El obispo entrega a los profesores de religión la ‘Missio’ canónica

Más de un centenar de profesores de religión de toda la provincia acudieron a la Catedral de la Encarnación para recibir de manos  del obispo diocesano, Adolfo González Montes, la ‘Missio’ canónica, tanto de la escuela pública como privada. Un encargo que tiene como misión el de trasmitir con fidelidad el mensaje cristiano en el ámbito escolar.

Previo a la entrega, el prelado presidió la celebración eucarística ante una abarrotada Catedral de la Encarnación, misa que concelebró junto con el delegado episcopal para la Enseñanza de la Religión y la Educación Católica, Juan Antonio Moya; y el canónigo de la Catedral, Juan Torrecillas y donde participó el Coro de la Hermandad de Estudiantes, dirigido por Estefanía Escobar Casas.  

En su homilía, monseñor González Montes indicó que “es la Iglesia la que presenta a la Administración pública aquellos docentes que considera idóneos, para garantizar a los padres, que la educación religiosa y moral que van a recibir sus hijos, se corresponde fielmente con la autenticidad del mensaje cristiano”, señaló el obispo rememorando que “la Constitución reconoce el derecho de los padres a que sus hijos sean educados de acuerdo con sus propias convicciones religiosas y morales”, dijo Adolfo González Montes. 

La entrega
A la conclusión de la misa y tras nombrar a cada uno de los docentes que este curso académica impartirán clases de religión, el obispo hizo entrega de la ‘Missio’ a cada uno de los nuevos profesores llegados de distintos puntos de la geografía provincial.

“¿Quién puede garantizar que la enseñanza que se da en el ámbito de la religión es la que corresponde a la fe de los padres que son católicos? Únicamente la iglesia. Por eso, es la Iglesia la que envía a los docentes y precisamente, hemos celebrado el envío, la Missio”, señaló a La Voz el delegado episcopal de Enseñanza de la Religión, Juan Antonio Moya, rector del Seminario Mayor San Indalecio.

Tanto en centros públicos como concertados y privados supera los 300 profesores de religión en toda la provincia. “Estamos hablando de un hecho que tiene una repercusión laboral importante. Retirar o suprimir la clase de religión es empobrecer la formación de nuestros niños”, expresó el delegado episcopal, Juan Antonio Moya.