El asesino denunció la desaparición tras ver en prensa el hallazgo del cadáver

K. K. de 30 años vendió su coche y compró un billete de avión a Mauritania

Arresto de K. K. de 30 años de edad, presunto asesino
Arresto de K. K. de 30 años de edad, presunto asesino La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 12 oct. 2018

Ligero de equipaje, con un pequeño maletín negro en una mano y un billete de avión a Marruecos en la otra, K. K. de 30 años de edad cruzó hace una semana el control de pasajeros del Aeropuerto de Madrid Barajas. Solo unos pasos después del arco de seguridad y de las bandejas de plástico amontonadas en las mesas, los agentes de paisano de la Guardia Civil irrumpieron a ambos lados del sospechoso con una naturalidad asombrosa. Un maniobra quirúrgica. Sin necesidad de levantar revuelo, los agentes apartaron a K. K. del resto de viajeros sostenido por ambos brazos.



El detenido es presuntamente el último asesino de la violencia machista en España. Está acusado de estrangular a su pareja en una vivienda de Roquetas de Mar y arrojar el cuerpo en un cubo de basura del Poniente. Como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA, el cadáver fue descubierto por un operario de la planta de residuos de Gádor el pasado jueves 27 de septiembre.  Según fuentes de la investigación, la víctima de origen magrebí era explotada sexualmente en una infravivienda del Poniente. K. K. era su proxeneta y también su pareja sentimental.

La agresión se produjo en el interior del inmueble de la pareja, cerca de la barriada de Las 200 viviendas. La UOPJ cree que el sospechoso acabó con la vida de la mujer, metió el cuerpo en un turismo de su propiedad y lo arrojó en un contenedor en un diseminado de invernaderos en el Poniente. Los residuos de la zona se tratan en la planta de Gádor, donde vierten sus basuras 48 municipios de la provincia de Almería. Sin embargo, la periodicidad de la recogida varía según la ruta. En este caso, el cadáver estuvo unos cuatro días antes de la alerta de un operario de la planta.




Expertos en criminalística de la Benemérita realizaron una minuciosa exploración de la zona. El cuerpo estaba muy dañado y la misión de identificación era compleja. El ADN y las huellas dactilares (muestras lofoscópicas) resolvieron el enigma. Con la víctima identificada y las causas de la muerte confirmadas por los forenses, la UOPJ tenía que encajar la última pieza: el asesino. La mirada se puso rápidamente sobre K. K. de 30 años y sin antecedentes penales.



Plan de huida
La pareja de la víctima se presentó ante la Guardia Civil voluntariamente para denunciar su desaparición; sin embargo, lo hizo después de que la prensa difundiera el descubrimiento de un cuerpo en el vertedero de Gádor. Presionado por la investigación, quiso ocultar su huellas, trazar un coartada y, sin saberlo, se colocó más aún en el punto de mira.





La UOPJ siguió sus pasos y comprobó que en las fechas del crimen había vendido su coche a una tercera persona. El vehículo se encontraba en el municipio de Abla, donde fue localizado por los investigadores. Además, la Guardia Civil detectó que K. K. había viajado a Madrid para gestionar un permiso en el embajada de Mauritania, su país de origen, donde intentaba regresar en un vuelo con escala en Marruecos.




El arresto se produjo hace una semana antes de que el sospechoso embarcara. K. K. fue trasladado a Almería y el Juzgado de Instrucción número Cuatro, en funciones de guardia, ordenó su ingreso en prisión provisional. La Guardia Civil ha esclarecido en la misma semana dos crímenes de mujeres marroquíes asesinadas por el mismo procedimiento, en el mismo barrio, en la misma localidad.





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