públicos en Almería cuál es su prioridad?

Hay algo importante. El Materno Infantil, una de las grandes reivindicaciones de la provincia de Almería, tiene que ser una realidad en esta legislatura. La parte fácil es construirlo, la difícil es dotarlo, y es lo que yo voy a hacer. Y, después, mejorar la calidad de la educación, tanto en enseñanzas medias como Primaria como en la Universidad. En ese sentido, vamos a buscar fórmulas de colaboración en el ámbito privado para mejorar lo que es la asignatura pendiente, la Formación Profesional Dual. Almería necesita buenos profesionales que no encuentra porque no hay nadie que los forme. Por eso quiero hacer una Formación Profesional muy vinculada a la productividad y a la empresa. Hasta ahora ha habido muchos complejos en la colaboración público-privada. Yo no tengo ningún complejo. 


¿A qué campos va a llevar la financiación público-privada?

A todos los campos. Creo que no tiene sentido que el mundo público esté de espaldas al mundo privado, y viceversa. Tenemos que colaborar en el ámbito cultural, en el ámbito académico, en el ámbito social, en el ámbito empresarial, en el ámbito de las infraestructuras por supuesto… yo quiero hacer infraestructuras con colaboración público privada, y hay fórmulas.


¿Por ejemplo?

Hay algunas redes de carreteras que se pueden hacer con fórmulas de colaboración público privada. Al final, el ciudadano quiere que le solucionen su problema, que las carreteras funcionen, que los hospitales funcionen y que no le cueste más dinero de lo que le está costando hasta ahora. Pues eso es lo que tenemos que buscar. 


¿Estaríamos en tiempo para llevar lo que queda de la autovía del Almanzora a ese tipo de colaboración?

Nosotros tenemos ahora mismo un problema, que el anterior gobierno de la Junta de Andalucía en vez de dejar los presupuestos hechos para el Gobierno que venía, disolvió sin elaborar los presupuestos. Nosotros llevamos 33 días y ahora tenemos que elaborar unos Presupuestos y empezar de cero. ¿Qué significa eso? Que vamos a perder un tiempo precioso para elaborar esos Presupuestos, aproximadamente dos o tres meses. Además, nosotros tenemos que trabajar dos presupuestos, el de 2019, que debería estar en funciones si el PSOE y la señora Díaz hubieran cumplido con su obligación, y tenemos que empezar a trabajar en el 2020, que tendría que estar en octubre. Nuestro objetivo es presentar el Presupuesto en mayo e intentar aprobarlo si puede ser en junio para que podamos introducir ya partidas para la autovía del Almanzora.


O sea, que ahora mismo no hay dinero para la autovía.

No, no se puede porque los presupuestos prorrogados no aceptan modificaciones de crédito, no tenemos ahora mismo posibilidades de hacerlo. 


Sus propósitos de impulso y agilidad pueden chocar con la complejidad burocrática que siempre se ha achacado a la Junta, ¿qué fórmula tiene para evitarlo?

Nosotros vamos a coger una experiencia, que fue la de la Columbia británica, una región de Canadá que tenía menor renta que el resto de Canadá y que estaba lastrada precisamente por una excesiva burocracia que impedía la inversión. Allí se creó una agencia que lo que hacía era optimizar esos reglamentos, de manera que fuera más fácil para el ciudadano y para el inversor, y hoy la Columbia británica ha crecido de manera exponencial. Eso quiero trasladarlo al ámbito de Andalucía. Vamos a trabajar desde ya en la creación de esa agencia. Si ha funcionado en otros rincones del mundo nosotros vamos a adaptarlo a Andalucía.


¿Y no corre el riesgo de ser menos garantista?

No, porque se hacen más marcos más seguros. Ahora mismo el problema es que tú no sabes lo que es seguro, todo depende de la interpretación, y a veces es subjetiva. Y no hay tantos matices como ahora que hacen que en una provincia se autoricen una serie de actuaciones y en otra, la misma Junta de Andalucía autorice otras. 


¿Eso permitiría aprobar ya el PGOU de la capital? 

Por supuesto. No tiene sentido que una capital de provincia lleve una década esperando un PGOU que al final es un plan para el desarrollo y para la inversión, que limita el crecimiento de la ciudad de Almería, y no se hace por reglamentos, disposiciones, que algunas son casi contradictorias entre sí. Desde luego lo que vamos a simplificar desde ya es muchas de las medidas en materia de ordenación del territorio para que Almería de una vez por todas pueda tener su Plan General. 


¿Sabe ya cuándo celebrará un Consejo de Gobierno en Almería?

Aún no, depende de los calendarios, tenemos ahora muchos momentos electorales que frenan muchísimo, pero sí le digo que Almería se merece que el Consejo de Gobierno se reúna en Almería, decida en Almería, y asuma decisiones que respeten, que amparen, protejan e impulsen la economía de Almería. 



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