Un viaje para toda la vida

Diego, qué suerte hemos tenido de conocerte y cuánto te vamos a echar de menos

Diego

  • Tus amigos

Una tarde de finales del mes de junio de 2020, cuando disfrutábamos juntos de la recién estrenada nueva normalidad, Diego nos contó que se había comprado un coche en Mérida y hasta allí tenía que ir a recogerlo. Al minuto, Manolo, siempre tan dispuesto, ya se había ofrecido para acompañarle. José Miguel y Rafa al principio no nos dimos por aludidos pero sorpresivamente fueron nuestras mujeres las que nos animaron. Estábamos dentro!


Recién salidos del confinamiento nos tomábamos ese viaje como una aventura. Todos somos padres y tenemos niños pequeños, no podíamos pasarnos mucho para mantener nuestro saldo de puntos, esos que te permiten escaparte de vez en cuando.


Teníamos que ser rápidos.


A las 5 de la mañana del día 4 de julio se 2020, prácticamente sin pensarlo, estábamos todos en el garaje, a media mañana ya estábamos en Mérida recogiendo el nuevo coche de Diego y llegamos a comer a Sevilla donde él nos invitó a agradeciéndonos la compañía.


Por la tarde recorrimos toda la cuidad con un sol de justicia propio del verano sevillano, primero un paseo cultural y luego gastronómico. Recorrimos una buena cantidad de bares, el tiempo se nos pasó volando como suele pasar cuando disfrutas de los amigos y nos dieron las tantas de la noche. 


Al día siguiente estábamos en casa antes de comer, previa parada en Dólar para comprar dulces a nuestras familias. Llegando a casa, antes de bajarnos del nuevo coche de Diego, uno de nosotros dijo: me duele la cara de reírme.


Si buscas en el diccionario la palabra felicidad el primer resultado es “estado de grata satisfacción espiritual y física”, y esa es la definición perfecta de cómo nos sentimos durante esas horas.


Desde entonces hemos recordado ese viaje casi en cada tertulia. Cientos de km, cientos de anécdotas y millones de risas. Una de esas cosas que surgen de forma improvisada y que te acaban marcando la vida.

Hace unos días Diego nos dejó, aunque su recuerdo lo tendremos para toda la vida. Se ha ido muy pronto, solo tenía 40 años, una familia preciosa y millones de planes por hacer.


Ahora lo que sentimos es una tristeza infinita.


Solo hemos podido disfrutar de él 4 años pero han sido suficientes para saber que teníamos un AMIGO con todas y cada una de sus letras.


Diego, qué suerte hemos tenido de conocerte, cómo hemos disfrutado de tí y cuánto te vamos a echar de menos.


María, Dieguillo, Rodrigo, Regina y Diego Padre: cuando los coches se compran lejos, a por ellos vamos todos juntos...y así seguirá siendo!