EN LA PERRERA ME HAN TRATADO MEJOR QUE EN URGENCIAS DE TORRECÁRDENAS

  • FRANCISCO CAPARROS CAPEL
  • 04.05.2022

Nos emocionamos cuando vemos un gato abandonado, pero cambiamos de canal con la guerra de Ucrania ¿Qué le está pasando al ser humano? Estamos perdiendo toda sensibilidad por el dolor ajeno. No tenemos empatía por su desgracia ni por su angustia ni su miedo. Los que tenemos un puesto de mostrador para informar al paciente o contribuyente somos privilegiados del sistema. Desde nuestra posición de seguridad, con nuestros cristales blindados, con asistencia inmediata del personal de seguridad, con nuestro estricto protocolo de prevención de riesgos laborales..., vemos al familiar del paciente, al contribuyente con superioridad jerárquica y emocional. Tenemos trabajo y cobramos todos los meses. Nuestras pagas extras, nuestros días de permiso y nuestras vacaciones. Probablemente no tenemos deudas y tampoco estamos enfermos ni preocupados por un familiar que sí lo está. A tí que atiendes el mostrador de urgencias, piensa que un día te verás por el otro lado del mostrador. Será entonces cuando te des cuenta de lo mal que lo haces. A mi me ha servido la frustración, humillación e impotencia que he sentido para ser más amble en el mío.