Juan Antonio Jiménez Bernabé... Chiqui... Berma

Encarnación jiménez

Juan Antonio Jiménez Bernabé

  • Encarnación jiménez

Llegaste un 2 de mayo, ¡què noche la de aquel año 1963!, el primero de aquel matrimonio que tanto nos contaban que se casaron y al día siguiente trabajando ni más celebraciones ni viajes y aún así muy felices de tu llegada, y niño.Padres muy felices.


Después de ti llegamos tres niñas, de las que cuidaste como un gran y maravilloso hermano mayor que eras, nuestro hermano Chiqui como te llamamos.


Qué contar de mi vida contigo, no tengo palabras, solo decir que desde que me agarraste mi mano aún no me la has soltado. Recordando nuestros juegos en el jardín de los Mediterráneos, con aquella pandilla por los arcos, os acordáis de él, ¿verdad? En aquella piscina que teníamos, en el terrado de casa, súper agraciados teníamos el cielo por techo, nuestros baños en la playa de San Miguel o en el Cable Inglés, y cómo no olvidar los dos kilómetros que andábamos para ir al colegio y solos, ¡toda una proeza!


Un hijo cariñoso, respetuoso y educado, sus padres lo primero, protector de sus hermanas pequeñas, trabajador como tú solo, cuidaste de nosotras y te hiciste el hombre de la familia aun siendo un niño, cuando nuestro padre tuvo que viajar con mamá para operarse en Madrid, en aquellos tiempos nosotros unas niñas y tú nuestro gran guía, llevando una casa por completo, hasta que llegó nuestra abuelita Ana, que viajaba desde Tarrasa para estar con nosotros, bonita ella.


Creciste, estudiaste en Universidad Laboral, disfrutaste de tu juventud e hiciste  unos maravillosos amigos, aún recuerdo esa quedada, os tengo presentes a todos junto a él, sé que sois y seréis por siempre sus amigos y de eso me consta pues a muchos de ellos os conozco y me habéis hecho saberlo, que Berna como a ti te llaman no te olvidan.


Un Almeriense y con el tiempo te hiciste hijo adoptivo de Alhama de Murcia, pueblo pequeño y grande a la vez, que tuvieron la gran dicha de conocerte y disfrutar ese tiempo de ti, allí conociste a tu preciosa esposa Isa, y formasteis una bonita familia, bendecida con dos hijas maravillosas, Ana y María, qué decir de mis sobrinas. 


Al principio cuando te fuiste, un poco regomellosilla por que te ibas a otra ciudad, donde no podríamos tenerte tan cerca como quisiéramos, pero después nos hemos dado cuenta que ganamos aún más de tener a esa familia tan bonita de que formasteis.


Ya en Alhama de Murcia con tu familia, hiciste muy buenos amigos allí, que seguro siguen recordándote, con sus grandes fiestas, recuerdo aquel encierro San Fermín Alhameño, allí como aquí tienes cuñados, sobrinos, primos…


Cuántas vivencias, cuántos recuerdos, nos distes un amor inmenso.


Aunque la vida a veces no nos da lo que quisiéramos, antes de lo nos pudiésemos imaginar nos dan una noticia que no nos lo podíamos creer, luchaste como un gran guerrero, hasta el final, nos diste el regalo de poder acompañarte y sí diré que aún así ganaste.


Como llegaste silencioso te fuiste de nuestra vida y de nuestra  vista pero no de nuestros corazones.


¿Qué puedo decir más? Con 53 años volviste al hogar, a ese hogar donde habitan ángeles como tu, no estás solo, estás junto a él, nuestro gran y bondadoso papá.


Hoy no por ser hoy, sino todos los días te recordamos, pero hoy me siento algo más fuerte para poder escribir estas palabras.


Antes de todo dar las gracias al Hospital Arrixaca de Murcia, atodo su personal, tanto el que pude conocer personalmente como por teléfono que no pude poneros cara, y tan amablemente nos ayudasteis en el proceso de mi hermano.


Dar las gracias a vosotros, sus amigos, que pudisteis compartir esa juventud, esos momentos tan bonitos de aquellos tiempos, a vosotros, amigos de Berna, mil gracias.


A mis padres, tú papá desde el cielo y mamá desde aquí,  por vuestra dedicación plena, educación y mucho, mucho amor.


A mis hermanas. Mis hermanas, ¿qué haría yo sin vosotras? Gracias por estar ahí, Maemar, Belén.


A mis sobrinos, mis preciosos sobrinos, el tito Chiqui esta con vosotros.


Mi cuñi, mis sobrinas, por hacerme partícipe de vuestras vidas, de vuestros logros, porque aunque no estéis cerca en distancia sí en el corazón.


A mis amigas mil gracias, sois maravillosas.


A mi precioso servicio de grandes compañeros, con un corazón inmenso, que me disteis tanto apoyo en aquel tiempo, a todos vosotros; sois maravillosos y no os olvido. Servicio de Nefrología y Diálisis de H. Torrecárdenas.


A mi familia, mi gran compañero de viaje, Adrián, mi hijo, mi amor, mi chico.


A ti, nuestro hermano Chiqui querido, no te olvidamos.


Vivirás siempre en nuestros corazones, con tu mejor sonrisa, eres grande.


Hermano, gran hijo, amoroso, cariñoso esposo y maravilloso padre.


Chiqui, Tito Chiqui.