Nos ha dejado un hombre bueno

José Manuel Castañeda Fábrega

José Milán Criado

  • La Voz

Corrían los últimos años de la década de los setenta el siglo pasado, cuando conocí al entrañable Pepe, trabajaba, él, en una compañía de seguros, ubicada en la misma planta del edificio de la Puerta Purchena en la que mi Padre tenía su Despacho de Asesoría Laboral, antes de terminar su carrera comenzó a trabajar como pasante en el despacho de mi padre al que él, respetuosamente llamaba D. Manuel, a pesar de las veces que, mi padre intentó, sin éxito, que le apease el tratamiento; por las tardes, todas las tardes, tras su jornada laboral, acudía al despacho con ilusión de aprender y conocer la profesión, aunque siempre tuvo claro que no iba a ejercerla, con su carácter afable, amable y respetuoso, se hizo querer, no solo por todos los que trabajábamos en el despacho, sino también por los clientes y nuestro nuestros familiares, se hacía querer.


No he conocido nunca un Graduado Social que amase más profunda y desinteresadamente a nuestra profesión su vocación, durante toda su vida dedicó diariamente muchas horas al conocimiento directo de la actividad de Graduado Social  y al desarrollo de la profesión y a mejorar  el reconocimiento social, la formación del colectivo de Graduados Sociales y engrandecimiento del Colegio.


Comenzó su andadura en el Colegio en 1985, era el presidente D. Miguel Zubeldia Garrido, y yo Vicepresidente, ostentó durante más de 25 años la Vocalía de no ejercientes y permaneció en las distintas Juntas hasta el 2011,  y no lo dejó por cansancio, lo dejo en cumplimiento de un acuerdo, para mi incompresible, del Consejo Andaluz, de suprimir en las Juntas de Gobierno la Vocalía de no ejercientes; por su natural simpatía, su humanidad  y saber estar, se convirtió en un puntal  de las Juntas de Gobiernos (todas) de las que formó parte, no en vano vivió en primera persona todo lo sucedido en nuestra corporación, era la historia viva del colegio, siempre estaba dispuesto a trabajar por y para el colegio y a participar en todas las actividades, en ayudar en todo y a todos.


Personalmente he vivido con él muchas circunstancias, profesionales, colegiales y personales, su mujer, nuestra querida Pepi lo acompañaba en  la mayoría  de los actos protocolarios y como no, en las actividades festivas; guardo muchos agradables recuerdos de Pepe, con especial cariño  recuerdo como desde su matrimonio su mayor deseo era ser padre, en los primeros meses de su matrimonio no veía el momento de serlo, y se preocupaba,  aunque llevaban pocos meses casados porque no llegaba el embarazo; yo intentaba  apaciguar su deseo de paternidad e incluso le gastaba alguna que otra  broma sobre su capacidad, él como siempre las aceptaba sonriendo;  muy pronto y tras sus primeras vacaciones apareció por el despacho y nos dio, con una alegría desbordante,  la noticia Pepi estaba embarazada, iba a ser padre, PADRE con mayúsculas, cuando casi enseguida tuvieron su segundo hijo, yo le recriminaba sus anteriores preocupaciones de marido primerizo por no ser padre y le recomendaba que parase “Pepe no necesitamos más graduados sociales”, él se reía con su sonrisa franca y limpia.


Pepe ha sido siempre un maravilloso esposo, padre, graduado social, amigo y persona, en los más de 40 años que he tenido la suerte y el placer de tenerlo como amigo, jamás  he visto en su cara otro gesto que no fuese esa sonrisa amable cariñosa y tranquilizadora e imborrable, no le he oído jamás una voz de enfado, crítica o comentario agrio o desconsiderado sobre persona alguna, ni un solo ademán físico ni verbal  hacia nada ni nadie, siempre estaba pendiente de los demás, por si él podía ser útil, siempre dispuesto a ayudar a conciliar en los conflictos que se producían en la Junta de Gobierno, siempre demostraba su amistad, su respeto y cariño, aceptaba las bromas con un talante asombroso, por pesadas que pudieran parecer, reconozco que, a veces, puedo ser muy insistente.


La noticia de su muerte nos dejó a todos, totalmente colapsados estupefactos, tristes, incrédulos, afectados y tristes, muy tristes;  no porque fuese un buen amigo, un gran compañero, el más atento, el más dialogante, un luchador por la profesión que amaba, lo verdaderamente definitorio de Pepe  Milán, lo verdaderamente  importante es que era  una gran persona, un hombre bueno.


Te recordaremos y te echaremos de menos.


Fdo.: José Manuel 

Castañeda Fábrega

Presidente de Honor del Ilustre Colegio Oficial de Graduados Sociales de Almería