Adiós a María Guillermina

(15-03-1936//22-02-2021)

María Guillermina Góngora García

  • Juan José Plaza Góngora

Alguien me ha dicho: “Juanjo, es bastante más que suficiente el homenaje de acordarte a diario de ella y  de la manera en que lo haces, así que no es necesario que escribas ni publiques ningún testimonio”. Pero mi intención es simplemente hacer un poquito por ella a cambio de lo mucho que ella nos dio, ¡que menos!. A lo largo de una vida vamos andando un camino en el que te puedes topar en muy pocas ocasiones, no más que las de los dedos que tiene una mano, con alguna persona excepcional, yo tuve la enorme suerte de que una de esas personas fue mi misma madre. Alguien con la que siempre podías contar, siempre solicita para ayudarte, siempre mostrando su confianza en ti cuando sabia que lo necesitabas. Siempre a favor de la paz y con la ayuda de nuestro padre educándonos a los 4 hermanos en pro de la templanza, de tener paciencia con gente que no era paciente y de evitar confrontaciones. Recuerdo un sinfín de momentos felices, compartiendo con nuestros primos en el cortijo de los molinos, comiendo ensalada de pescado que ella nos daba en la ventana mientras veíamos pasar a la gente, o esos veranos en Sevilla donde estuvo destinado mi padre visitando el Corte Inglés para evitar el calor y escuchando por las tardes la novela “lucecita” que no nos perdíamos ni un solo capítulo. ¡¡Que felices que éramos en esos momentos sin saberlo!!. Y voy a más, no suficiente con eso, súmale a esa gran suerte de que me tocara como madre, la especial conexión que siempre he tenido con ella. Menudo privilegio, se puede pedir más?


Me inflo mucho acordándome, sintiéndolo y contándolo, así que eso mismo es lo que hago, os lo cuento.  Y os hago saber que vale que nuestro fin está escrito, pero eso casi que no importa, lo verdaderamente interesante es que cuando llegue ese momento, alguien pueda tener una bonita historia que contar de nosotros. Y la historia de MARÍA GUILLERMINA no tiene parangón, es una historia anónima, como muchas, pero es la historia de alguien que le toco vivir una vida en la que cumplió con creces su cometido centrado siempre en el cariño, la generosidad y el servicio a los demás como madre, como abuela, como amiga y como esposa. Era agradecida como ella sola cuando se topaba con gente buena como ella, y tenía siempre una excelente capacidad de admiración por detalles ligados a la modernidad que para muchos, salvo los niños, nos pasan casi desapercibidos. Conservadora y feminista al mismo tiempo pero no por eso con personalidad contradictoria, aunque pueda parecerlo. Me llena de satisfacción saber que todos los que hemos compartido con ella, llevamos un trocito de ella dentro de nosotros, incluso dos de sus bisnietos que no la llegaron a conocer, ÁNGEL y ELENA, también lo llevan. Porque la vida irremediablemente tiene que seguir, la vida no espera. Y la vida seguirá, pero ella es tan recordada por quienes la conocimos que nunca podrá ser para nosotros alguien que se ha ido. Porque está en nuestra vida a diario, en cualquier circunstancia o en cualquier comentario que irreversiblemente nos trae su recuerdo a nuestra mente.  Me encanta imaginarla justo al ladito de mi dulce y bonita hermana MARÍA DEL CARMEN PLAZA GÓNGORA que esta con ella en el cielo. Eso es precisamente lo que mi madre más deseaba, volverla a ver. Ojalá yo también me las encuentre algún día. Pero mientras llega ese momento, no nos queda otra, vamos a seguir viviendo aprovechando al máximo cada segundo y cada minuto que va pasando, con toda la gente que nos rodea y siendo siempre agradecidos a DIOS por esta vida tan maravillosa. Un gran hurra por mi madre y mi hermanita, la muerte tiene que ser algo muy lindo si me estáis esperando, hasta pronto.