In memoriam

Dr. Manuel-Jesús Dolz Lago

Manuel Lago Santisteban

  • La Voz

“Recuerda, hombre, que polvo eres y al polvo volverás” (La Biblia, Génesis 3, 19)


Al ser expulsado Adán del paraíso o jardín del Edén, Dios le dirige a modo de condena la conocida frase, por la que le recuerda su condición de mortal.  La epopeya de Gilgamesh, la obra épica más antigua conocida, escrita en una tablilla en acadio, que se conserva en el Museo Británico, narra las peripecias del rey Gilgamesh hace más de cinco mil años. Su posición de rey tiránico e injusto motiva la intervención de los dioses y sus posteriores peripecias en busca de la inmortalidad, tras la muerte de su amigo y compañero de aventuras Enkidu. La inmortalidad sólo la tienen los dioses. Pobre ser humano mortal.


Ahora, por la grave pandemia mundial que padecemos a causa del COVID-19, las autoridades no tienen otro remedio que devolver a familiares o allegados las cenizas de su ser querido fallecido en estas circunstancias. No cabe ni siquiera velar el cadáver ni acompañarlo en su última presencia corporal en este mundo, salvo por tres personas próximas. En memoria de mi tío materno y padrino, Manuel Lago Santisteban, un segundo padre para mí, que falleció en la madrugada del pasado día 27 de marzo a los 94 años de edad, al que le debo tanto, en este momento tan triste, sólo quisiera recordar este soneto de Quevedo  llamado “Amor constante más allá de la muerte”, del que dijo Dámaso Alonso que era el mejor poema de amor de todos los tiempos, porque sólo el amor nos unía y nos unirá siempre.


Cerrar podrá mis ojos

 la postrera

sombra que me llevare 

el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no, de esotra parte, en la ribera,

dejará la memoria, 

en donde ardía:

nadar sabe mi llama 

el agua fría,

y perder el respeto a 

ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

venas que humor a tanto fuego han dado,

medulas que han gloriosamente ardido:

Su cuerpo dejará no

 su cuidado;

serán ceniza, mas 

tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.