Noble, leal y legal

Primer aniversario. 5 de agosto de 2022

Antonio María Fernández Muñoz

  • Tu hermano Pedro

Querido y añorado hermano Antonio. Hoy precisamente, pero un año atrás, se nos paró a todos los tuyos, al igual que a ti, por unos segundos el corazón al conocer la noticia de tu partida. Nosotros tuvimos más suerte ya que volvimos a la dura y triste realidad mientras que tú te alejabas para adentrarte en un silencio de paz y tranquilidad, dejando atrás el sufrimiento y abatimiento por aferrarte a la vida, la cual había llegado a su caducidad.


Tú descansaste y los demás solo tuvimos el consuelo de saberlo y de entender que todo pasa, todo llega y que la aceptación es el mejor remedio para paliar ese dolor que te traspasa el alma y que no te deja respirar.


Es difícil poder decirte por estas líneas todo lo que significaste para nosotros, para mí pero también creo que cuando se sienten con la fuerza del alma y del corazón las palabras fluyen y se entremezclan unas con otras creando una amalgama de reconocimientos y sensaciones, las cuales hacen posibles describir lo que eres y lo que sigues siendo aún después de tu partida. Con tal coherencia y verdad que todo el que haya tenido el privilegio de conocerte sabe que estoy en lo cierto.


Hermano Antonio, de las muchas cualidades de las que te has podido sentir honrado y orgulloso, que han sido muchas, me quedaría con tres adjetivos, para mí de los más importantes. Leal, noble y legal. 


Leal porque no he conocido a nadie que haya antepuesto nada a su lealtad. Para ti la lealtad ha sido siempre sinónimo de grandeza y la persona que ha merecido tu lealtad se ha podido sentir dichoso.


Noble: la nobleza nació en ti un 14 de junio y se marchó un 5 de agosto. La nobleza la llevaste incrustada a flor de piel. No he conocido a nadie con tal grado de nobleza. Una nobleza pura que has desprendido con los tuyos y con el resto que te ha conocido. 


Y legal: la legalidad ha sido también un referente en tu vida. No te han gustado las injusticias, los fraudes ni las medias tintas. La legalidad la has llevado en todo y con todos a su máximo exponente. 


Y si hablasen de agradecido, no puedo pasar por alto el concepto que tenías del agradecimiento. Cualquiera, en cualquier momento, hubiera podido hacer algo por ti. Desde ese momento tenía contigo el cielo ganado. 


Podría decirte tantas y tantas cosas, hermano, pero las dejaré porque cuando volvamos a vernos tendremos que hablar de algo.


Te seguimos añorando en el día a día. Y aunque seguimos con nuestra lucha diaria, aceptamos tu ausencia siempre en el recuerdo de lo que fuiste. Siempre intentando encontrar el consuelo pensando en tú descanso. Y siempre en el conocimiento de que esto es un ‘stand by’ en el que cada uno esperamos para volvernos a encontrar.


Hasta entonces, solo pedirte que ruegues por los que hemos quedado en este lugar al que llamamos vida y desearte que tengas toda la paz que mereces junto a nuestro Señor


Te quiero.