¿Es posible que a nadie le interese el bienestar de un montón de abueletes?

  • Fernando Parra Blasco
  • 07.03.2018

¿Es posible que a nadie le interese el bienestar de un montón de abueletes?. ¿A cuántas puertas habré de llamar y cuántas cartas tendré que escribir?. ¿Cuántos inviernos tienen que pasar?. Soy enfermero en la tercera planta del Hosp. Cruz Roja (San José y Santa Adela), adscrito al Complejo Hospitalario Torrecárdenas de Almería, y trabajo en turno de noches fijas. Mis pacientes son mayoritariamente (abrumadoramente, diría yo) geriátricos, con un alto nivel de dependencia. Carecen de ropa de cama de abrigo pues se supone que HAY calefacción, y se cubren únicamente con un camisón hospitalario y una sábana. Son sometidos con frecuencia a la desnudez para su aseo y cuidados. Desde el comienzo del invierno de este año en el que hemos sufrido, como toda España, olas sucesivas de frío, ha sido imposible mantener la calefacción funcionando en mi planta. desconozco si ocurre lo mismo en otros servicios. De entrada siempre ha estado apagada. el termostato de la misma y el botón de encendido se encuentran situados en una habitación-despacho cerrada con llave. Un cartelito sin firmar prohíbe su manejo salvo al personal de mantenimiento. Hago notar que por las noches no hay nadie de mantenimiento en este hospital. Bajo mi responsabilidad y atendiendo a familiares y pacientes, he encendido la calefacción en multitud de ocasiones. Sorpresivamente se apagaba a los pocos minutos. Alguien mas manipulaba el mando. Aún teniendo la certeza de quien es, no puedo acusarle sin pruebas, pero sí comunicarlo a mis superiores, tanto el desatino de estar sin calefacción como la negligencia sin escrúpulos de apagarla. Los comunicados a mi supervisora, jefe de bloque y subdirector de enfermería han sido varios, haciendo caso omiso, todos, de mis denuncias. Aún siendo éste un punto relevante en lo que atañe al ejercicio de mis funciones laborales, deseo centrar toda la atención en el sufrimiento de mis pacientes que, incapaces para reaccionar debidamente por su dependencia, ven mermadas sus posibilidades de recuperación en esta atmósfera de frío intenso. Debo comunicarle que tras la desidia de mis superiores he recurrido al Defensor del Pueblo Andaluz y a la Asociación El Defensor del Paciente, siendo esta la única que ha mostrado un interés claro y evidente por solucionar tanta sinrazón, aunque hasta el momento solo ha recibido la callada por respuesta. Por todo ello le ruego haga pública mi denuncia con el fín de solicitar la ayuda de cuantos estamentos y autoridades lleguen a leer este escrito. Fernando Parra Blasco D.N.I. 45271637R Enfermero diplomado en Hospital Cruz Roja-Torrecárdenas, Almería