La Cañada: el barrio que osó parar a un ministro

Alberga la Universidad de Almería y es el lugar de origen del conocido lutier Antonio de Torres

la plaza Antonio de Torres es uno de los principales puntos de reunión de los vecinos.
la plaza Antonio de Torres es uno de los principales puntos de reunión de los vecinos. Cristina Da Silva
Cristina Da Silva
22:20 • 18 jun. 2018

Con 7 asociaciones, La Cañada es uno de los barrios de Almería con mayor actividad vecinal. La agrupación ‘Antonio de Torres’ fue la primera en aparecer. Junto a ella se encuentran ‘San Urbano’, ‘Bomar’ (originaria del Bobar) y ‘Ampa San Urbano’. De igual modo, existen la ‘Asociación de Comerciantes’, la asociación de mayores ‘El Puente’ y la agrupación musical ‘San Indalecio’.




“Cada una se ocupa de un tema, pero todas reman en la misma dirección para salvar la playa, mejorar las calles, los colegios, la conexión del barrio con la universidad... Aspectos que pueden ser buenos para todos”. Así lo explica Gracia, propietaria de la tienda de informática RL.




Reivindicaciones



“La Cañada ha despertado bastante a nivel reivindicativo. Las asociaciones se están centrando en varios asuntos, aunque ahora mismo el más importante es el de la desconexión del vecindario con la universidad”, señala Gracia.




En este sentido, la plataforma ‘Salvemos la playa’, creada de forma conjunta, persigue dos objetivos: acondicionar la playa de La Cañada, para que pueda ser utilizada, y habilitar un camino que permita llegar a la universidad a pie, desde el barrio. “No hay acera ni iluminación para ir andando hasta allí. Una zona que podría haber sido universitaria no se está aprovechando. Los estudiantes se van a vivir a otras barriadas, como el Zapillo”.




El problema, según cuenta Gracia, se resume en que “la universidad fue creciendo a lo ancho, separando el barrio del mar. Además, se valló el recinto, por lo que ahora no existe un  paso abierto a la playa, que se fue abandonando y se ha perdido”. Según comenta otro vecino, Antonio, el despunte de la agricultura de invernadero propició que gran parte de la arena de la playa se empleara en los cultivos.




Continuando con las peticiones, Gracia explica que el acceso al instituto de secundaria Sol de Portocarrero tampoco dispone de acera ni carril bici. “Pasa un autobús dos veces al día, pero para ir a actividades extraescolares no hay otra posibilidad que el coche”.




Asimismo, desde las asociaciones, se ha solicitado una biblioteca municipal, de la que aún no se vislumbra proyecto alguno.

Historia

El carácter reivindicativo del vecindario parece provenir de antaño. “Antes, el barrio tenía casas sólo a un lado de la carretera de Níjar, que era de tierra. Llegaba hasta la plaza Antonio de Torres. De ahí hacia el mar había bancales”, explica Antonio.


Tanto él como sus coetáneos recuerdan el día en que obligaron a detenerse al coche oficial de Joaquín Garrigues Walker, ministro de Obras Públicas y Urbanismo a finales de los 70.


“Había una curva muy peligrosa en la carretera que llevábamos tiempo pidiendo que quitaran porque habían muerto personas allí. Conforme pasaba por aquí el coche del ministro, que había venido a un acto en el aeropuerto, lo paramos entre los vecinos para exigir una solución a la curva, que finalmente conseguimos”, relata.


Vecinos

En dicha época, en La Cañada vivían entre 2.000 y 3.000 personas. La mayoría se dedicaba a la agricultura, la carpintería y la albañilería. “De aquí han salido los mejores maestros albañiles de Almería”, afirma Antonio.


Actualmente, cuenta con unos 9.000 habitantes, de profesiones muy variadas; si bien la cooperativa agrícola Casi presenta un peso considerable, al contar con varios departamentos en la zona.


Gracia indica que, entre los habitantes, se observan dos perfiles. “Están, por un lado, los que han nacido y crecido en La Cañada, que se sienten muy identificados con el barrio. Por otro lado, se encuentran los que lo usan como ciudad dormitorio, pero no hacen vida en él, realmente”.


“En general, se ve mucha unión y ambiente. Los mayores pueden hacer su vida aquí porque hay servicios y comercios suficientes en el mismo barrio”, especifica Gracia.

Tres fiestas

Tradicionalmente, La Cañada ha celebrado 3 fiestas: San Marcos (el 25 de abril), San Urbano (el 25 de mayo) y la Virgen del Rosario (el 7 de octubre). Mientras que San Marcos funcionaba, más bien, como una feria de ganado, San Urbano y la Virgen del Rosario se constituyeron como auténticas fiestas de barrio, con misa, procesión y verbena acorde a la ocasión.


Los vecinos de edad más avanzada recuerdan también las carreras de cintas y bicicletas, habituales hasta hace algunas décadas en tantos otros lugares en este tipo de fiestas.


Las fiestas dejaron de realizarse, pero San Urbano volvió hace unos años. En cuanto a San Marcos, más dedicado a los animales, “venía la gente de la vega, muchos de ellos procedentes de Los Llanos de La Cañada, por donde había bastantes cortijos. Esta fiesta también se ha reinstaurado porque algunas personas que poseen bueyes y caballos se ofrecieron a ello”, comentan Antonio y otra vecina.

El día a día

Aun encontrándose en la periferia de la ciudad, La Cañada cuenta con colegios e institutos, centro de salud, oficinas bancarias y comercios de diversa índole. Entre estos últimos, se observan tiendas de motos, bicicletas, muebles, ropa, calzado o informática, como la de Gracia. Tampoco faltan las carnicerías, panaderías, pescaderías, peluquerías, papelerías, supermercados, bares y cafeterías. No obstante, y a pesar de que el vecindario disponga de un reseñable tejido comercial, Gracia considera que “no se le saca el partido que tiene”.


Al igual que en otras zonas de Almería, los vecinos desean que el servicio de transporte público mejore. En dicha dirección apunta un proyecto – aún sin concretar – para diseñar una línea circular de autobuses que una la barriada con Costacabana y con la universidad. Por otra parte, existe una conexión con el hospital del Toyo, pero no con el de Torrecárdenas.

El lutier

Otro hecho destacable es que Antonio de Torres, el famoso guitarrero almeriense, nació en La Cañada en 1817. Ha pasado a la historia como uno de los lutieres más importantes en la fabricación de la guitarra clásica. Con sus más de 80 creaciones, se le ha llegado a considerar, incluso, como el ‘Stradivarius de la guitarra’. Su historia y creaciones se encuentran hoy en el Museo de la Guitarra, situado a espaldas de la Catedral de Almería. La casa en la que creció y vivió, reconvertida también en museo, se ubica en la calle Real de la Cañada.


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