Del pragmatismo filosófico a la vitalidad creativa

Juan García Cubillas

Paco Campos

  • La Voz

Se nos ha ido un amigo, en silencio, sin avisar, haciendo “mutis por el foro” entre dos quejidos de su inseparable saxo tenor. Persona polifacética, coherente, honesta, inteligente y con esa lucidez capaz de “acompasar” ironía y sarcasmo, ideología y escepticismo, vitalismo y reflexión intelectual.


De Spinoza a Aristóteles, de Stwart  Hampshire a Wittgenstein, su capacidad de interpretación y análisis filosófico quedó plasmada en sus publicaciones y trabajos académicos. Pero, hoy lo que querría priorizar es su faceta más lúdica, informal y genuina, que, aunque tardía, surge con gran fuerza y le llega a apasionar hasta el punto de convertir al filosofo en músico, al profesor universitario en saxofonista, al pensador reflexivo en impulsivo improvisador jazzístico.


Quizás su técnica instrumental, como la de algunos de los que compartimos aventuras musicales con él, no fuera la más depurada y estaría muy lejos del virtuosismo de su admirado Joe Lovano o del llorado y siempre recordado John Coltrane, pero todo lo superaba con su espontaneidad, capacidad de improvisación y swing innato. Llenaba el escenario con su presencia. Su carisma y empatía hacía el resto.


Confieso que en ocasiones se lanzaba “a la piscina” sin preguntar si realmente tenía agua, pero no importaba, emergía por la otra orilla cual si lo hubiera llevado la marea de su anhelado Cabo de Gata al fin perseguido.


La última etapa de su vida, tal vez, no haya sido la que él hubiera deseado. Proyectos de nuevas aventuras musicales hemos compartido hasta no hace mucho, aún sabiendo en el fondo, que tenían más de quimérico futuro nostálgico que de actividad realizable, pero solo con plantearlo e imaginarlo como posible, nos dábamos por satisfechos.


Ya todo esto, desgraciadamente, es pasado. Ya te has ido, amigo Paco. Tu huella perdurará en tu playa de Cabo de Gata, en tus introspectivos retiros estivales a la Sierra de Cazorla, y, por supuesto, en el corazón de los que fuimos tus amigos.


Descansa en paz.