Prisiones traslada a Zaragoza a un etarra que intentó autolesionarse

Kepa Arronategi, inmerso en una grave depresión, abandonó la cárcel de Almería el martes

Cárcel de Almería.
Cárcel de Almería. La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 24 sept. 2018

Bilbao se vistió de gala el 18 de octubre de 1997 para la inauguración de un proyecto único. El Museo  Guggenheim abría sus puertas tras cinco años de obras con la promesa de convertirse en un gran centro cultural dentro y fuera de España, una referencia artística de vanguardia.




El Rey Juan Carlos, el presidente José María Aznar y el lehendakari José Antonio Ardanza encabezaban una interminable lista de autoridades invitadas a la cita con tintes históricos. Y ETA también quería estar presentente.




La banda terrorista preparaba un magnicidio. Colocó al Rey en el punto de mira y envió a un comando cinco días antes para preparar un ataque diseñado para golpear pilares del Estado y alcanzar resonancias internacionales.




Los etarras pretendían atacar al monarca con lanzagranadas dispuestos en las inmediaciones del Museo Guggenheim. Sin embargo, la intervención de un ertzaina desbarató el atentado. José María Aguirre, de 35 años de edad, murió asesinado aquella tarde de octubre.




Entre los asesinos del llamado Comando Kattu se encontraba Kepa Arronategi Azurmendi. En el mes de mayo de 1999 la Audiencia Nacional condenó al terrorista a 72 años de prisión por su participación en el atentado frustado y en la muerte del ertzaina en Bilbao.




Kepa Arronategi ha cumplido la última parte de su condena en el centro penitenciario de Almería, donde vivía inmerso en una grave depresión.




Instituciones Penitenciarias aprobó su traslado a la prisión de Zuera (Zaragoza) y el pasado martes abandonó finalmente El Acebuche entre importantes medidas de seguridad. El reo ingresó momentáneamente en Murcia y será custodiado finalmente en el centro aragonés. Kepa Arronategi había obligado a los funcionarios de la prisión de Almería a tomar medidas especiales de seguridad. Además de las restricciones propias de la custodia de presos etarras, el terrorista tenía un seguimiento médico por sus problemas psicológicos y permanecía con un interno de confianza dentro del plan de prevención de suicidios (PPS).




El recluso había intentado autolesionarse en la cárcel de Almería y había provocado una situación de vigilancia casi constante.


Finalmente, Interior aprobó su acercamiento al País Vasco, incluyendo al etarra en la lista de presos enfermos. El Gobierno optó por sacar a Arronategi de Almería y enviarlo a Zaragoza, un trámite iniciado el martes.

Historial de presos

El Acebuche ha albergado presos de la banda terrorista desde prácticamente su apertura a mediados de los años 80. En el último lustro la nómina de reclusos con este origen ha disminuido considerablemente.


Instituciones Penitenciarias ha apostado por su custodia en instalaciones más modernas (Almería apenas tiene primeros grados en comparación con otras cárceles españolas).


Además, el Gobierno ha iniciado una política de acercamiento de internos, ya vista durante el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que ‘descarga’ a los centros del sur de la responsabilidad de la custodia de etarras enfermos y arrepentidos.


Según asociaciones de los autodenominados “presos vascos”, en El Acebuche permanecen siete etarras, algunos de ellos procedentes de acciones de kale borroka y proselitismo.


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