Luis Gómez Romero: adiós a un Ciudadano del Año

Pedro Barragán

Luis Gómez Romero: adiós a un Ciudadano del Año

  • Pedro Barragán

Luis Gómez fue nombrado Ciudadano del Año por el Ayuntamiento de Almería hace ya unos años. Lo más chocante es que no se puede decir que hiciera un gran servicio a la “ciudad” de Almería, como cabría entender, sino a una porción de ella, una porción pequeña y no demasiado atractiva, una porción de la que muchos almerienses no se sienten orgullosos, esa porción llamada El Puche.


Aquí llegó Luis hace casi 19 años, y aquí ha dejado lo mejor de sí mismo. Tres años antes de su llegada nos conocimos y nos confiamos nuestras inquietudes y nuestros sueños, y desde entonces hemos sido compañeros de viaje, camaradas, siempre hermanos, como a él le gustaba recordarme.

Luis llegó a nuestra tierra impulsado por sus ideales de vivir el evangelio puro, ese que Jesús vivió en su Galilea natal, y buscando hacer lo que Jesús habría hecho hoy en día. De ahí que diera el paso de entrar en la vida religiosa y, tras su formación en Francia, escogió vivir sus votos en la comunidad religiosa de los Agustinos de la Asunción ubicada en el “Huevo Frito” o Puche Sur. Aunque su estancia en dicha comunidad no fue muy larga, una vez fuera de la congregación volvió a optar por su querido El Puche como forma de vida en el más amplio sentido. Allí se compró una casa, allí trabajó más de 15 años, allí impulsó el movimiento vecinal a través de la Asociación Alcalá, allí se entregó a múltiples actividades de promoción social, allí conoció al gran amor de su vida, nuestra querida Isa, con la que ya comparte destino; allí tuvo a su segundo corazón, su hijo Luis José; y allí permaneció año tras año, fiel a sus ideales, tratando de construir un mundo mejor, un mundo más humano y más justo.


Solo el deterioro provocado por la enfermedad pudo apartarle de su ideal de vida, aunque no le impidió seguir activo en otros ámbitos, principalmente el político. Simpatizante del partido ecologista Equo, aparecía en sus actos dándonos ejemplo a todos. No se me olvidará cómo portaba orgulloso la bandera del partido, encajado el mástil en el respaldo de su silla de ruedas, mientras recorría el Paseo Marítimo. Incluso con sus últimas fuerzas aceptó integrar la lista de candidatos/as a las próximas municipales en la coalición Almería para la Gente IUEquo. Se vació por los demás y nos enseñó a vivir persiguiendo unos ideales, nos enseñó el valor de la coherencia personal y la abnegación, y nos enseñó la forma de afrontar su paulatino deterioro con una entereza y una paz asombrosas. Y hoy ha llegado al final de su andadura entre nosotros, aunque seguro que estará disfrutando de algunos reencuentros muy felices, en especial el de su amada. 


Gracias por el camino recorrido juntos. Gracias por todo lo que nos has dado. Gracias por tu ser.