‘Tres diputados y un destino’, por Pedro M. de la Cruz

`La Justicia debe ser justa y alejarse tanto del odio exaltado de los justicieros como de la candidez profética de los apóstoles de la redención`

La Guardia Civil en la finca donde fue hallado el cuerpo de Gabriel.
La Guardia Civil en la finca donde fue hallado el cuerpo de Gabriel.
Pedro Manuel de La Cruz
10:13 • 14 mar. 2018

Con los ecos luminosos de la voz de Patricia agradeciendo la bondad que la desaparición y muerte de Gabriel ha despertado en el corazón herido de los españoles, el Congreso debate mañana la suspensión en el Código Penal de la prisión permanente revisable. Sus palabras han sido de un caudal ético tan conmovedor que se han convertido en una admirable lección de sensibilidad en medio de un dolor tan atroz. Patricia ha apelado a la Justicia y no a la venganza.




La Justicia debe ser justa y alejarse, a la vez, tanto del odio exaltado de los justicieros como de la candidez profética de los apóstoles de la redención. Hay personas, como la asesina confesa de Gabriel, para las que la reinserción es una aspiración condenada al fracaso de la quimera. No hay que legislar nunca en medio de la excitación de los sentimientos, pero tampoco hay que hacerlo alejándose de la realidad. La historia ha demostrado que hay delincuentes irremediables que nunca mostrarán vocación sincera alguna de reinsertarse en la sociedad. La asesina de Gabriel- ahí está su curriculum y la perfidia cruel y brutal de su última acción- debe sentir todo el peso de la Justicia, sin contemplaciones.




Nadie puede contestar con certeza a la pregunta de si la prisión permanente revisable aminora la vocación cruel de un potencial delincuente. Pero, de lo que no hay duda -ninguna duda, ninguna-, es de que su eliminación del código Penal nunca surtirá ese efecto. Mañana se vota su eliminación en el Congreso. De los seis diputados almerienses, los tres diputados del PP lo harán en contra; en la otra acera política, los dos diputados socialistas tienen en mandato de su partido de hacerlo a favor y el diputado de Ciudadanos aún mantiene la ambigüedad. Lo que desconocemos es el mandato de los almerienses que les votaron y el imperativo ético de su conciencia. Que mañana, cuando tengan que ejercer su derecho al voto que los ojos sin luz y para siempre de Gabriel no les perturbe su decisión, pero que piensen en los ojos llenos de impiedad de su asesina y en la posibilidad de que dentro de diez o doce años y con un tercer grado pueda volver, sin arrepentimiento sincero y sin pagar a la sociedad el dolor tan inmenso que ha provocado, a recorrer las calles en las que tramó su crueldad.
 









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