La radio ‘ochentera’ de una pareja que dedicó su vida a la comunicación

José Miguel y Lola han dejado huella en la radio almeriense y en mi vida

José Miguel Fernández y Lola Benavides

  • Tony Fernández

La radio nos unió y la radio nos separó para siempre. Imposible escribir sobre Lola Benavides sin hacerlo antes de José Miguel Fernández. Se acaba el Carrusel Deportivo. Ha ganado el Almería al Girona en casa y Antonio Torres dice que la victoria va al cielo por Lola Benavides. Me quedo de piedra. No sabía nada, la enfermedad ha sido cruel y rápida con ella. Enorme la tristeza. José Miguel ya no está solo.


Rey del deporte Tuve la enorme fortuna de conocer a José Miguel Fernández en persona por obra y gracia de Encarni González. Él le habló de mí por un libro del Almería que había escrito y me hizo una entrevista en Radio Juventud. No podía imaginar que era el comienzo de una carrera que hará 40 años en el próximo 2023.


Aquella radio de 1983 daba miedo con los Torrijos, José Ángel, María Rosa Granados, José Antonio Belda, Encarni González, Guillermo Acosta, Pepe Aliaga, Antonio Sánchez y el inolvidable Antonio Sánchez Pajarero como director. Yo pasaba miedo ante ellos porque era oyente fiel de todos y tenerlos a un metro imponía. José Miguel me llevó a Lola y luego a su hijo José. Los dos respetados en las ondas por el deporte y el flamenco, si bien Lola valía para todo y hacía hasta los discos dedicados.


José Miguel Fernández era la estrella de la radio deportiva y me tocó ser alumno suyo y aprender todo lo que él sabía de la técnica. Era jefe de emisiones y yo había terminado la Maestría Industrial en electrónica. Los dos ayudamos mucho a los compañeros cuando los técnicos estaban liados.


Peña El Taranto Con José Miguel me divertía mucho dentro del respeto enorme que le tenía pero a Lola siempre profesional y en su lugar le profesaba admiración como a María Rosa Granados. Con Encarni todo era más fácil nos conocíamos por Manoli del trabajo en Saveres. Lola y la Peña El Taranto eran una sola cosa. Los sábados José Miguel de técnico y Lola a presentar a las estrellas del cante. Así muchas sesiones hasta que acabó siendo la presidenta. Les recuerdo tan unidos y hasta José Miguel en nuestros largos viajes se atrevía con esa canción tan española que decía: “Mi jaca galopa y corta el viento cuando pasa por el Puerto caminitooo...”. Luego sonaba el ‘Déjame’ de Los Secretos y el que cantaba era yo.


Lola era pura sensibilidad en antena y me gustaba su método de trabajo siempre ordenado mientras José Miguel y yo dejábamos más espacio a la improvisación. Fueron cinco o seis años en los que pasamos de Radio Juventud a Radiocadena y de esta a Radio Nacional.


Yo hice el primer programa en los nuevos estudios y José Miguel me ayudó. 


Inolvidables Han dejado huella en la radio almeriense y en mi vida porque un simple aficionado sin conocimientos al que lanzó a la piscina José Miguel va a cumplir 40 años en esto y todo porque ellos y aquella generación de locutores me enseñaron la pasión de mi vida. De José Miguel en su corta vida (falleció a los 51 años) decirles que no tuvo tiempo de disfrutar de la vida porque la radio exigía mucho y los fines de semana a la carretera para radiar partidos y Lola en casa esperando. Pasaban más tiempo en el trabajo que en casa.


De Lola les digo que era una niña del Barrio Alto (siempre lo fue) tan ‘bonica’ y encantadora. Tan cercana y cariñosa conmigo. Yo le caía muy bien y cuando me llamaba “Tony” me daba alegría porque José Miguel no lo hacía, me decía “Fernándeeeez” porque cuando me bautizaron como Tony nadie le consultó. Cosas de aquella radio. José Miguel y Lola forman parte de la historia de la radio almeriense con un lugar destacado y en mi vida y en mi corazón ocupan un lugar destacado.


Vaya nieto José Miguel no conoció a José, el ojito derecho de Lola. Un niño que ha salido del Almería como su abuelo y su padre y a las puertas del Tanatorio me hizo inmensamente feliz cuando al abrazarlo y besarlo me dijo: “Yo te escucho todos los días Tony”. Qué orgulloso me sentí.


Salí del Tanatorio tras saludar a José Ángel y Pepe Amat y de allí a ver a José Miguel y volver a leer en su lápida gris: ‘Falleció a los 51 años’. Gracias a Paco Burgos di con él porque no fui al entierro. No dejaré de visitar a mi maestro porque a Lola la han incinerado.


Aquella radio de los 80. Me quedé de piedra cuando me enteré de la pérdida de Lola Benavides en antena. Os llevo en mi corazón.