La esperanza somos nosotros

  • R. María Heras
  • 04.11.2020

Es para aplaudir el gesto de Pablo Alcaide, el chico que junto otros jóvenes ayudó a limpiar los destrozos causados por los disturbios de Logroño. La noticia se repitió durante todo el día en numerosos medios de comunicación y redes sociales donde se aplaudió la iniciativa de Pablo. Pero no todos fueron constructivos. Como madre de tres hijos estoy en desacuerdo con uno de los “elogios” que se repitió durante el día: “aún hay esperanza”. No comparto esa percepción fatalista de ausencia de valores en la juventud, y si así fuera, la responsabilidad no debería recaer en los jóvenes. De mejor acierto fueron las palabras más repetidas en la retahíla de elogios; ejemplo y orgullo. Y es que es así como debemos de actuar nosotros. Nada crece de la nada. Tenemos que decirles a nuestros hijos que estamos orgullosos de ellos, debemos ser un ejemplo y educarlos fomentando la autonomía y la responsabilidad, apoyarlos, amarlos, que crezcan siendo ellos los que se sienten orgullosos de sí mismos. El desarrollo personal no se para en la juventud, nos acompañará a lo largo de nuestra vida. La esperanza somos nosotros.