Málaga disputa a Almería el agua procedente de la presa de Rules

La Mesa del Agua pide más desaladoras para conseguir 180 hectómetros cúbicos más de agua

Reunión mantenida ayer por la Mesa del Agua de Almería en la sede de Asempal
Reunión mantenida ayer por la Mesa del Agua de Almería en la sede de Asempal La Voz
Antonio Fernández
22:54 • 02 mar. 2022

La Mesa del Agua de Almería se ha reunido de urgencia para abordar la “muy grave situación” de los recursos hídricos por la que atraviesa la provincia. La sequía es un hecho y reclama la búsqueda de nuevos recursos, en especial los procedentes de la desalación, el aprovechamiento de masas de agua subterráneas o de las aguas regeneradas.



Entre esas reivindicaciones aparece de nuevo el trasvase desde la Presa de Rules, en la costa granadina, una vez que se cubran las necesidades de los regantes de aquella zona. El problema es que a los almerienses les ha salido competencia y es que desde Málaga se reclaman también esos excedentes para atender el crecimiento de los regadíos en zonas como la Axarquía, muchos de ellos de cultivos tropicales como el aguacate o el mango, que requieren mucha más agua que los cultivos intensivos de la provincia de Almería. 



Freno a la demanda
José Antonio Fernández, portavoz de la Mesa, pedía ayer que, en una situación de sequía, escasez y déficit, se frene la expansión de esos regadíos, “de la misma forma que en la comarca del Poniente almeriense se ha limitado la creación de nuevas superficies regables atendiendo a la escasez y a la necesidad de recuperar los acuíferos”.



La reunión de ayer sirvió también para anunciar el “total apoyo” a la manifestación convocada para el próximo 20 de marzo en Madrid por parte de Fenacore (Federación Nacional de Comunidades de Regantes) y las organizaciones agrarias Asaja, Coag y Upa.



Desaladoras
Los regantes almerienses miran también a las administraciones públicas a la hora de pedir una apuesta más decidida por las infraestructuras hídricas y especialmente por las desaladoras, convertidas en tabla de salvación para garantizar el suministro.



Estiman que hay que realizar las mejoras e infraestructuras necesarias para alcanzar una producción de 180 hectómetros cúbicos: llegando hasta los 50 en la Comarca del Almanzora, (con los 20 de la desaladora de Villaricos que lleva inutilizada desde hace 10 años y a la que aún le quedan otros dos al menos para volver a funcionar) y 30 hectómetros cúbicos más de una planta desaladora que construirán los propios regantes de la zona con fondos propios.



Suman otra desaladora que produzca 6 Hm3 para los regantes de Adra; llegar hasta 50 de producción en la desaladora de Carboneras para el levante y Níjar, y hasta los 70 en el Poniente, aumentando de los 30 a los 40 en la desaladora de Dalías y construyendo otra de 20 hectómetros cúbicos ampliable hasta los 30.



Todas las zonas regables presentan problemas, tanto en cuanto a las cantidades disponibles como por las mermas en la calidad. La situación más grave en la Comarca del Almanzora, donde en estos momentos ya se registran recortes del 30% en el suministro que podrían agravarse y llegar hasta el 50 por ciento.


Recuerdan proyectos pendientes desde hace años, entre ellos la creación de la bautizada como Autovía del Agua, que permitiría una gestión integral de los recursos hídricos en toda la franja litoral de la provincia, para llevar el agua, tanto desalada como la procedente de trasvases a cualquier zona en la que se requieran esos recursos para poder mantener la actividad agraria.


Las cuentas del agua
Junto a la cobertura de la demanda de agua, el otro caballo de batalla de la Mesa del Agua se plantea en cuanto al incremento de los costes, derivado del aumento del precio de la electricidad, una subida de un 300 por ciento con respecto al año pasado.


Dos medidas se consideran imprescindibles: la primera de ellas que se cumpla la Ley 1/2018 que establecía que el Gobierno ‘habilitará los mecanismos de subvención necesarios a fin de que el precio del agua desalada para riego no exceda de los 0,3 euros por metro cúbico’, una medida que nunca fue aplicada en Almería.


La segunda vía es la generalización del uso de la energía solar fotovoltaica para dar suministro a las desaladoras, lo que se traduciría en una reducción de los costes de producción de algo más del 40%, dado el fuerte impacto en ese coste de la electricidad.


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