Se ha apagado una voz de Primera en nuestra radio

Tony Fernández

Diego Miguel García Morel

  • Tony Fernández

“¿Cómo estará la Mili cuando mi Frasquito es cabo?”. Esta frase es de Diego Miguel García Morel, un maestro del periodismo deportivo, una voz de Primera de nuestra radio que se ha apagado.

Nos conocimos porque él lo quiso y hasta sus últimos días me ha seguido como a tantos que pasaron por sus manos para aprender el oficio. Diego fue el padre periodístico de Juanjo Moreno y hacía gala de una ironía a raudales para evitar la confrontación. Pasó por la profesión con un halo de respeto y profesionalidad. Así le recordamos ahora que no está.

Padre de 5 hijos tenía debilidad por su Dieguito que se hizo Guardia Civil y que le llenó de orgullo su corazón con sus últimas condecoraciones. Único niño entre cinco hermanos y un hijo que se parecía mucho a papá.

Su mujer Ana y sus niñas y nietos le colmaron de felicidad hasta el último de sus días. Sabía lo que tenía porque lo miraba todo en internet. Diego con su Facebook nunca desconectó del deporte y cuando un dolor de espalda le dejó sin sus paseos buscó toda la información sobre una enfermedad traicionera que se lo ha llevado a los 76 años con unas enormes ganas de vivir y compartir.


Aquel gol de Rojas A mis maestros de la Radio los llevo en el corazón. Diego es uno de ellos ya que en mis tiempos de estudiante hacía un programa de deportes y cantaba los goles del Almería a nivel nacional. Con la llegada de la Primera División y haciendo el Servicio Militar en Zaragoza un domingo que ya hacía frío a orillas de El Pilar estábamos un gallego (Fernando), un madrileño (Cabo Culeras) y un almeriense (yo) escuchando el Carrusel cuando cantaban gol en Almería. Allí, a más de 700 kilómetros de distancia con una radio de bolsillo escuchamos: “Gol en Almería , adelante Diego Miguel García”, y un torrente de voz con un campo en explosión cantaba el primer gol en el Franco Navarro del Almería marcado por Juan Rojas, que nos daría la primera victoria de la temporada. Aquellos tres soldaditos saltaban cuando cantó el final y pasearon por Zaragoza felices con la victoria de su Almería. Aquello no tenía nombre. Inolvidable. Luego se lo contaba a Diego y se emocionaba recordando aquellos tiempos de gloria con un Almería de Primera que no conoció la derrota ante sus fieles seguidores. Diego Miguel García era la voz para toda España del Almería. 


El fichaje Siendo yo colaborador de José Miguel Fernández un día en el campo de El Seminario se vino para mí. Diego, me sorprendió. Quería las alineaciones. Había llegado con el partido iniciado y... se las día con una gran ilusión. Todo un honor hacerlo por Diego.

Pasaron unos domingos y me fichó para La Crónica. Yo le daba las informaciones y me las firmaba. Así vi en aquel periódico un F. Camacho, porque en mi barrio y en mi trabajo (Saveres) todos me conocían por el segundo apellido.

Yo le ayudé todo lo que pude hasta que llegó el Diario 16 y LA VOZ de Almería y entonces por ética era mi hermano Luis el que le ayudaba. Sin más contrato que una sana amistad y un aprender el oficio de un maestro de la Radio.

Yo lo conocía desde fuera pero a su lado Diego era infinitamente mejor de lo que me podía imaginar. Un profesional del oficio. Un padre de familia que tenía que sacar adelante a 5 hijos echando horas en Radio Almería y en La Crónica


El padre de Juanjo Diego se hizo con un equipo de colaboradores muy bueno en La Crónica. Con cuatro duros hizo mucho, pero necesitaba un periodista con plena dedicación a su lado y fichó a Juan José Moreno Millán, Juanjo Moreno, que siendo aún un niño aprendió de Diego todo sobre el oficio y, hasta nuestros días, desempeñando las tareas informativas en el Almería.

Juanjo es el heredero de la mítica frase de Frasquito que Diego le transmitió.


Ironía a raudales La prensa deportiva de antes nada tenía que ver con la de ahora. Todos los comentaristas se llevaban bien y hasta viajaban juntos. Eran rivales en las ondas y amigos para siempre. Diego, como José Miguel Fernández, me enseñaba que había que dignificar la profesión y eso hice hasta el día de hoy.

Con Diego en el palco del Mediterráneo te partías de risa en los partidos. Tenía una ironía a raudales pero... que nadie le ofendiera a su Almería porque saltaba con un resorte. Era un enamorado de su tierra y antes de discutir con alguien tiraba de ironía.

¡Hay gol en Almería, adelante Diego Miguel García!.